María Pilar Bueno Heredia es una escritora afincada en Yecla a la que tuve el gusto de conocer recientemente. No había oído hablar de ella hasta el día de la presentación de mi último libro en la librería El Paseo de los Libros. Se situó en primera fila, justo frente a mí, y enseguida llamó mi atención su cabellera rebelde y rubia, su expresión atenta y despierta, y su encanto, pues María Pilar es una mujer bella por fuera, pero tras leer, uno a uno todos sus relatos, he llegado a la conclusión de que lo es también por dentro.
Al finalizar el acto, se presentó y me informó de que ella también acababa de publicar un libro de “relatos” y, como siempre me ha gustado conocer a las personas que, como yo, les posee esa obstinada inquietud por la escritura, al día siguiente, no me resistí a indagar un poco más sobre ella a través de Inma, la librera, y hacerme con un ejemplar de su reciente publicación: “Te cuento, por si se me olvida”.
La lectura de este libro ha supuesto para mí una gran sorpresa por varios motivos. Para empezar, tratándose de una escritora novel y ser esta es su primera publicación, su originalidad y un buen hacer, parecía provenir de alguien con una dilatada dedicación a la escritura.
Tampoco, hasta ese momento, había tenido noticias de ella, lo que tampoco significa mucho, la verdad, acostumbrados como estamos, por lo general, a oír hablar de las mismas escritoras y escritores de siempre, y a encontrar los mismos títulos en los expositores de las grandes librerías, lo que implica que el acceso a obras literarias que se salgan de estos cánones publicitarios respaldados por las grandes editoriales resulte prácticamente imposible sin la indiscutible dedicación de las librerías más pequeñas y modestas, que apuestan por escritores menos famosos y consagrados. Pero, posiblemente, si hubiera publicado anteriormente, habría podido tener alguna noticia previa de ella.
Así, sin saber cómo, me vi totalmente entregada a la lectura de los relatos de esta autora a la que acababa de descubrir. Una tras otra, cada una de sus historias me incitaban a seguir adelante, en parte, por las sugestivas tramas de las narraciones, pero también por la sencilla y cuidada forma de contarlas. Bastaron los primeros relatos para llegar a la conclusión de que se trataba de buenos relatos y, conforme avanzaba en su lectura, más se afianzaba mi convicción.
Las narraciones que componen este libro tienen los ingredientes apropiados para que resulten adictivos. En ellos hay magia, personajes cautivadores, tiernos, muy humanos, imperfectos; el drama subyace, se palpa, deja huella, un sabor persistente en el paladar, se rumian; hay sensualidad, lirismo, reflexión, poesía…; son historias vitales, llenas de luz, que se sitúan en esos lugares comunes en los que todos nos hemos encontrado alguna vez, sensaciones que todos hemos tenido en algún momento; todo se confabula para no interrumpir la lectura, para dejarte atrapar por el deseo de adentrarse en la siguiente historia, en una nueva aventura.
María Pilar, en unas quinientas palabras, o en menos, en lo que podríamos clasificar como relato breve, o microrrelato, es capaz de narrarnos una vida entera como en Bambú; en Volar para escapar descubrirnos, con gran sutileza, el aterrador drama del abuso infantil; en otros muchos, describirnos el afecto, el amor y el deseo en sus distintas formas y posibilidades: amores secretos como los de Marina y Álvaro, personajes que van apareciendo, de vez en cuando, de súbito, para mostrarnos indicios de su relación; amores soñados, amores recordados, perdidos, amores pasajeros, amores eternos; adentrarnos en recuerdos infantiles, mágicos, nostálgicos como En mi barrio, o La niñez olvidada en un cajón; memorias de otras épocas que solo hemos llegado a ellas a través del relato de aquellos que las vivieron y ya no están, como En el andén; llevarnos de la mano a esos paisajes añorados que nos hacen soñar, recordar, vibrar: una playa, el sonidos de las olas, la luz del sol; una mesa en un rincón de un café; el cuarto con ventana por donde entra el viento, el olor de la primavera, el canto de los pájaros.
Son relatos llenos de anécdotas, de vivencias cotidianas de gran significado, de vitalidad, de esperanza y supervivencia como en Esa sonrisa dibujada en tu piel.
Pero no todo es aflicción y nostalgia. María Pilar se permite alguna anécdota pícara y divertida, como en Tacones y rímel, en la que nos narra la experimentada vivida en un concierto de Prince, a la vez que deja constancia de sus refinados gustos musicales que, en la mayoría de los casos, comparto plenamente.
Animo sin dudarlo a la gratificante lectura de «Te cuento, por si se me olvida». Os aseguro que no os dejará indiferentes y que disfrutaréis con sumo agrado de atractivas y particulares historias, magníficamente narradas.
Por todo ello, no es aventurado pronosticar que María Pilar tiene un brillante futuro como escritora y yo la animo a seguir adelante.
Más información sobre el libro en este enlace.