Suma y sigue en un mes de mayo que ha comenzado lluvioso. Según datos de la estación meteorológica de la Maneta, hasta el día de hoy se llevan a cumulados cerca de 30 litros por metro cuadrado de lluvia en lo que llevamos de mes. Fueron 24 litros los registrados durante todo el día de ayer y hoy también sigue la misma tónica de intensas precipitaciones.
Se trata de un registro de lluvia que en apenas 10 días ha igualado a las precipitaciones juntas de los meses de enero, febrero y marzo de este año 2016.
Por otro lado, los agricultores del Altiplano acogen con alegría las lluvias primaverales que se registran en esta zona, por el beneficio que supone para todos los cultivos tradicionales y poder encarar así el verano con un mayor optimismo.
Las precipitaciones que se han registrado en los últimos días en los términos municipales de Yecla y Jumilla, además de las que cayeron hace poco más de una semana, llegan en el momento oportuno para las plantaciones de los cultivos leñosos de esta comarca, principalmente para olivos, viñedos y almendros. También para los cereales que se encontraban en una situación muy crítica por la falta de humedad.
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«Las lluvias de abril y mayo suelen ser estupendas para los cultivos tradicionales y autóctonos de esta zona, y, sobre todo, para aquellos cereales que se encontraban en agonía hídrica, para salvar algo de su producción», indica el secretario regional de agricultura del sindicato Coag-Ir, Pedro García. También vienen bien para lavar las plantaciones y son fundamentales para los cultivos de secano «y así poder afrontar con cierto optimismo los cálidos y secos meses de verano que se nos harán eternos, sino se registran nuevas precipitaciones».
Tampoco se olvida de la importancia que tiene el agua de lluvia para la recarga de los acuíferos sobrexplotados, «puesto que el agua que consumimos, tanto el abastecimiento humano como para el desarrollo de la actividad agrícola en esta comarca, procede exclusivamente del subsuelo y hace falta que se recarguen».
Pero, como suele pasar en estos casos, añade García «nunca llueve a gusto de todos», porque de persistir las precipitaciones, pueden perjudicar a algunos frutales como el albaricoque, tanto en la comarca del Altiplano como en el resto de la región «ya que pueden rajar la fruta por exceso de humedad, lo que impedirá su comercialización, de ahí que los productores de estos frutales estén muy preocupados. La producción está a punto de ser recolectada y si el fruto se raja no se podrá comercializar, además de que se pudre muy pronto», señala el dirigente de la Coag.