Una yeclana tendrá la responsabilidad, junto a su compañero de estudio, de diseñar la imagen gráfica de una de las fiestas internacionales más importantes del mundo, Las Fallas. Se llama Cristina Alonso. La unión de profesionales formada por Diego Mir y Fase Studio (Cristina Alonso Navarro y Raül Vicent Claramunt) será la encargada de crear la imagen gráfica con que las Fallas de 2021 se mostrarán al mundo entero.
Hemos entrevistado a Cristina para conocer su trabajo y la trayectoria profesional de esta diseñadora.
Lo primero, enhorabuena por esa elección al estudio en el que trabaja para realizar el diseño que anunciará Las Fallas del próximo año, ¿en qué consistirá el trabajo?
Este encargo viene a través de una llamada a proyecto en la que se selecciona al profesional o profesionales que se encargarán de realizar la imagen gráfica de las Fallas de Valencia de 2021. El encargo consiste en diseñar el cartel y la imagen gráfica a las fiestas más importantes de la ciudad, además de su adaptación a todos los formatos y soportes necesarios: publicidad exterior, programas de actividades, redes sociales, pancartas, merchandising, invitaciones, inserciones publicitarias, etc.
Dada la magnitud del encargo, Diego Mir, ilustrador, diseñador gráfico y colega nos propuso presentarnos conjuntamente y, visto el resultado de la convocatoria, el jurado vio posibilidades en este tándem.
¿Qué supone profesionalmente ese encargo?
Supone un reto y mucha responsabilidad por diversas razones. Primeramente por la magnitud, no solo del trabajo a realizar, sino por la cantidad y diversidad de personas al que se dirige. También porque en los últimos años reconocidos profesionales de la ciudad se han encargado de este trabajo, ya que el hecho que las Fallas sean patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO, es una oportunidad para buscar la excelencia en todos los ámbitos de la fiesta, así que esperamos estar a la altura.
Por otro lado, para Fase, el estudio que fundamos Raül Vicent y yo hace 3 años, supone un escaparate formidable. Las Fallas le han ido dando más importancia al diseño en los últimos años, por lo que la presentación de su campaña gráfica ya forma parte como uno de los actos que preceden las fiestas. Y su utilización se prolonga durante unos meses y llega a exhibirse no solo fuera de Valencia, sino fuera de nuestras fronteras. Aunque sabemos que habrá críticas negativas y positivas, ya que se dirige a un público muy amplio, vamos a tratar de hacer un trabajo con el que estemos satisfechos, tanto cliente como diseñadores.
¿Tienen preparado el trabajo? ¿En qué han pensado?
Por ahora aún estamos viendo toda la parte informativa, especificaciones técnicas y demás gestiones de este tipo de encargo de contratación pública. Hay ideas sueltas, pero que nunca sabes si van a funcionar hasta que no intentas formalizarlas. Lo único que podemos decir, sin pillarnos mucho los dedos, es que, por la forma que tenemos de trabajar tanto Diego como nosotros, la imagen gráfica seguirá una línea sencilla y limpia con el objetivo de que destaque y se entienda la idea o concepto que haya detrás.
En los últimos años se ha impuesto la fórmula de serie de carteles, es decir, no reducir la campaña a una sola imagen que engloba todos los actos y particularidades de la fiesta, sino realizar 2, 3 o 4 carteles diferentes como vehículo para expresar una variedad de ideas. Esto es algo que de momento ni asumimos ni descartamos.
Nos imaginamos que había mucha competencia por hacer ese trabajo para Las Fallas
Este año el consistorio ha recibido 48 propuestas para realizarlo. Dejando de lado este número que puede variar de año a año, la identidad gráfica de las Fallas es el trabajo de mayor magnitud al que se puede aspirar en la ciudad, por lo que son muchos los profesionales que aspiran a realizarlo. Aunque sí queremos dejar claro que no es imprescindible ser valenciano o desarrollar tu actividad en la ciudad para poder ser escogido.
¿Quién es Cristina Alonso?
En mi familia hay muchos diseñadores: mi padre, mi hermano, primos, tíos… Crecer en este entorno me ha marcado desde pequeña. Si puedo presumir de algo, es de llevar toda mi carrera profesional dedicándome a lo que me gusta, supongo que ser constante y autoexigente me ha ayudado a conseguirlo.
Durante los años de formación tuve la suerte de contar con el estudio de diseño que tenía mi familia, Amanece Comunicación, como primer contacto en el ámbito profesional. Después, en 2006 fundé junto a otros compañeros el estudio de diseño Nadadora. En paralelo, durante unos años, trabajé con el diseñador Dídac Ballester realizando proyectos de identidad, editorial y packaging. En 2011 me centré solo en Nadadora y conseguimos cierto reconocimiento como diseñadores de producto/mobiliario, comenzando a movernos a nivel internacional, hasta que en 2017 decidimos cerrar esta etapa para formar Fase y dedicarme exclusivamente al diseño gráfico.
¿Cómo está el mundo del diseño desde tu punto de vista?
El diseño y los diseñadores siempre hemos reclamado más reconocimiento con su consiguiente mejora en la remuneración. Poco a poco se han ido dando pasos en este sentido, y este procedimiento de selección para las fallas es uno de ellos. Este mismo sistema de convocatorias a profesionales también ha sido empleado en otras ciudades/regiones como Murcia. Probablemente no es el mejor método, pero es un buen camino.
Por otro lado, aunque la de diseñador es una profesión muchas veces romantizada, si lo miramos en términos generales, es un sector que no escapa de la precariedad laboral actual. Hay gran cantidad de profesionales con contratos mileuristas y, sobre todo, de autónomos a los que les cuesta llegar a fin de mes. La paulatina desaparición del tejido industrial de nuestro país no ayuda. Por todo esto, actualmente nos consideramos unos privilegiados.
Profesionalmente, ¿cuál es tu momento?
Nuestro estudio ha cumplido tres años este verano, y por el momento estamos satisfechos con la marcha que está tomando. Vamos ampliando nuestro bagaje y experiencia acumulada de anteriores etapas profesionales, y cada vez estamos más cómodos en cada una de las facetas que reclama una empresa de estas características. Además hemos cumplido dos objetivos que nos habíamos propuesto al inicio: trabajar para un abanico de sectores bastante variado y que nos llegaran encargos de fuera de España.
Por otro lado, el año pasado ganamos nuestro primer premio Laus (los premios de diseño más prestigiosos del país), algo que veíamos muy difícil de conseguir. Más allá de la posible visibilidad que da, para nosotros ha sido importante que profesionales a los que admiramos, primero vean y examinen nuestro trabajo, y después consideren que se encuentra entre el mejor diseño del año. Nos da confianza para seguir trabajando en la línea en la que lo hemos venido haciendo.
¿Por qué Valencia?
Fui a estudiar diseño allí hace ahora 19 años, y me quedé. Es una ciudad con una buena calidad de vida y un tamaño ideal: tiene la oferta de una gran ciudad, pero una comodidad en el día a día similar a la que puedes tener en Yecla. Estar a tan solo hora y media en coche de aquí es otro motivo importante.
Cómo es su relación con Yecla, ¿vienes muy a menudo?
Vengo muy a menudo puesto que parte importante de mi familia vive aquí, y por esta misma razón la disfruto menos de lo que me gustaría, ya que cuando vengo me da tiempo a estar con ellos y poco más.