El pasado jueves asistí a una mesa redonda organizada el Centro de Educación de Adultos, en la cual se hizo frente a la palabra cáncer desde varios aspectos, bajo el lema información es prevención. Felicitar al centro por tan interesante iniciativa.
De izquierda a derecha aparecen en la foto: Jorge Pagán del Centro de Hemodonación de Murcia; Alejandra Ivars, oncóloga del Hospital Morales Meseguer; Desirée García, paciente y presidenta de Ayac; Ana Soriano, moderadora y profesora del centro; Jaime Andreu, digestólogo y jefe de medicina interna del Hospital Virgen del Castillo; María del Carmen Rodríguez, psicooncóloga de Ayac y Antonio Soria, ahora jubilado pero siempre médico, anastesiólogo, reanimador y unidad del dolor del Hospital Virgen del Castillo.
Hago un breve resumen de memoria de lo que para mí supuso la charla, sin decir quién dijo cada cosa, ante un salón de actos del Instituto Felipe VI repleto.
Todos y cada uno de ellos pusieron de manifiesto la importancia de dar visibilidad a una enfermedad que, aunque se está investigando mucho y los avances son cada día mayores, se estima que durante los próximos 10 años, las muertes debidas al cáncer podrían aumentar hasta los 14 millones de personas al año. Es fundamental crear conciencia sobre la enfermedad y la prevención, ya que según la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 4 casos de cáncer se podrían evitar con prevención.
La investigación y los avances conseguidos son muchos, aunque todavía falta, donde la quimioterapia tanto a nivel de pastillas como por vena, ataca las células malas, pero también en muchos casos las buenas, de ahí que se produzcan vómitos, malestar y caída de cabello. Actualmente se están implantando técnicas como la inmunoterapia.
Es fundamental la detección, de ahí la importancia de los cribados por ejemplo para el cáncer de colon y recto entre los 50 y 69 años. Una prueba sencilla que se nos facilita en la farmacia una vez recibida la carta y cuya muestra tenemos que llevar al centro de salud.
Destacar igualmente la importancia de la donación de sangre, ya que sin ella, destinada en muchos casos a personas enfermas de cáncer, sería imposible este gran eslabón de los donantes para obtener el plasma, glóbulos rojos y plaquetas. Sin sangre no hay vida, podemos serlo si nuestro organismo lo permite, con solo un “pinchacito” en el dedo, así como las donaciones de médula.
La prevención es un reto que depende de la sociedad en su conjunto y de cada uno de nosotros, haciendo la vida cuanto más saludable mejor. Nosotros no podemos evitar la contaminación, pero sí en la medida de nuestras posibilidades tenemos que ser capaces de realizar el ejercicio físico que permitan nuestras fuerzas, sin preguntarle a las ganas qué piensa.
Es cierto que tenemos que dejar de mirar el cáncer a través de las gafas del sufrimiento y la muerte. Debemos ponernos las gafas de ver con perspectiva positiva, puesto que son cada vez más las personas que con tratamientos adecuados y hábitos de vida saludables, consiguen “vencer” esta cruel enfermedad.
Frente al cáncer de pulmón, fije una fecha para dejar de fumar, incluidos los cigarrillos electrónicos, y anótela en su calendario y para obligarse a sí mismo, dígaselo a quien tenga más cerca o alguien de su confianza, seguro que le apoyará y se alegrará mucho de su decisión.
Es verdad que nuestra esperanza de vida ha aumentado y que cuando nuestras células envejecen y dejan de reproducirse, empiezan a enviar señales erróneas a otras células inmunitarias.
Sabemos que lo ideal es comer sano y evitar el alcohol, lo cual no es fácil dentro de esta inmensa despensa con tantos alimentos procesados y la manera que cocinamos.
Creemos en la ciencia y confiamos en los médicos. En manos de los oncólogos dejamos que decidan sobre nuestro mejor tratamiento puesto que ellos con su conocimiento saben qué opciones son las más convenientes.
No nos podemos olvidar que estos tratamientos tienen precios desorbitados, los cuales sin poner cifras hay que valorar, puesto que pocas familias podrían “permitirse” la aplicación de los mismos de no ser por el gran sistema sanitario con el que contamos en nuestro país. Sin nuestro sistema, sin tratamientos y sin los especialistas con los que contamos, hoy no podríamos hablar de unos resultados tan positivos en cuanto a supervivencia.
El apoyo psicológico es muy aconsejable, ya que por medio de asociaciones como Ayac, se pueden recibir muchos estímulos necesarios tanto con terapias individuales como colectivas. La salud mental y el apoyo que se debe proporcionar a través de las entidades y de la red pública no pueden verse mermadas.
Para muchísimas personas hay vida después del cáncer, aunque esta vida cambie.
Afrontarlo con tranquilidad, disfrutar con los amigos y compartir las reflexiones siempre nos hará más humanos y fuertes frente a él. La experiencia como paciente y ahora como presidenta de Ayac, no deja de ser una forma para hablar del dolor físico y emocional.
Cuando el cáncer llega a una persona de la noche a la mañana, es como una alteración parecida al hervor con el agua en calma.