Ya conté que en China se habían instalado unos cuantos yeclanos, algunos con tiendas de Todo a Cien (aunque no queda claro de qué moneda) conocidas como Yeclanicas. Sin embargo, no fui del todo sincero. Aseguré que eran unos poquicos yeclanos, pero, como en China todo se multiplica, en realidad acabaron viviendo varios miles de yeclanos en distintas ciudades del país asiático.
Tanto es así que en Hong Kong un barrio pasó a llamarse Barrio Yeclano, donde nuestros emigrantes podían reunirse y disfrutar de algunos manjares típicos (los que no habían desaparecido o los que habían sido recuperados). Algunos Adoradores de la Inmaculada se habían llevado allí los arcabuces y, para horror de otros seguidores, habían tratado de instaurar las Fiestas de la Virgen China, donde en vez de tirar tiros para la Virgen, fingían pelear con un dragón.
También San Isidro tuvo su lugar en el nuevo barrio. Mientras los yeclanos construían La Purísima, la Cruz de Piedra o el Parque del Cespín con papelicos, los chinos reproducían dragones, el Templo del Cielo, la Ciudad Prohibida, la Gran Muralla China o el Ejército de Terracota. El primer año fue raro, a pocos gustó, pero como el vino corría igual, aunque en botas de piel de baiji o sin el típico colorcico marrón (ahora eran blancas y negras, como los pandas), en dos horas ya no hubo quejas.
Con el correr de los años, unas semanas antes de que las carrozas recorrieran las calles de Hong Kong, el cielo del barrio yeclano se adornaba de grullas con arcabuz, de tigres con cornetas o de yeclanos campesinos que habían cambiado el sombrero de paja por el cónico asiático, y sus versos casi siempre rezaban frases de Confucio y Lao Tze. Lo poco que quedó originario de la fiesta de Los Judas fue la comida: las pelotas, que se salvaron de que se utilizase carne de pato; los gazpachos manchegos, que pasaron de la torta cenceña a estar hechos a base de arroz; y luego el bacalao con tomate, los libricos, una vez superada la maldición, o el queso frito procedente de cabras del Himalaya.
Un yeclano intentó replicar las costumbres el primer año y criticó al gobierno chino. Se había quejado de la falta de reciprocidad cultural después de tantos años que ellos habían estado aceptando chinos como si fueran sus hijos. Al hombre lo deportaron, y como no tenía patria (o pueblo) a la que volver, se pasó los siguientes quince años rebotando entre países como una pelota de pinball.
Cuando Juana recuperó las torticas fritas (si recordáis, no estaban tampoco muy lejos), los almuerzos en Hong Kong ganaron enteros, pero fueron las empanadicas del negocio de Tuki las que dispararon la fama del Barrio Yeclano. Las noticias de yeclanos ilustres iban y venían entre China y el páramo: Juan Carlos estuvo a punto de provocar la erradicación de todo el barrio.
En sus constantes búsquedas e infiltraciones en templos y museos chinos, molestó a las autoridades como para que se planteasen echar a esos yeclanos a pesar de que suponían un 3% del PIB de China gracias a sus Yeclanicas, los pequeños negocios de muebles, de sofás y colchones, así como gracias al negocio gastronómico, que atraía a cientos de miles de turistas cada mes a un barrio de tres mil personas. Desde japoneses a alemanes, pasando por croatas y turcos, todos se paseaban un ratico por las calles de quienes en dulce nostalgia (no se supo si del pueblo o del Imperio Romano) trataron de llamar al barrio Yecla de Oriente.
Las noticias que nos llegaron hace poco del Barrio Yeclano es que ya crece una segunda generación, los yeclanos de oriente, nombre que cuajó mejor. Tienen conversación fluida en chino y yeclano. Como las redes de comunicación de la Región de Murcia no son muy buenas, apenas se han enterado de esta nueva expansión, y así habrá de quedar. Todos los yeclanos hemos hecho un pacto de silencio para proteger al nuevo barrio, o los esquilmarán a impuestos para luego decir que la autovía Murcia-Yecla de Oriente ya si eso la esperemos para el siglo veintidós.
Lo siento me he equivocado no volverá a ocurrir. Un comunicado para asunto de emigrantes en un país colonizado por partidos reaccionarios en este asunto, sin tener en cuenta que España es un país de emigrantes, es tener valor.
Desde que Isabel y Fernando financiaron tres carabelas al genovés Cristóbal Colón, otros dicen que era de Benidorm, desde entonces las remesas de emigrantes han sido colosales.
Si hasta hay una canción mítica de Juanito Valderrama «El emigrante» con récord de audiencia.
Hoy Javier nos habla de unos yeclanos/as que se han marchado a Hong Kong, una región administrativa de la República Popular China. Dicen «un país dos sistemas».
El caso que allí están los yeclanos que en vez de «asimilarse» a las costumbres del país que les da «cobijo» ellos, los yeclanos/as, mantienen su gastronomía, torticas fritas, libricos, no comen con palillos, mantienen la cuchara para el gazpacho, y encima celebran sus fiestas patronales con disparos de arcabuces y todo eso, incluso de forma más completa, ya que se comenta que las mujeres también salen disparando.
No contento con esto forman un barrio propio (Yecla Oriente) e incluso venden muebles, sofás, colchones, más las tiendas «todo a un dólar Hong Kong»… que supone el 3% del PIB chino, antes de los aranceles de Trump. Es decir, por aquí a estos inmigrantes yeclanos les acusaríamos de quitarnos el trabajo y de no integrase manteniendo sus costumbres.
Ante este «chollo» de inmigración se ha hecho un «pacto de silencio» para que no surta el «efecto llamada».
Que a los españoles, yeclanos, nos cuesta poco irnos a trabajar a otros sitios. Los franceses y otros países no dan a basto a pagar pensiones de españoles/as que estuvieron en la vendimia francesa, excavando túneles en Suiza y apretando tornillos en Alemania.
Ahora parece que ser emigrantes no ocurrió. Como los nuevos ricos, ya no recuerdan sus orígenes de cuando hacían una comida al día.
Esto se merece un comunicado. En el pincelin de Almansa. Dice mi tío que a los pobres también le gusta lo bueno. Es una dejación el dejar lo bueno en manos de las élites económicas. Buena teoría.
Se acostumbran y la toman como un derecho exclusivo de esa «clase».
En unas horas el comunicado.
Como les fue al cura Abellán y al Calvo de la antigua teleyecla?
Se sabe algo?