Fue en la época de Isabel II cuando aterrizó en España una moda que ya llevaba un siglo gestándose en el resto de Europa: la de los casinos. Lejos de lo que son a día de hoy, los casinos o ateneos fueron uno de los máximos exponentes de la Ilustración, estableciéndose como lugares de reunión para la clase ilustre de las grandes poblaciones. En aquel entonces, destacaron el casino de Madrid y el de San Sebastián, en el que predominaba un ambiente de lo más cosmopolita. Por supuesto, no fueron las grandes ciudades las únicas que contaron con este tipo de establecimientos culturales. En el caso de Murcia, en la región ganaron popularidad los casinos de Cartagena, Águilas y, lo que aquí nos interesa, Yecla. En su inicio, los casinos no eran lo que son a día de hoy. Aunque en la actualidad dan cabida a un público de lo más variado, en aquella época eran espacios muy selectos. Mientras que a día de hoy cualquiera puede disfrutar de un buen rato de ocio en una gran variedad de Casinos Seguros en España, en aquel momento el estatus era un requisito fundamental. El casino de Yecla no fue la excepción a esta norma. Recibió el nombre de Casino Primitivo o de Fomento y tuvo su origen allá por 1864, en una Yecla provinciana que pedía a gritos un centro recreativo en el que la cultura lo impregnase todo. En un principio, el Casino Primitivo se encontraba en la calle Nueva, en el tramo que a día de hoy corresponde a la calle Juan Ortuño. Sin embargo, casi tres décadas más tarde, se mudó a la calle España número 12, dirección a la que acudía regularmente la burguesía de la localidad. El propósito del Casino Primitivo, así como el del resto de homónimos de las otras poblaciones, no era otro que propulsar las buenas costumbres del momento, asociadas a la clase más conservadora.El momento de su constitución no pudo ser más idóneo, ya que casaba con el nuevo panorama que estaba viviendo el municipio. A finales del siglo XIX, Yecla experimentó una modernización motivada por la prosperidad económica que los cultivos vinícolas le propiciaban. Así, fue en ese momento cuando se construyó la plaza de toros de la localidad, así como otras construcciones como el teatro o la lonja. La localidad sufrió un cambio de aires con fuentes públicas y alumbrados que llenaban sus calles. De este modo, el Casino Primitivo formó parte de esa modernización, sirviendo como punto de encuentro para la clase más acomodada y, más tarde, para el Partido Liberal, la sociedad obrera ‘La Fraternidad’ o ‘La liga para el fomento de la enseñanza’. El edificio, con toques renacentistas, tenía cabida para albergar a 400 socios. En su planta baja se podía encontrar un salón de café, una biblioteca, un gabinete de lectura y una sala de billar. En cuanto a la planta alta, en ella se situaba el salón de baile, con palcos de madera en los que el público más selecto de Yecla disfrutaba de representaciones teatrales y proyecciones cinematográficas. Eran en estos espacios en los que se reunía la burguesía de Yecla para disfrutar de juegos florales, bailes de carnaval, certámenes literarios, festejos benéficos e incluso mítines políticos, tal y como señala el trabajo de investigación realizado por Francisco Javier Delicado Martínez para el Museo Arqueológico de Yecla.A día de hoy, aunque de un modo diferente, el casino sigue propiciando la cultura, sirviendo como centro de enseñanza musical desde el año 2011. Con 23 aulas, 8 cabinas, una sala de ensayos para coro y orquesta, un estudio de grabación y un salón de actos con 150 plazas; la rehabilitación del edificio supuso la recuperación de uno de los inmuebles más representativos de la arquitectura de Yecla. De este modo, las mejoras, que supusieron una inversión de más de tres millones de euros, han permitido que este inmueble declarado Bien de Interés Cultural siga ofreciendo amparo a la cultura de nuestra localidad.
Y el casino primitivo de Yecla, ¿conoces su historia?
Como lugar de encuentro para la burguesía del siglo XIX, el Casino Primitivo de Yecla fue una de las sociedades culturales más importantes de la época para nuestra localidad.
Fue en la época de Isabel II cuando aterrizó en España una moda que ya llevaba un siglo gestándose en el resto de Europa: la de los casinos. Lejos de lo que son a día de hoy, los casinos o ateneos fueron uno de los máximos exponentes de la Ilustración, estableciéndose como lugares de reunión para la clase ilustre de las grandes poblaciones. En aquel entonces, destacaron el casino de Madrid y el de San Sebastián, en el que predominaba un ambiente de lo más cosmopolita. Por supuesto, no fueron las grandes ciudades las únicas que contaron con este tipo de establecimientos culturales. En el caso de Murcia, en la región ganaron popularidad los casinos de Cartagena, Águilas y, lo que aquí nos interesa, Yecla. En su inicio, los casinos no eran lo que son a día de hoy. Aunque en la actualidad dan cabida a un público de lo más variado, en aquella época eran espacios muy selectos. Mientras que a día de hoy cualquiera puede disfrutar de un buen rato de ocio en una gran variedad de Casinos Seguros en España, en aquel momento el estatus era un requisito fundamental. El casino de Yecla no fue la excepción a esta norma. Recibió el nombre de Casino Primitivo o de Fomento y tuvo su origen allá por 1864, en una Yecla provinciana que pedía a gritos un centro recreativo en el que la cultura lo impregnase todo. En un principio, el Casino Primitivo se encontraba en la calle Nueva, en el tramo que a día de hoy corresponde a la calle Juan Ortuño. Sin embargo, casi tres décadas más tarde, se mudó a la calle España número 12, dirección a la que acudía regularmente la burguesía de la localidad. El propósito del Casino Primitivo, así como el del resto de homónimos de las otras poblaciones, no era otro que propulsar las buenas costumbres del momento, asociadas a la clase más conservadora.El momento de su constitución no pudo ser más idóneo, ya que casaba con el nuevo panorama que estaba viviendo el municipio. A finales del siglo XIX, Yecla experimentó una modernización motivada por la prosperidad económica que los cultivos vinícolas le propiciaban. Así, fue en ese momento cuando se construyó la plaza de toros de la localidad, así como otras construcciones como el teatro o la lonja. La localidad sufrió un cambio de aires con fuentes públicas y alumbrados que llenaban sus calles. De este modo, el Casino Primitivo formó parte de esa modernización, sirviendo como punto de encuentro para la clase más acomodada y, más tarde, para el Partido Liberal, la sociedad obrera ‘La Fraternidad’ o ‘La liga para el fomento de la enseñanza’. El edificio, con toques renacentistas, tenía cabida para albergar a 400 socios. En su planta baja se podía encontrar un salón de café, una biblioteca, un gabinete de lectura y una sala de billar. En cuanto a la planta alta, en ella se situaba el salón de baile, con palcos de madera en los que el público más selecto de Yecla disfrutaba de representaciones teatrales y proyecciones cinematográficas. Eran en estos espacios en los que se reunía la burguesía de Yecla para disfrutar de juegos florales, bailes de carnaval, certámenes literarios, festejos benéficos e incluso mítines políticos, tal y como señala el trabajo de investigación realizado por Francisco Javier Delicado Martínez para el Museo Arqueológico de Yecla.A día de hoy, aunque de un modo diferente, el casino sigue propiciando la cultura, sirviendo como centro de enseñanza musical desde el año 2011. Con 23 aulas, 8 cabinas, una sala de ensayos para coro y orquesta, un estudio de grabación y un salón de actos con 150 plazas; la rehabilitación del edificio supuso la recuperación de uno de los inmuebles más representativos de la arquitectura de Yecla. De este modo, las mejoras, que supusieron una inversión de más de tres millones de euros, han permitido que este inmueble declarado Bien de Interés Cultural siga ofreciendo amparo a la cultura de nuestra localidad.