El repicar de campanas del santuario, a eso de las 11 de la mañana, anunció la salida de la Virgen del Castillo, y el himno a la Virgen del Castillo, a eso de las 2 menos cuarto de la tarde, celebraba la llegada de la imagen de la Patrona a la Basílica.
Una Bajada ejemplar pudo disfrutarse por miles de vecinos y visitantes, quienes vivieron uno de los actos más emblemáticos de estas históricas fiestas, declaradas de Interés Turístico Internacional.A primera hora de la mañana comenzó la Bajada con el Mayordomo del Bastón, Pedro José Muñoz Martínez, abriendo la larga comitiva de arcabuceros. Todos ellos comenzaron a lanzar pólvora en el lento caminar hacia el santuario en una mañana muy agradable en lo meteorológico.
Vídeo: José Azorín.
El viento, enemigo de la pólvora por el peligro que genera, no sopló con fuerza durante la primera parte del acto. Esta circustancia permitió al Mayordomo de la Bandera, Pedro Javier Ortega, jugar la insignia con disfrute y por primera vez frente a la Virgen a los pies de la escalinata del santuario. Fueron 10 minutos de juego y disparos incesantes de pólvora que anunciaban a todos el movimiento en la calle de la Virgen del Castillo.
Poco a poco, los cientos de arcabuceros recorrieron el camino de vuelta hacia el centro de la localidad con la imagen cerrando la larga comitiva.
Antes, se realizó la obligada parada en el ayuntamiento. En el balcón principal no cabía un alma. Allí estaban, entre otros, el Presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras; la Delegada del Gobierno, Mariola Guevara; y la alcaldesa de Yecla, Remedios Lajara.
Una multitud de personas acompañó a la imagen de la Patrona a su llegada al consistorio, donde la alcaldesa gritó los tres ¡vivas! a la Virgen mirándola de frente.
Vídeo: José Azorín.
Arcas cerradas
Desde ese momento, la expectativa se centró en la intersección de las calles Martínez Corbalán y España. Allí, el Mayordomo de la Bandera esperaba a la Virgen de rodillas para comenzar el arca cerrada con intensas rachas de viento.
Más de un centenar de arcabuceros, junto con sus cargadores, comenzaron a disparar sus armas. Estuvieron rodeados de público que no quería perderse el gran final de La Bajad.Sobre la 1 y veinte de la tarde comenzó el juego final de la insignia con algo de viento como acompañante no deseado.
El Mayordomo de la Bandera, Pedro Javier Ortega, empezó a recorrer el camino hacia la puerta de la Basílica. No perdía la mirada a la Virgen y a la comitiva que le acompañaba, con la niña Paje y su familia en primera fila.
Vídeo: José Azorín.
El Mayordomo comenzó de rodillas a jugar la bandera y continuó así buena parte de los aproximadamente 50 metros del último trayecto.
Dentro del atrio, más protegido, el juego de la bandera siguió hasta que el Mayordomo envolvió la insignia en su mástil y dio por concluida el arca cerrada, que no tuvo incidentes con la pólvora. Unos 25 minutos de juego de la Bandera de un Mayordomo que sonreía en los últimos momentos. Fue su momento. El de la entrada de la Virgen y él en su papel sabiendo que ya había cumplido con su obligación.
El final del juego de la bandera dio paso a un emotivo momento de abrazos entre familiares y los dos mayordomos, quienes corrieron al encuentro con la Patrona en el altar mayor de la Basílica. Allí, centenares de voces yeclanas entonaron el himno de la Virgen del Castillo, entre emoción y lágrimas por ver de cerca y de nuevo a la Patrona.
Fotos: José Azorín
Concuerdo, Sr, Sociolisto. Yo añadiría, que no termina de dar más grima esta fiesta hasta que no te ponen el local de una comparsa de esas al lado o debajo de tu casa… anda que no dan poco el tostón con el sonsonete ese de musiquilla.
La única mujer de las fiestas es la Virgen.
Nunca he visto unas fiestas tan machistas y misoginas que estas, y lo que es peor, con el aplauso de muchas mujeres que salen de florero en la Ofrenda
Hace años estando Juan Miguel de Alcalde se abrió el debate, se cerró porque no se hizo nada, y es hora de hacerlo.
José Luis Castillo Puche tenía mucha razón con sus críticas a la religiosidad conservadora y tradicionalista.
Salen barrigones que se dan codazos por los primeros puestos.
La mayoría se van del pueblo, son unas fiestas aburridas, de escuadras y poco más.