Incredulidad, es la palabra que define la reacción de los vecinos de Yecla que iban conociendo a lo largo de la jornada de ayer el fallecimiento repentino del notario Pedro Ángel Madrid Conesa.
Según explican personas cercanas a él, la ingesta de un alimento le provocó una reacción alérgica que le obstaculizó las vías respiratorias y pudo ser la causa del fatal desenlace.
Casado y con dos hijos, era uno de los dos notarios de la ciudad que compartían despacho situado en la calle Pascual Amat. En la ciudad de Yecla estaba ejerciendo su labor desde hace unos 15 años aproximadamente y donde deja una huella de “muy buena gente, sencillez y amabilidad”, comentaban personas que han trabajado con él en esta etapa profesional que le ligó con la capital de la comarca del Altiplano.
Aunque residía fuera de Yecla, en Torres de Cotillas, a diario se desplazaba para ejercer su profesión en Yecla. A más de una persona le había comentado su deseo de seguir en esta ciudad hasta su jubilación porque se encontraba muy a gusto en esta ciudad ejerciendo su profesión y donde había forjado algunas buenas amistades.
Amante del deporte del esquí, Pedro Ángel deja un buen recuerdo de esta ciudad donde ayer, día festivo, la noticia de su repentino fallecimiento iba asombrando y entristeciendo a los que le conocían.
Algunos de esos amigos se desplazaron ayer desde Yecla para estar presentes en la despedida de Pedro Ángel Madrid Conesa. El próximo miércoles, a las 7 de la tarde, se oficiará una misa por el eterno descanso de Pedro Ángel en la Basílica de la Purísima.
D.E.P, buena persona y buen jefe!!Se le echara mucho de menos y costara asimilarlo!