**En un pequeño pueblo de Oriente Medio, la tradición exige que las mujeres vayan a buscar el agua a la fuente que nace en lo alto de la montaña. Pero un día, Leila, una joven casada, propone al resto de las mujeres una huelga de amor hasta que los hombres colaboren en el traslado del agua hasta la aldea**.
Sinopsis de la película: La Fuente de las Mujeres.
El agua cumple un papel fundamental, genera clima, es vida. El agua es indispensable para eliminación de toxinas y grasas. Es el principal regulador de la temperatura del cuerpo. Es dulce o salada. En ocasiones nos desborda, las tormentas y las lluvias torrenciales pueden provocar riadas y trombas de agua causando inundaciones; porque aparte de los fenómenos meteorológicos, entre otras cosas, la mano del hombre interrumpe su paso y construye donde no debe o no limpia los cauces ni las canales; ella tiene que defenderse para seguir su camino. La sabiduría del agua, ella nunca discute con un obstáculo, lo evita, aunque a veces no pueda esquivarlo y otras circule con parsimonia.
Las lluvias se miden por litros caídos durante una hora en un lugar determinado. Cuando se deshace la nieve, el agua da vida a los ríos que llegan al mar con su bravura; ese océano con sonido lejano que siempre resiste a las olas.
El agua debe ser transparente para que genere confianza. El agua tiene gran cantidad de propiedades, entre otras, favorece el sistema digestivo y circulatorio. Es fundamental para no deshidratarse, las personas en su funcionamiento normal, perdemos casi dos litros de líquido al día, cantidad que hay que reponer. Los médicos recomiendan a las personas mayores, y aquellas que precisan medicación, beber mucha agua. Sabemos del aumento en el consumo de la embotellada, lo que conlleva una mayor producción de envases de plástico.
Un pensamiento trabajado para cada uno de nosotros debería ser la importancia del agua, que apaga la sed y también el fuego. Siendo un bien escaso debemos aprovechar cada gota y evitar las fugas para no malgastarla. Ahorremos toda la que podamos. Esperando el agua caliente para ducharnos recojamos la fría en una garrafa para otro uso, seamos sensatos.
Pronto llegará la primavera y habrá más niños por las calles y plazas jugando, lo cual me encanta; y por insignificante que parezca, lo triste será si lo hacen junto las fuentes llenando globitos y pistolas de agua, frente a la pasividad de algunos adultos. Creemos conciencia, hay quienes tienen que recorrer varios kilómetros para llenar un cántaro o tienen que beber en una charca; nosotros disponiendo de un grifo a mano, todavía nos quejamos. De momento aquí no ha llegado, sabiendo de la problemática en comarcas con agua contaminada por vertidos incontrolados y algunas con restricciones que producen un panorama desolador con un secarral temerario.
En nuestro término municipal existen muchas casas de campo, gran parte con piscina. Unas están habitadas todo el año y otras en verano, con puntos de agua de los distintos pozos según la red de suministro y títulos que se acreditan mediante acciones o escritura pública. Los pozos advierten que el agua no es potable y por tanto no apta para el consumo humano ni los animales; suele utilizarse para el riego y las piscinas, la mayoría con depuradoras.
Las precipitaciones se resisten, lleva demasiado tiempo sin llover con una sequía enorme y nos estamos acostumbrando, lo cual no es bueno, sabiendo que muchos embalses están a niveles muy por debajo de su capacidad.
El agua no debería ser moneda de cambio entre comunidades y a un precio razonable debe llevarse donde no hay o no tengan posibilidades de encontrarla. Hay quienes pueden pagar ella el precio que le pidan, pero otros no.
Hoy en día se oye tanto hablar de la insensibilidad de la gente, que por deprimente que parezca llama la atención que no tengamos conciencia de lo que supone el despilfarro de agua en determinados cultivos impropios de esta zona, con una sobre explotación de acuíferos invadiendo nuestro territorio, parece que para los productores y los organismos competentes, las prioridades sean otras.
Todo esto ya lo sabemos, aun así creo que no está de más recordarlo en una tierra tan necesitada de un agua tan necesaria. Si cambiamos nuestra actitud, no sé si la vida cambiará, pero nuestro espíritu, es muy posible.
Excelente artículo. Hace bastantes años, cuando se empezó a tener la percepción del problema ecológico, se decía que nuestros nietos sufrirían las consecuencias de nuestras acciones sobre la Naturaleza…. a mí me parece que estamos degradando el entorno cada vez a mayor velocidad, es decir, cuando mayor es el problema más presionamos el sistema para exprimirlo y sacarle más rendimiento….hasta que no va a dar más de sí…..creo que nosotros si vamos a sufrir y ver esas consecuencias que muchos niegan.