Mejorar la empleabilidad de las personas activas pasa irremediablemente por mejorar su formación en competencias. Los datos de la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística demuestran, a su vez, que las tasas de ocupación son más altas en los casos en los que los profesionales cuentan con formación superior. Lo que implica un incremento en las condiciones económicas de los puestos. No hay duda, por lo tanto, de que la formación de calidad y la especialización tienen un impacto positivo en la calidad del empleo, tanto para los trabajadores como para las propias empresas. Aquellas que poseen una alta proporción de directivos con formación superior y/o que favorecen que sea así están más preparadas para afrontar los procesos de digitalización en los que están inmersos, arrastrados por los cambios en el consumo.
Qué impacto tiene la formación superior, como los Masters MBA, en los trabajadores
Los programas formativos como los Másters en Administración de Empresas o MBA aportan a los trabajadores, desde una óptica directa y práctica, las competencias técnicas y las habilidades que son altamente valoradas y demandadas por las empresas en la actualidad para poder aplicarlas en su entorno profesional. Explican en la Escuela de Negocios en Valencia que por medio de su Cámara de Comercio, además de permitirles desempeñar su labor profesional de forma más eficiente, los preparan para acceder a nuevas responsabilidades, y con ellas, junto al crecimiento profesional, la mejora sustancial en términos de remuneración.Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el salario medio en España en 2019 era de 1.982 euros. Una persona que hubiese completado sólo estudios de Primaria, en media, percibiría un sueldo un 32% inferior (1.350 €), mientras que un trabajador con estudios universitarios cobraría una nómina un 26% por encima (2.493 €). Los titulados con un Másters especializado como un MBA marcan la diferencia con una retribución media de 50.000 € anuales. Aún cuando estas cifras son medias, y existe disparidad en los sectores, la proporción diferencial se mantiene.La falta de profesionales idóneamente cualificados figura como las principales dificultades que más temen las empresas para cubrir los puestos con mayor especialización, fundamentalmente aquellos que tienen que ver con los negocios digitales. De ahí que la formación superior vía máster sea ahora mismo tan atractiva. Es más, el mismo Gobierno plantea que la vigencia de los ERTE tenga como finalidad la formación de los trabajadores en nuevas competencias para su posterior incorporación.
Cómo afecta la formación de los trabajadores a la empresa
La formación no es sólo un camino para el crecimiento laboral de los empleados. La empresa es la última beneficiaria, y la que más rédito consigue de una adecuada política de formación continua, y en los perfiles clave, a través de Másters y otros cursos universitarios y/o de gestión. Eso sí, se exige también que cuenten con flexibilidad horaria para compaginar su vida laboral y las responsabilidades que implica este tipo de formación. Según la Cámara de Comercio de España, las empresas que apuestan por la formación de sus empleados se adaptan mejor a las últimas tendencias del mercado, aumentan su ventaja competitiva en un mercado cada vez más global y exigente, incrementan la productividad de la organización y, en consecuencia, su rentabilidad a corto y medio plazo. Colateralmente, se genera un efecto atracción respecto del talento, al mismo tiempo que se afianza aquel que ya se encuentra en la propia organización, aseguran los profesores del Máster MBA de la Escuela de Negocios Lluís Vives de Valencia. Esto se traduce en la dotación organizacional de perfiles polivalentes que ayudarán a la empresa a sortear cualquier tipo de bache al tiempo que mantiene a la plantilla motivada e implicada en el proyecto y en la consecución de los objetivos empresariales.
La formación como una inversión para las empresas para ganar competitividad y éxito empresarial
Diversos estudios avalan la formación de los trabajadores como una inversión a futuro, sustentada en tres grandes ejes: la competitividad, la especialización y el valor añadido. Las empresas con perfiles especializados presentan una mayor capacidad de innovación y reinvención en aquellas situaciones en las que el mercado obliga a una transformación para subsistir. Aquellas empresas, grandes o pequeñas, que carecen de los perfiles adecuados, se ven más expuestas a las consecuencias de las fluctuaciones en los mercados y el consumo. Este tipo de situaciones quedan como experiencias muy duras y extremas por las que las empresas han tenido que pasar como resultado de la crisis sanitaria y económica debido a la pandemia del Covid.Aquellas empresas con líderes de equipo, independientemente del tamaño y la actividad, con las capacidades y conocimientos para adaptarse al nuevo mercado y su demanda han subsistido, e incluso se han convertido en referentes. Por el contrario, aquellas que se quedan ancladas en el pasado, están más expuestas y con un futuro más incierto.En este sentido, los MBAs son un tipo de formación a tener en cuenta para perfilar la forma en que se quiere afrontar el futuro en la empresa. Evidentemente, para el trabajador tiene un componente de mejora en la calidad del empleo y el reconocimiento en la empresa, ya sea de forma inminente o con expectativas de futuro. Estos programas cuentan con una planificación acorde a los tiempos de estudio y con prácticas reales disponibles por los participantes con acceso directo a importantes fuentes de networking.