
Quién lo hubiera dicho hace dos años, cuando las dudas sobre el rumbo de la selección eran tan grandes como las críticas al recién llegado Luis de la Fuente. Y sin embargo, aquí estamos, con una España que ha pulverizado su propio récord histórico de partidos oficiales sin perder. Son ya 30 encuentros consecutivos sin derrota, y lo más increíble es que el equipo todavía tiene hambre, tiene fútbol y, sobre todo, tiene pinta de que esto no ha hecho más que empezar.
Un nuevo ciclo que empezó en silencio
Todo comenzó con una derrota en Glasgow, en marzo de 2023. Fue un 2-0 ante Escocia que pareció encender todas las alarmas posibles. Algunos ya hablaban de cambio en el banquillo, de falta de identidad, de fin de ciclo antes de que realmente empezara. Pero lo que nadie imaginaba es que aquel tropiezo se convertiría, sin quererlo, en el punto de partida de algo mucho más grande.
Porque sí, no se trata de una racha construida a base de partidos menores o amistosos sin historia. Hablamos de una selección que ha ganado una Nations League, que ha conquistado la Eurocopa de 2024 dejando fuera a los principales favoritos en las bet, desde Italia y Alemania hasta Francia e Inglaterra, y que ahora avanza con autoridad en la clasificación hacia el Mundial 2026. Con 25 victorias y 5 empates desde aquel maldito día en Glasgow, España no solo está invicta: está en su mejor momento en años.
Una selección donde nadie es imprescindible y todos suman
Uno de los grandes secretos de este equipo está en su fondo de armario, que es tan profundo que da vértigo. En los últimos parones, nombres como Lamine Yamal, Nico Williams, Pedri, Rodri, Carvajal o Dani Olmo ni siquiera han estado disponibles, y aún así, el equipo ha seguido ganando, y no de cualquier forma, sino con autoridad, con estilo, y sobre todo con mucha personalidad. Han brillado Mikel Merino, Zubimendi, Oyarzabal o Fabián, y desde el banquillo han asomado talentos como Fermín, Pablo Barrios o Grimaldo, como si salir a jugar con la Roja fuera lo más natural del mundo.
La portería, blindada; el récord de Italia, al caer
Y por si faltaba algo, la defensa también ha dado un paso adelante. Unai Simón lleva 509 minutos sin encajar un gol en fase de clasificación, y si se mantiene así contra Turquía, España podría terminar esta fase sin recibir un solo tanto. Eso no ocurre en Europa desde 1974, y solo lo han logrado selecciones como Italia, Bélgica o, más recientemente, Inglaterra. España, por su parte, lleva un global de 19-0 en esta fase. Casi nada.
Además, si España logra evitar la derrota frente a Turquía y después frente a Argentina en la Finalissima, un partido en el que aparece como ligera favorita según las apuestas online de Betfair, el equipo quedaría en posición de superar el récord europeo absoluto de Italia, que alcanzó 31 encuentros invictos entre 2018 y 2021. Irónicamente, fue la propia España la que rompió esa racha italiana en la Nations League, así que el destino, parece, tiene buen sentido del humor.
Un equipo que ha vuelto a enamorar
Más allá de los registros, lo que realmente está devolviendo a España al primer plano es una sensación colectiva que hacía mucho no aparecía. No de forma inmediata, ni con fuegos artificiales. Ha sido más bien una conquista progresiva, partido a partido, con un fútbol que combina verticalidad, presión alta, posesión cuando hace falta y una ambición que hacía mucho no se veía. No es una copia del viejo tiki-taka, pero tampoco lo niega del todo. Es una evolución lógica, una versión más física y directa, más moderna, pero que conserva la esencia.
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