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🍁 viernes 22 noviembre 2024
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Joaquín Sánchez, el cura

Llevaba tiempo queriendo conocer a Joaquín Sánchez, el cura; no lo pongo entre comillas porque él es sacerdote de verdad. En este cruce de caminos llamado Yecla, hace unas cuantas noches pasó por nuestra ciudad para la presentación del libro “La otra cara de la Catedral Antigua” de Pedro Castaño Santa.

En su reseña del cartel sobre las tres personas que intervinieron en al acto rezaba: Joaquín Sánchez Sánchez, sacerdote y activista social.

Tuve la oportunidad de saludarle y hablar unos minutos, y le di mi número de teléfono diciéndole que me gustaría que me contara cosas.

La otra tarde me llamó y estuvimos conversando, y nunca mejor dicho, de lo divino y de lo humano.

Hablar con Joaquín el Cura, es hablar de muchos temas recurrentes. Su labor en la defensa de las personas más desfavorecidas es lo que en cierta manera le mantiene expectante cada día. Ha luchado en tantas cosas que en muchas situaciones ha pillado a determinados organismos y entidades con el pie cambiado.

A las causas sociales y humanitarias dedica buena parte de su energía, cuando escuchándole la otra noche, diciendo “que hay ponerse al lado de los más vulnerables, para vivir sus carencias de cerca, conocer cómo son y realmente cómo piensan, y entonces probablemente con nuestra percepción, cambiaríamos de opinión”.

La gran cantidad de personas por las que ha dado la cara valoran todo lo que ha hecho, pero yo creo que además se motiva por todo lo mucho que todavía falta por hacer. Tiene que jugar con las reglas del juego que hay, y no con las que él desearía, las cuales como no puede ser de otra manera, respeta.

Ser creyente me apunta, además de sacerdote, le exige estar con los más empobrecidos y vulnerables. No es un capricho o una simple reflexión existencial, sino una respuesta a las exigencias del evangelio. Sabe que la mentalidad es que los curas estén en los templos celebrando sacramentos y organizando la vida parroquial, entorno precisamente a los sacramentos, y no decir nada o pasar de puntillas en relación a “otros temas sociales”.

Asimismo entre otros, es columnista de los diarios La Verdad y La Opinión de Murcia, y le sigo como tertuliano en Onda Regional de Murcia los jueves, donde a primera hora de la mañana junto a sus compañeros, a veces se producen momentos “acalorados” de debate porque hay temas trascendentales y graves, aunque poco después todo queda en prudencia y armonía.

Lo de activista social me llamó poderosamente la atención, porque un servidor que entre otras cosas forma parte de la plataforma Salvemos el Arabí, alguien muy importante refiriéndose a nosotros, cambió la palabra social, y nos llamó “caprichosos”.

Al hilo de lo ocurrido estos días y en una realidad muy cuestionada, se reafirma en que hay vidas que importan y otras parece que importan menos, por no decir que sobran para esta sociedad, y todas las vidas tienen la misma dignidad y derecho a ser rescatadas.

Dentro de su perfil me cuenta que nació en Vilanova de Sau, provincia de Barcelona un 8 de marzo de 1962, me viene a la memoria, que esa fecha se cataloga como el Día de la Mujer.

Diplomado en Educación Social, licenciado en Ciencias Religiosas y técnico superior en Educación Infantil, amante de los libros y del cine, tiene que añadir que en el Papa Francisco, ha encontrado un gran aire de libertad, dejando a un lado las diplomacias, defendiendo con su mensaje y con pequeños y grandes gestos la iglesia de los pobres.

Su padre fue Guardia Civil, y de él aprendió que de la vida que es un continuo aprendizaje, se puede elegir entre la bondad y la maldad, y optó por el mejor camino, la bondad. De su madre se enseñó, que la vida es para vivirla sin hacerle daño a nadie.

Entre otros menesteres, desde 1999 es capellán de la prisión Sangonera-Murcia I, así como dos residencias de personas mayores y un centro ocupacional para discapacitados físicos, y de los centros psiquiátricos ubicados en El Palmar, pedanía murciana y cuna de nuestro flamante Carlitos Alcaraz. Además como da abasto, es consiliario de la HOAC y también se moja en la Delegación Pastoral Obrera, lo cual no es moco de pavo.

Desde que visitó Colombia, está siguiendo el proceso de paz a través de las diversas iglesias implicadas, organizaciones sociales y en contacto con ex guerrilleros de las FARC.

A raíz de dos viajes a tres campos de refugiados, que fueron unas lecciones poderosas, Katsicas, Lampedusa y Ritsona, un refugiado les pidió desde el corazón roto que “por favor no les olvidaran” y junto a otros recogieron el compromiso de continuar al lado de ellos, por eso pronto realizará otro viaje para ver el sufrimiento de la gente. La voluntad de vivir de las personas siempre debe tenerse en cuenta.

Todo esto es una pequeña parte de Joaquín el Cura, residente en Las Torres de Cotillas. Un tío grande, vinculado a muchas cuestiones de los movimientos populares, inaccesible al desaliento, que ha hecho de las causas sociales su banderín de enganche. Testigo en primera línea de muchas cosas, él continua con su vocación intacta, dice que si guardamos silencio ante el racismo, la xenofobia, el rechazo al pobre, el trabajo precario que hace que no se llegue a final de mes, no seremos fieles al Evangelio.

Él ha visto muchas miradas que desarman. Hay gente que le ha dicho que “no reza”, y él me dice que reza en su soledad y sobre todo cuando está en una casa esperando a la comisión judicial y a las fuerzas del orden público para ejecutar un desahucio, intentando que se pare y por supuesto que no haya violencia.

“En la tierra hay recursos para todos, menos para la avaricia de unos cuantos”.

a Joaquín el Cura.


Artículos de José Antonio Ortega

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.

Llevaba tiempo queriendo conocer a Joaquín Sánchez, el cura; no lo pongo entre comillas porque él es sacerdote de verdad. En este cruce de caminos llamado Yecla, hace unas cuantas noches pasó por nuestra ciudad para la presentación del libro “La otra cara de la Catedral Antigua” de Pedro Castaño Santa.

En su reseña del cartel sobre las tres personas que intervinieron en al acto rezaba: Joaquín Sánchez Sánchez, sacerdote y activista social.

Tuve la oportunidad de saludarle y hablar unos minutos, y le di mi número de teléfono diciéndole que me gustaría que me contara cosas.

La otra tarde me llamó y estuvimos conversando, y nunca mejor dicho, de lo divino y de lo humano.

Hablar con Joaquín el Cura, es hablar de muchos temas recurrentes. Su labor en la defensa de las personas más desfavorecidas es lo que en cierta manera le mantiene expectante cada día. Ha luchado en tantas cosas que en muchas situaciones ha pillado a determinados organismos y entidades con el pie cambiado.

A las causas sociales y humanitarias dedica buena parte de su energía, cuando escuchándole la otra noche, diciendo “que hay ponerse al lado de los más vulnerables, para vivir sus carencias de cerca, conocer cómo son y realmente cómo piensan, y entonces probablemente con nuestra percepción, cambiaríamos de opinión”.

La gran cantidad de personas por las que ha dado la cara valoran todo lo que ha hecho, pero yo creo que además se motiva por todo lo mucho que todavía falta por hacer. Tiene que jugar con las reglas del juego que hay, y no con las que él desearía, las cuales como no puede ser de otra manera, respeta.

Ser creyente me apunta, además de sacerdote, le exige estar con los más empobrecidos y vulnerables. No es un capricho o una simple reflexión existencial, sino una respuesta a las exigencias del evangelio. Sabe que la mentalidad es que los curas estén en los templos celebrando sacramentos y organizando la vida parroquial, entorno precisamente a los sacramentos, y no decir nada o pasar de puntillas en relación a “otros temas sociales”.

Asimismo entre otros, es columnista de los diarios La Verdad y La Opinión de Murcia, y le sigo como tertuliano en Onda Regional de Murcia los jueves, donde a primera hora de la mañana junto a sus compañeros, a veces se producen momentos “acalorados” de debate porque hay temas trascendentales y graves, aunque poco después todo queda en prudencia y armonía.

Lo de activista social me llamó poderosamente la atención, porque un servidor que entre otras cosas forma parte de la plataforma Salvemos el Arabí, alguien muy importante refiriéndose a nosotros, cambió la palabra social, y nos llamó “caprichosos”.

Al hilo de lo ocurrido estos días y en una realidad muy cuestionada, se reafirma en que hay vidas que importan y otras parece que importan menos, por no decir que sobran para esta sociedad, y todas las vidas tienen la misma dignidad y derecho a ser rescatadas.

Dentro de su perfil me cuenta que nació en Vilanova de Sau, provincia de Barcelona un 8 de marzo de 1962, me viene a la memoria, que esa fecha se cataloga como el Día de la Mujer.

Diplomado en Educación Social, licenciado en Ciencias Religiosas y técnico superior en Educación Infantil, amante de los libros y del cine, tiene que añadir que en el Papa Francisco, ha encontrado un gran aire de libertad, dejando a un lado las diplomacias, defendiendo con su mensaje y con pequeños y grandes gestos la iglesia de los pobres.

Su padre fue Guardia Civil, y de él aprendió que de la vida que es un continuo aprendizaje, se puede elegir entre la bondad y la maldad, y optó por el mejor camino, la bondad. De su madre se enseñó, que la vida es para vivirla sin hacerle daño a nadie.

Entre otros menesteres, desde 1999 es capellán de la prisión Sangonera-Murcia I, así como dos residencias de personas mayores y un centro ocupacional para discapacitados físicos, y de los centros psiquiátricos ubicados en El Palmar, pedanía murciana y cuna de nuestro flamante Carlitos Alcaraz. Además como da abasto, es consiliario de la HOAC y también se moja en la Delegación Pastoral Obrera, lo cual no es moco de pavo.

Desde que visitó Colombia, está siguiendo el proceso de paz a través de las diversas iglesias implicadas, organizaciones sociales y en contacto con ex guerrilleros de las FARC.

A raíz de dos viajes a tres campos de refugiados, que fueron unas lecciones poderosas, Katsicas, Lampedusa y Ritsona, un refugiado les pidió desde el corazón roto que “por favor no les olvidaran” y junto a otros recogieron el compromiso de continuar al lado de ellos, por eso pronto realizará otro viaje para ver el sufrimiento de la gente. La voluntad de vivir de las personas siempre debe tenerse en cuenta.

Todo esto es una pequeña parte de Joaquín el Cura, residente en Las Torres de Cotillas. Un tío grande, vinculado a muchas cuestiones de los movimientos populares, inaccesible al desaliento, que ha hecho de las causas sociales su banderín de enganche. Testigo en primera línea de muchas cosas, él continua con su vocación intacta, dice que si guardamos silencio ante el racismo, la xenofobia, el rechazo al pobre, el trabajo precario que hace que no se llegue a final de mes, no seremos fieles al Evangelio.

Él ha visto muchas miradas que desarman. Hay gente que le ha dicho que “no reza”, y él me dice que reza en su soledad y sobre todo cuando está en una casa esperando a la comisión judicial y a las fuerzas del orden público para ejecutar un desahucio, intentando que se pare y por supuesto que no haya violencia.

“En la tierra hay recursos para todos, menos para la avaricia de unos cuantos”.

a Joaquín el Cura.


Artículos de José Antonio Ortega

José Antonio Ortega
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1 COMENTARIO

  1. Joaquín el cura de los desahucios, colabora con la PAH, (Plataforma de Afectados por las Hipotecas), de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) … un cura donde su «opción preferente son los pobres».
    Un cura siempre al lado de los más necesitados predica con el ejemplo. No es un teórico, práctica el evangelio de estar junto a los desheredados de la tierra.
    Algunos dicen que Joaquín, como cura, «blanquea» a un clero mayoritariamente conservador.
    Me da igual. Más curas de estos necesita la iglesia.
    Un día me lo encuentro por Cieza, hablo un rato con él, (lo conozco desde hace muchos años), creo que es nacido en esa Ciudad pese a vivir en Torres de Cotillas.

    Siempre lo saludo los primeros de mayo en Murcia ya que no se pierde nunca la manifestación convocada en ese día por los sindicatos. Día Internacional de la Clase Trabajadora.
    Además interviene como orador, de los oradores el más esperado, ya que obviamente tiene esa impronta particular por ser sacerdote y además involucrado en lo social.
    Siempre tiene un hueco en su intervención, para con «sus» pobres, la esperanza, la paz… y les dice a los jóvenes que se involucren en lo social… que el tiempo se saca con menos horas de estar con el móvil.
    Un gran cura, si tiene hasta cara de bueno!!

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
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