La vida es tan plena y hermosa, que el bienestar emocional la mayoría de las veces se encuentra donde menos lo imaginamos, lo cual también sirve de fundamento para afrontar la diversidad. José Risueño es una de esas personas donde se puede ahondar. Quienes le conocemos, sabemos que guarda mucho dentro.
Nos elaboramos una imagen del mundo basada principalmente en las experiencias vividas, gran parte de ellas tienen su razón en los miedos.
La piel es el mayor órgano del que disponemos, por ello adentrarse un poquito en la piel de un amigo, ponerte en su situación y que te cuente, es una forma de compartir en buena medida sus sentimientos.
La forma más adecuada de tratar la conducta hostil de algunos sobre otros, no es por supuesto adaptando la misma actitud, sino como mejor proceder, instándoles al respeto, a comprensión y cariño.
Una vez que empezamos a hablar nos gusta mantener la conversación viva. Donde cada uno se halla sin más remedio adaptado a sus necesidades. Ya que demasiadas veces las relaciones humanas son superficiales y la imagen cuenta mucho, hay quienes deben esforzarse más y por tanto requieren como nutriente más adecuado, un poco de estímulo.
Me dice que conocer gente y aprender de ella es algo que le encanta desde siempre. Es maravilloso contar quienes están dispuestos a ayudarte, apoyarte y corregirte, una forma de demostrar que de alguna manera te aprecian. Tanto de las situaciones buenas como de las buenas, se aprende, y sirven para luchar, mejorar e intentar encontrar un sitio para ser una persona íntegra.
El mundo es un puzle que llevamos en la cabeza algo desordenado, y por tanto cada uno tenemos el firme compromiso juntando todas las piezas de montarlo.
Con la intimidad de nuestro propio pijama podremos soñar despiertos con optimismo y cautela, haciendo frente a la vida despertándonos cada día sonriendo ante el espejo.
Me habla de asuntos que le gustan: la informática, las tecnologías y las redes, funciones que maneja con soltura, a la vez que advierte de su peligro cuando no se hace un uso adecuado de ellas. Ya tiempo que en este nuevo milenio vivimos episodios importantes por el aumento de los avances tecnológicos. Conectamos con los demás, y nos hemos convertido en usuarios utilizando claves “casi por obligación” para la mayoría de las gestiones y trámites.
Hablamos del factor suerte, sabiendo que por circunstancias, todavía no se ha visto favorecido con respecto al trabajo. Destaca la importancia de la autoestima ciñéndose a una vida anterior dejada atrás muy difícil, otra presente que no le está resultado fácil y la que falta por venir. Aun así, intenta superarse cada día, reconociendo que hay cosas que ve que no puede con ellas, y las mira de una forma “áspera” sintiendo un poco de rabia.
En otro asunto de nuestra conversación, indaga en el trabajo desarrollado en Spandy, donde realiza una laboriosa función como todos los voluntarios de la protectora, atendiendo a los animales sin hogar. Ese cariño inigualable que desprenden unos seres vivos tan fieles, que solo buscan el calor de una familia. A los perretes, soportando el frío o el calor, hay que limpiarles las jaulas cada día con agua y lejía, desparasitarlos, darles su medicación, curarles las heridas, además de ponerles comida y agua y preparar las consultas a las clínicas veterinarias. Los animales no son un entretenimiento pasajero, y por tanto lamenta la escalada de abandonos que se producen en épocas estivales o cuando la tenencia de mascotas sea un capricho nada responsable. Me apunta alguna de las necesidades de la protectora, nunca del todo cubiertas, un servicio que precisa más ayuda municipal y de la estimable solidaridad de la población.
La vida estemos o no nosotros, estará disponible para que aprendamos de ella. Nosotros estamos de paso, y mientras estemos deberemos aprovecharla. Cada uno siente lo suyo. Tenemos que pensar menos y hacer frente a las adversidades. La vida no es fácil para nadie, aunque resulte más difícil para unos que para otros, incluso con una diferencia abismal.
Nos hemos contado muchas cosas de una trayectoria coincidente en numerosos puntos, afrontadas de forma paralela, porque determinadas circunstancias vividas, se asemejan.
Las personas tienen derecho a ser escuchadas y ayudadas, sobre todo en momentos delicados. Mi amigo Risueño siempre de forma paciente y melancólica, no sonríe del todo pero tampoco está serio, porque él es así, con ese particular y cariñoso gesto tan suyo.
¡Me conmueven estas cosas!
Ahora se dice dar visibilidad. Muy bien dar esta visibilidad en los medios de comunicación, dar a conocer, poner en común la vida de las personas, sobre todo aquellas que la vida no se lo ha puesto fácil.
Este relato de José Antonio y el agradecimiento de jrf Yecla si se pudieran servir en los restaurantes sería de la siguiente manera: oído cocina una RACION GRANDE DE HUMANIDAD.
Cuando rascas un poco se puede ver que no todo es egoísmo, las personas albergan grandes dosis de humanismo.
Lo hemos podido ver y comprobar en la reciente pandemia. Cantas generosidad y cuanta humanidad se ha derrochado.
Conozco a José Risueño, nos vemos nos saludamos, también a sus padres. Personas peleonas de la vida.
Muchísimas gracias Amigo, por esta valiosa dedicatoria, me siento muy alagado y apoyado por tu parte, al igual que con el resto de las personas que me brinda su ayuda.
Obviamente, la mejor ayuda y apoyo que puedo tener es la que me doy a mi mismo. Pero siempre nos viene bien y a veces es necesario contar con toda la ayuda posible de todos cuanto puedan darla.
Quiero agradecer a Spandy, por aguantarme todos estos años, por todo lo que me han corregido y enseñado. Por permitirme ayudar en el cuidado de los animales que tanto amor nos brinda.
Agradecimientos a la asociación Kapaces, por toda la ayuda que brinda a las personas con DF, por hacernos disfrutar en cada evento, en cada cena… en ayudarnos a encontrar oportunidades en el mundo laboral. Me siento siempre muy acompañado por los grandes compañeros, que no dejan de mantenerse alegres, ociosos y con ganas de aprender y estar en un mejor momento siempre.
Agradecimientos a Amites y Voades, dos asociaciones que derivan del «Telefono de la esperanza», por toda la enseñanza y el apoyo a través de los talleres y demás servicios que siempre me resultan muy interesantes y necesarios para mejorar nuestra fortaleza emocional.
Y sobre todo agradecimientos, a mis grandes amigos, como Jose antonio Cantó, Jose antonio ortega.. Rosa hernandez, Maria dolores..
Y especialmente a mi familia, que aunque me cuesta entenderlos , noto siempre su buena intención de ayudarme, especialmente mi Hermana, que tanto quiero.
Quiero agradecer y dar ánimos, a todas las personas, que están luchando, por estar mejor, a pesar del dolor y miedos que viven a diario, personas que perdieron mucho y a pesar de ello, y con apoyo de todos cuanto las quieren o aprecian, se esfuerzan muchísimo a nivel psíquico y físico para lograr mejora en salud y estar mejor.
Y por último quiero hacer mención de una de las personas que más me ha ayudado en mis peores momentos, una persona para mí muy especial. Ella es anestesista de quirófano y de Colombia. Me ha dedicado durante más de dos años, horas y horas de conversación de apoyo, con una amor y paciencias como nunca lo he visto en mi vida. Una persona de un corazón enorme, una bondad y humildad increíbles. Tanta ayuda que me ofreció, tanto que aprendí con ella, que a pesar de que desde tiempo apenas nos vemos, la siento como si la tuviese a diario conmigo. Ni siquiera la echo de menos.
Tengo pendiente hacer un video, dedicado a Spandy, y demás asociaciones, así como a todas esas personas que luchan y las que están ahí siempre apoyándonos. Abrazos a todos y gracias.