Manuel González Dávila llegó a Yecla para ocupar la plaza de técnico de Iberdrola que se creó para coordinar la agrupación de Yecla, posteriormente Yecla-Jumilla.
Nació en Escacena del Campo (Huelva), pequeña población al límite con la provincia de Sevilla.
Su niñez y juventud transcurrió entre el pueblo y Sevilla. Con 11 años comenzó el Bachiller en los Salesianos de la Trinidad de Sevilla, cinco años, interno. Después pasó al Santo Ángel, donde terminó el Bachiller Superior.
Siendo muy joven conoció a su novia, sevillana, la que es su mujer, Soledad, que por aquellas fechas residía en Cartagena porque era hija de militar y, allí estaba su padre destinado. De ahí vino su vinculación con Hidroeléctrica Española ya que en uno de sus viajes se enteró que se convocaban plazas, solicitó examen y a continuación ingresó en la Escuela de Formación que HE tiene en San Agustín de Guadalix en Madrid.
Tras el periodo de formación, aprobó las oposiciones y fue trasladado a Levante Sur después de una breve estancia en Alicante llegó a Caudete, Villena, para recalar definitivamente en Yecla.
Con su inconfundible sombrero, siempre le he conocido por “Manolo el de la Hidro”, al igual que muchas personas, puesto que toda su vida laboral ha estado vinculada a las eléctricas.
Historia de la hidroeléctrica yeclana
Dedicado a llevar la luz a dónde no había, o mejorar las líneas antiguas, me cuenta y documenta buena parte de la historia de la implantación de la luz en Yecla:
En 1903, se crea la Eléctrica Yeclana de José Blanch Durán, y en septiembre de 1915 se conceden los terrenos para montar tres casetas transformadoras: cruce de calles Nueva y Jumilla; Plaza Central (Junto a la Basílica de la Purísima y San Cayetano (llamada popularmente el tumbo de la luz).
En febrero de 1907 se inauguró el alumbrado de nuestro flamante Teatro Concha Segura, y costó 560 pesetas de las de entonces.
Años más tarde, en 1920, se funda la Cooperativa Eléctrica Yeclana, por Heliodoro Redondo Balboa, y la energía se suministraba “Anrala” del Salto de la Recueja (Río Jucar).
El auge de la cooperativa
En 1925, la Cooperativa tuvo un gran auge, estando al frente José María Carpena Torregrosa como presidente, Miguel Golf Gil, tesorero y Mariano Yago Ortega, secretario de la misma, algunos de ellos con nombres de calles en nuestra ciudad. Siendo ese mismo año cuando se emiten las primeras acciones de la cooperativa, y como muestra un botón, se aporta un título de la época cuyo valor nominal era de 25 pesetas.
En diciembre de 1927 don José del Portillo ordena el derribo de la caseta transformadora de San Cayetano. Siendo también ese año cuando se incorpora Eléctrica Chinchilla de Hellín, con energía procedente del Río Mundo con línea por Almansa.
En 1960, la Yeclana es comprada por Josella, que a continuación es absorbida por la Alcoyana, y que finalmente se engloban en 1962 en Hidroeléctrica Española.
Me cuenta que en 1962 llegó la luz a la pedanía de Raspay, (la única que tenemos) desde Pinoso, que a su vez dependía de Elda.
Para ceñirnos a lo que en la actualidad es Iberdrola, tendríamos que remontarnos al año 1901 con Hidroeléctrica Ibérica y a Saltos del Duero en 1918, ya que ambas dieron origen a la antigua Iberduero en 1944.
Por otro lado Hidroeléctrica Española, creada en 1907, por Lucas de Urquijo como primer presidente y José María Oriol de Urquijo como quinta presidencia, a su vez fundador de Unesa en 1944 y para más señas inventor del Talgo.
Dicho todo lo cual en el año 1991, todas quedaron fusionadas bajo el nombre de Iberdrola.
Seguidor del Betis
Manolo es seguidor donde los haya -por no decir empedernido- del Real Betis, manque pierda. Conserva como oro en paño ese acento andaluz tan arraigado después de cuarenta años en Yecla. Cuando llegue octubre alcanzará los 80 vatios, una edad muy bien llevada y como galán enamorado está felizmente casado desde hace cincuenta y cuatro años.
Me ha contado entrañables anécdotas, y otras cosas de esas que calan. Situaciones difíciles de clientes a los que tuvo que atender en años donde pasaron por estos lares personas dedicadas a esta profesión como Celestino Abellán Vizcaíno, Manuel Azorín y algunas otras. Años en los cuales quienes tenemos una edad con añoranza recordamos cuando iban por las casas cobrando el recibo de la luz y a menudo se fundían los plomos y había que arreglar el filamento.
Manuel González, mi amigo Manolo, es un libro abierto. Estuvimos hablando más de dos horas, contándome un montón de cosas de una época muy difícil y otra mucho más liviana.
Siendo una persona con muchas luces, ahora su vida tranquilamente transcurre entre Yecla y Alicante, donde pasa gran parte de la temporada.
Hablando de peritos industriales y, de contadores, dobles circuitos, lecturas, averías y acometidas transcurrió nuestra amena conversación que daría para una conferencia en las Facultades de Industria, hoy que tanto lío y menesteres varios hay con las tarifas y potencias contratadas con las compañías suministradoras y comercializadoras energéticas.