El domingo 23 de abril, cuando salía con mi perro a primera hora de la mañana, me crucé con Francisco Guillem. Bajaba de su casa y llevaba una sartén de la mano cogida del rabo en una funda. Fue un saludo rápido pues se notaba que llevaba prisa, y creo recordar que me dijo “vamos a pasar el día”. Paco, me enteré después, se dirigía a la celebración de la Romería de San Marcos, tradición gastronómica en el Cerrico de la Fuente, donde la jornada entre otros actos consiste en hacer gachasmigas para abrir boca y, mientras se hace la digestión, se preparan paellas varias para la comida siguiente.
A Paco Guillem ese día le cambio la vida. En un momento dado se encontró mal y le llevaron al hospital.
Francisco Guillem Castaño fue el primer alcalde de la reciente democracia, entre 1979 y 1986. Convendremos todos en que algo ha llovido desde entonces. En aquella época en la que se llevaban los pantalones campana y el pelo largo y en aquellos años donde en Yecla al igual que en la mayoría de pueblos se carecía de casi todo; después de atender las necesidades inmediatas que no es preciso enumerar y hoy nos parecerían impensables, poco a poco fueron llegando los logros.
Conozco a Paco de toda la vida, al igual que muchísima gente por no decir todo el pueblo, ya que para algunos su paso por el ayuntamiento puede que les quede muy lejos y los más jóvenes porque aquello hace mucho, no lo vivieron.
Sobre todo le conozco porque en 1982, tres o cuatro personas ante la problemática que había, teníamos un asunto del que había que ocuparse y por el que a menudo dábamos el tostón en la casa grande. Contactando con en el consistorio y tras diferentes reuniones creamos la Asociación de Minusválidos Físicos de Yecla. En la calle Ercilla, 7, tuvo lugar la puesta en marcha, cuya cesión de local y parte del mantenimiento se llevó a cabo con la ayuda del ayuntamiento.
Aunque después de aquel entonces mantuvimos escasa relación, el trato siempre ha sido agradable y sobre manera algo más cercano en los últimos años, donde junto a un ramillete de compañeros tertulianos –a los cuales aprovecho para saludar- compartimos las ondas de Onda Cero hablando de la actualidad y asuntos de interés, un tiempo allí en la emisora y al aparecer la pandemia unos meses por teléfono. Tertulia, moderador y veintena de tertulianos que echo de menos.
Tras su paso por la política local, reinició su actividad profesional durante unos treinta años, hasta su jubilación.
Francisco Guillem ha vuelto a una edad madura al gusanillo de la actividad política, que siempre ha sido su pasión, al igual que en parte lo es la música, de ahí que nos juntamos en la Escuela de Música de la que siempre ha sido un firme defensor, así como de que Yecla alguna vez disponga de un gran auditorio.
En el salón de plenos, tomó posesión de su acta de concejal, prometiendo el cargo sobre un ejemplar de nuestra Constitución conservado como oro en paño, ya que las vueltas que da la vida dicho ejemplar se adquirió cuando él fue primer edil.
Recuerdo sus palabras ese día, resistiendo el embate, sobre todo el agradecimiento a la sanidad pública, haciendo hincapié en el reconocimiento al equipo médico que le atiende y puesta en valor del trabajo sanitario. Hablar de ciertas cosas no es resaltar lo obvio, es decir lo que está pasando, aunque seguramente resulte muy difícil por no decir casi imposible, revertir ciertos asuntos.
Recuerdo la posterior comida a escote donde un grupo de amigos y familiares le acompañamos en La Zaranda, cuyas paredes han escuchado tantas y tantas palabras a lo largo de los años de personas de cabello cano y otras tantas que ya no están entre nosotros sobre la transición y la democracia, en un periodo de la historia tan importante y trascendente y que le dije que aquello habría que contarlo.
A veces las palabras y las cosas no cambian nada, sin embargo emocionan mucho. La verdadera distensión implica en cualquier aspecto, un aumento de la confianza mutua y una mayor posibilidad de apertura a la sociedad. Este verano nos hemos visto algunas veces por el paseo recuperando fuerzas, después de su complicada operación, y ahora en esta Yecla nuestra, en este rincón donde pasamos al invierno sin apenas atravesar el otoño; él, con la confianza en uno mismo, continúa con una ilusión cierta que parece se multiplica, donde aparte de sus revisiones médicas y tratamientos, la experiencia en la vida pública puede aportar un accesorio importante de tiempo y conocimiento.
Seguramente para entender la espera y comprender un poquito más, el tiempo no se ha olvidado de Francisco Guillem, y en el último pleno municipal allí estaba, dispuesto a trabajar por el bien de todos, recuperándose del cáncer, con su templanza, su botella de agua y su batido como complemento alimentario.
Artículos de José Antonio Ortega
Tan solo decir, una persona que de forma bastante desinteresada, a su edad, con su enfermedad, tenga aún ilusión por estar en política con mayúscula es digno de tener en cuenta. En políticas de aportar… experiencia, sensatez, sabiduría que da la madurez… Bienvenido Paco.
No sé quién me enseñó, o si, es igual, que uno de los virus más dañinos en estas sociedades tecnológicas es la «indiferencia».
Guillem no es indiferente, tiene su posición política y en base a esos principios actúa en beneficio de toda la sociedad y quizás algo más por aquellos que más lo necesitan.
Sobre la «indiferencia» mi maestro decía, que era peor un indiferente que alguien que se sitúa en el lado negacionista del cambio climático. Porque toma posición, será errónea, pero no es indiferente.
Dicho lo principal, hablar de incoherencia y de no aportar nada, es algo que salta a la vista, la Reme decía que Murcia NOS EXPRIME y ahora con todo lo que pasa en el Hospital de Yecla y otras cosas, no se les oye reclamar al gobierno de Murcia nada para Yecla. El «susurrador de besos» ni está ni se le espera, salvo para las gachasmigas.
Si Paco eligió estar en política, quién soy yo para quitarle ese compromiso, solo el deseo que siga recuperándose totalmente por el bien de este veterano político que aún tiene cosas por aportar, una de ellas… decirle a la Reme y cia que el último Plan General de Ordenación Urbano (PGOU) fue cuando él estuvo de alcalde.
Que este ayuntamiento trabaja menos que Abascal.
Me alegro que en lo personal haya salido del bache pero no creo que pueda aportar nada. De su alcaldía he oído de todo, más bien tirando pa mal.
Sobran vividores profesionales en la política y los hay en todos los partidos porque sí, Asun Molina ya me dirán porqué está ahí o qué oficio tiene.
Lástima de Yecla entre unos y otros.
Compararlo con Bono o con Page no se lo cree ni quién lo ha escrito. No tiene categoría suficiente.
Fue un mal político y peor alcalde. Suya fue la culpa de perder la alcaldía.
Peleón contra sus compañeros por intereses personales.
Estuvo a punto de fichar por Ciudadanos pero no le daban el puesto que el esperaba.
Es un cambia chaqueta, creyó que está sería la oportunidad de que el PSOE volviera a la alcaldía y por eso quiso ser el número 3, nadie se lo ofreció sino que lo pidió él, le salió el tiro por la culata.
En muchos años no pisó la casa del pueblo, se llevaba a muerte con el doctor, hasta su muerte no ha vuelto.
Se puede quedar en su casa, no hace bien al socialismo, al contrario. Y de paso que se lleve a la Asun, que no sabe hacer un cero ni con un canuto, tonta del bote y al multimillonario de la televisión, y a la Carlota también, que ya es hora de que se vaya al paro.
Un gran luchador. Tuve la oportunidad de conocerlo en mis años de estudios en Murcia, algunas veces me vine con el.
Buen conversador, pero sobre todo lo considero el mejor alcalde que ha tenido Yecla. Quién más se ha pelado, muchas veces contra gente de su propio partido. Un Bono o Page pero de Yecla. Yecla estaría mucho más avanzada si el hubiera continuado más años como Alcalde .
Me alegra que vuelva a la política, no es un profesional de ello, como muchos de los que nos gobiernan, como la actual Alcaldesa que criticaba las políticas del PP y ahora las defiende porque tiene carguico