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🍁 domingo 24 noviembre 2024
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Agua, azucarillos y aguardiente

Este es el título de una famosa obra de zarzuela. Un género musical conocido en nuestra querida España.

La política que sigue contaminando cuanto toca, suele hacer muchas veces con sus pactos, extraños compañeros de alcoba en el perímetro de una asamblea. Dependiendo de los intereses partidistas en el contenido de los discursos hablando del mismo tema, en unos sitios se dice una cosa y en otros otra distinta por no decir lo contrario.

Nuestra región, y por consiguiente nuestro país, tiene un problema serio más que evidente con la contaminación del Mar Menor. Las respuestas, las promesas y las soluciones propuestas ante el galimatías que presenta ese gran trozo de laguna salada, no puede seguir en el estado en que se encuentra. Por tanto dejando atrás los intereses y la hipocresía hay que buscar una solución responsable, si es que a las alturas de esta gran problemática, existe.

Quienes son los culpables visto lo visto, es lo de menos, creo que desde ya es precisa una responsabilidad “compartida” y una respuesta firme y que el millón y medio de murcianos, no nos escondamos detrás de la ceguera social.

El Mar Menor necesita ayuda y que se pongan a trabajar sobre él de forma seria, porque sufre desde hace mucho “episodios de eutrofización avanzada fruto del exceso de nutrientes, principalmente nitratos y fosfatos”, según palabras de los técnicos que entienden.

Creo que ya está bien de reproches y de buscar culpables. En la actualidad, en un deterioro muy considerable de laguna salada más grande de Europa, parece que nadie quiera tomar el asunto en serio y los que tienen que ponerse las pilas, se ven incapaces de afrontar el marrón.

Promovida por la plataforma Iniciativa Legislativa Popular (ILP), después de mucho tiempo peleando se recogieron más de 500.000 firmas casi a finales de 2021, con objeto de dotar de derechos al Mar Menor, con muchas personas involucradas en toda la región. En Yecla echamos un capote en la recogida de firmas y también quienes se desplazaron allí, fueron un eslabón en aquella cadena humana a lo largo de las playas por el Mar Menor.

Como desde que se inventó la excusa ya no hay culpables, ni tampoco yo los busco, la situación es como montar y desmontar una realidad al mismo tiempo. Todo esto desde 150 km. del lugar en cuestión lo veo tan turbio como las propias aguas.

Entre cambios de presión, las mareas, o los vientos, suspensiones de fondos y los parámetros de un ecosistema, cuyos datos, torpe de mí, no entiendo. El Mar Menor, sigue sufriendo los vertidos y la contaminación entre batallas de relatos, el día que se acaben los “culpables”, vamos a tener un problema, porque ya no vamos a saber a quién echarle la culpa.

Mañana es del Día de la Región, y entre la impotencia, la tristeza y también algo de rabia por lo que a nuestra laguna salada le ocurre, no cabe la menor duda de que en muchos estamentos hay un silencio cómplice ante algo parecido a una muerte lenta.

“Por un mar vivo y sano” rezaban algunos lemas buscando el ansiado objetivo y mientras tanto el tiempo pasa, y entre agua, azucarillos y aguardiente y actitudes timoratas, parece que se da luz verde a las mociones de algunos en contra de la postura de otros y todo son estrategias partidistas, el Mar Menor se muere.


Blog de José Antonio Ortega

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.

Este es el título de una famosa obra de zarzuela. Un género musical conocido en nuestra querida España.

La política que sigue contaminando cuanto toca, suele hacer muchas veces con sus pactos, extraños compañeros de alcoba en el perímetro de una asamblea. Dependiendo de los intereses partidistas en el contenido de los discursos hablando del mismo tema, en unos sitios se dice una cosa y en otros otra distinta por no decir lo contrario.

Nuestra región, y por consiguiente nuestro país, tiene un problema serio más que evidente con la contaminación del Mar Menor. Las respuestas, las promesas y las soluciones propuestas ante el galimatías que presenta ese gran trozo de laguna salada, no puede seguir en el estado en que se encuentra. Por tanto dejando atrás los intereses y la hipocresía hay que buscar una solución responsable, si es que a las alturas de esta gran problemática, existe.

Quienes son los culpables visto lo visto, es lo de menos, creo que desde ya es precisa una responsabilidad “compartida” y una respuesta firme y que el millón y medio de murcianos, no nos escondamos detrás de la ceguera social.

El Mar Menor necesita ayuda y que se pongan a trabajar sobre él de forma seria, porque sufre desde hace mucho “episodios de eutrofización avanzada fruto del exceso de nutrientes, principalmente nitratos y fosfatos”, según palabras de los técnicos que entienden.

Creo que ya está bien de reproches y de buscar culpables. En la actualidad, en un deterioro muy considerable de laguna salada más grande de Europa, parece que nadie quiera tomar el asunto en serio y los que tienen que ponerse las pilas, se ven incapaces de afrontar el marrón.

Promovida por la plataforma Iniciativa Legislativa Popular (ILP), después de mucho tiempo peleando se recogieron más de 500.000 firmas casi a finales de 2021, con objeto de dotar de derechos al Mar Menor, con muchas personas involucradas en toda la región. En Yecla echamos un capote en la recogida de firmas y también quienes se desplazaron allí, fueron un eslabón en aquella cadena humana a lo largo de las playas por el Mar Menor.

Como desde que se inventó la excusa ya no hay culpables, ni tampoco yo los busco, la situación es como montar y desmontar una realidad al mismo tiempo. Todo esto desde 150 km. del lugar en cuestión lo veo tan turbio como las propias aguas.

Entre cambios de presión, las mareas, o los vientos, suspensiones de fondos y los parámetros de un ecosistema, cuyos datos, torpe de mí, no entiendo. El Mar Menor, sigue sufriendo los vertidos y la contaminación entre batallas de relatos, el día que se acaben los “culpables”, vamos a tener un problema, porque ya no vamos a saber a quién echarle la culpa.

Mañana es del Día de la Región, y entre la impotencia, la tristeza y también algo de rabia por lo que a nuestra laguna salada le ocurre, no cabe la menor duda de que en muchos estamentos hay un silencio cómplice ante algo parecido a una muerte lenta.

“Por un mar vivo y sano” rezaban algunos lemas buscando el ansiado objetivo y mientras tanto el tiempo pasa, y entre agua, azucarillos y aguardiente y actitudes timoratas, parece que se da luz verde a las mociones de algunos en contra de la postura de otros y todo son estrategias partidistas, el Mar Menor se muere.


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1 COMENTARIO

  1. Ya quisieran tener en cualquier de Europa, ahora tanto de moda, este emblemático lugar, sería un paraíso para uso y disfrute de las personas, así y en la situación que se encuentra el Mar Menor, no es mi más ni menos, culpa de los políticos de antes de ahora y de los de después, queter anteponen intereses comerciales, como si el turismo no dejase su parte de riqueza en la zona, claro que analizando tal situación ,poco o casi ningún turismo en la zona, deprimente caótico, y los políticos que tienen la solución no les da la gana de afrontarla, cuando se muera del todo, entonces lloraremos.

José Antonio Ortega
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