Las criptomonedas son como las placas tectónicas, siempre están en movimiento. Cada vez que avanzan unos cuantos centímetros, mueven los cimientos de las casas y el suelo que pisan las personas, produciendo cimbronazos de alto nivel.
Aunque una de las características del mercado cripto es su volatilidad, no todo es impredecible. Por ejemplo, el precio del BTC suele experimentar una subida cada cuatro años, justo antes del halving. Aquí veremos otros ejemplos de eventos que tienen repercusión en este sector.
Avances tecnológicos y lanzamientos
Los desarrollos nuevos en la tecnología blockchain tienen un efecto positivo sobre la cotización de las criptomonedas. Cuando se crea un instrumento que mejora la seguridad, la escalabilidad o la eficiencia de las transacciones, se habla más y mejor de las monedas y esto puede producir una oleada de inversiones.
De la misma forma, cuando se lanza una moneda nueva puede haber nuevos jugadores que ingresen al mercado, lo que conduce a un aumento de la demanda. Como hay más personas buscando lo mismo, el precio sube.
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Adopción por parte de empresas o instituciones
Cuando una empresa o una pasarela online comienza a aceptar criptomonedas como método de pago, se produce un doble efecto, el de la noticia en sí y el de su difusión.
Esto quiere decir que no solo se produce un incremento de las transacciones porque esa pasarela permite el pago con cripto, sino que también la difusión de la noticia hace que más personas muestren interés en el sector.
Un ejemplo de esto es que recientemente Stripe, la empresa de tecnología financiera privada más grande del mundo, anunció que permitirá a sus usuarios en Europa hacer pagos con Bitcoin, Ethereum y Solana. Esto no solo mejora la aceptación de estas monedas sino que también repercute en el nivel de conocimiento que la gente tiene sobre ellas.
Halvings de BTC
En abril de este año se produjo el cuarto halving de Bitcoin y vimos nuevamente confirmarse la tendencia en los mercados que se produce cada vez que llega este evento.
Los halvings se producen cada vez que se completa un ciclo de emisión de 210.000 bloques. Esto pasa cada cuatro años y en cada ocasión se recorta a la mitad la recompensa que reciben los mineros por cada nuevo token creado. Esto tiene un impacto significativo en la cotización de Bitcoin porque disminuye la oferta.
En los meses previos al halving se produce una revalorización de la moneda, que tiene un correlato en la cotización de todo el sector criptográfico. Sube el BTC, suben todas las demás. Sin embargo, el hype a veces dura solo unos meses y pronto el mercado corrige la suba. Esto es lo que ha pasado a principios de año, cuando el BTC llegó a su pico de USD 73.737 y luego bajó hasta su cotización actual.
Eventos regulatorios: Positivos y negativos
Las criptomonedas son algo difícil de entender para la mayoría de los legisladores de los países. Frente a esta dificultad para comprender la tecnología y sus alcances, muchos gobernantes han optado por prohibirlas o no regularlas.
Cada vez que un gobierno o organismo estatal trabaja para tener un protocolo de aprobación de nuevos sitios de intercambio, plataformas y activos basados en criptomonedas, el mercado responde positivamente. Las regulaciones aumentan la confianza de los inversores.
Un ejemplo reciente ocurrió el 10 de enero de 2024, cuando la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, más conocida como “la SEC”, aprobó los primeros ETFs (fondos cotizados) basados en el valor al contado de bitcoin. Esto fue un hito para el mercado cripto, ya que permite a inversores más tradicionales exponerse al valor de la moneda sin comprarla directamente.
También es posible que algunas acciones de las fuerzas del orden, produzcan el efecto contrario. Cuando se incautan criptomonedas y luego se ponen a la venta, esto puede producir una sobreoferta temporal en el mercado, haciendo que el precio baje, tal como ocurrió recientemente después de que la policía alemana decidiera vender 900 bitcoins, valorados en unos 52 millones de dólares.
Condiciones económicas, ventas masivas e indicadores
El mercado criptográfico es como un gran océano donde nadan algunas ballenas. Así se les llama a los grandes tenedores, en general, de BTC. Cuando una de estas ballenas pone a la venta buena parte de su capital cripto, puede producir un efecto a la baja en la cotización.
Es decir, los activos criptográficos están igual de expuestos a las reglas del mercado que las acciones, los bonos, las materias primas, etc. Esto significa que también sufren cambios en la cotización cuando hay subas de tasas de interés o cuando hay tendencias que se imponen desde las condiciones económicas más generales.
Por ejemplo, en una situación de crecimiento y bienestar económico, los inversores suelen ser más optimistas y estar dispuestos a comprar más criptomonedas. En las recesiones, ocurre lo contrario.
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El impacto de las noticias
Al igual que ocurre con otros activos, el mercado cripto también es susceptible de cambios por situaciones externas, vinculadas a los eventos del mundo. Las elecciones, los anuncios empresariales, los hackeos masivos, el encarcelamiento de dueños de los exchanges y otras noticias económicas tienen potencial para producir cambios en las cotizaciones.
¿Qué son los ciclos de Dow y cómo se aplican a las criptomonedas?
La «Teoría de Dow» tiene más de 200 años pero todavía se puede aplicar al sector de las criptomonedas. Se basa en la idea de que los mercados se comportan de manera cíclica y que hay una serie de señales que nos indican cuándo empieza un ciclo alcista y uno bajista.
Se basa en 6 principios. Uno de ellos es que los mercados tienen tres tendencias (primarias, secundarias y menores). A la vez, los mercados atraviesan tres etapas en el período alcista y otras tres en el bajista.
De lo dicho se desprende que es una teoría bastante compleja. Aún los traders con más experiencia encuentran difícil determinar cuáles son las señales buenas y cuáles son las que responden a otros factores que no están siendo tenidos en cuenta por los analistas.
Por ese motivo, es poco aplicable para las primeras etapas de una tendencia. Eso quiere decir que los analistas suelen ver las tendencias más con el espejo retrovisor que con el parabrisas. En general, se detecta la tendencia alcista o bajista una vez que ésta ya ha comenzado.
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