Como cada Martes Santo, cientos de bombillas iluminaron las calles de Yecla en la procesión de Los Farolicos, uno de los desfiles más peculiares de la Semana Santa nuestra ciudad. Algunos elaborados en papel, otros en cartón, madera, metal o cristal.
Sin duda, cada año, estos delicados trabajos de artesanía popular se superan y la procesión fue muy participativa. Además, a diferencia del pasado año, el tiempo acompañó y aunque la noche era fresquita, el público y, especialmente los niños, se lanzaron a la calle para iluminar el traslado procesional a hombros del Cristo Yacente.
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