La XXXVII campaña de repoblación forestal organizada por ANIDA tuvo lugar este pasado domingo en el paraje de Los Pajonares, una zona natural localizada entre las Atalayas y el Monte Arabí de Yecla. Este espacio, caracterizado por sus afloramientos de arcillas y arenas fósiles, ha sido el escenario de una nueva acción medioambiental destinada a restaurar la vegetación autóctona del municipio.
Unos 150 participantes, en su mayoría niños, se sumaron a esta actividad organizada por la Asociación Naturalista para la Investigación y Defensa del Altiplano (ANIDA). Durante la jornada y según la organización, se plantaron 800 ejemplares de diversas especies de árboles y arbustos autóctonos, todos ellos seleccionados por su adaptación a las condiciones climáticas y edáficas de la zona. Las especies incluyeron encinas, lentiscos, enebros, labiérnagas y pinos carrascos. Estas plantas contribuirán a mejorar la biodiversidad y la estabilidad ecológica de esta área.
Concienciación medioambiental para los niños
Los participantes, muchos de ellos familias completas, colaboraron en la plantación y aprendieron sobre la importancia de conservar el entorno. Esta campaña no solo tiene un impacto ecológico, sino también educativo, pues busca concienciar a las generaciones más jóvenes sobre la necesidad de proteger los recursos naturales.
Además, como parte del seguimiento habitual, ANIDA volverá a la zona a comienzos del próximo verano para llevar a cabo el tradicional riego de socorro. Esta tarea es esencial para mejorar la tasa de supervivencia de las plantas durante los meses más calurosos, cuando la sequía puede poner en peligro los ejemplares recién plantados. Esta labor complementaria asegura que los esfuerzos realizados no se pierdan y que la vegetación tenga una oportunidad de prosperar.
El proyecto de repoblación que es año se ha realizado en Los Pajonares forma parte de una serie de iniciativas de repoblación que buscan recuperar zonas degradadas en todo el término municipal. Las campañas anteriores ya han demostrado su eficacia, consiguiendo que miles de plantas autóctonas sobrevivan y se integren en los ecosistemas locales.
No todos pero algunos legones parecían que le habían puesto una batería. Como las bicis que apenas hay que darle a los pedales, igual. Como funcionaban de bien. Los niños se lo pasan en grande y de pequeñico se cría el arbolico de conciencia ambiental.
Bien por ANIDA un año más con estas plantaciones en un sitio que a especie de «calva» se ha repoblado con diversos tipos de árboles. En un futuro ese sitio dará gusto de verlo.
Para llegar a Los Pajonares hay un camino donde todavía no se ha llegado con el arreglo de los 1.550 kilómetros de caminos rurales que se dijo de arreglar. Estarán en otro sitio.