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🍁 viernes 22 noviembre 2024
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Paco Azorín: «Fue una noche muy bonita y muy mágica»

El pasado 5 de enero, el director y escenógrafo yeclano Paco Azorín vivió una tarde inolvidable. Aunque el día fue agotador, al igual que los preparativos, la cabalgata de los Reyes Magos de Madrid fue todo un éxito. El único pero, la lluvia que hizo presencia durante todo el recorrido. Sin embargo, Paco cree que esto hizo que el resultado de la cabalgata «fuera más heroico si cabe». 

Y es que la lluvia hizo que desde el primer paje hasta el último niño, pasando por los Reyes Magos y todas las compañías que desfilaron en la impresionante cabalgata orquestada por Paco Azorín dieran todo de sí para que no fuera problema. «Superado eso, creo que fue una noche muy bonita y muy mágica», resalta el director. 

Y es que el resultado fue tan impecable, teniendo en cuenta la situación meteorológica, que la cabalgata acabó justo 50 segundos antes del Telediario. «No se puede pedir más», señala Azorín.

Dos ideas para crear un sueño

La cabalgata de Madrid ideada por Paco y su equipo se basó en dos ideas base. En primer lugar, el eslogan: «Celebremos el reencuentro». Esa idea se materializó en el Dundu gigante que abría la comitiva junto a la emisaria real.

Esa marioneta representaba a los abuelos y a las abuelas, que durante esta pandemia han estado muchos meses sin poder abrazar a sus nietos. De ahí que, en base a esto, se produjera el primer momento emotivo de la tarde en la Plaza de Cibeles, cuando el Dundu se encontró con su nieta y se abrazaron, simbolizando así este gran reencuentro. 

El Auto de los Reyes Magos

Por otro lado, el hilo conductor de toda la cabalgata, a nivel estético y dramatúrgico, fue el Auto de los Reyes Magos, del siglo XIII, primer texto dramático que se conserva en lengua castellana y que está en la Biblioteca Nacional. El episodio escenificado en este Auto describe a los ‘reyes’ Melchor, Gaspar, y Baltasar siguiendo la estrella en su viaje a Belén y su visita al rey Herodes. 

«Desde el principio, el equipo quiso tirar de este hilo conductor porque en ese Auto no aparecen los reyes como tres reyes magos, sino como científicos. En concreto, se les define como steleros o aficionados al estudio de las estrellas», argumenta Paco Azorín. 

Más sabios que magos

Estos sabios descubrieron una estrella nueva que apareció en el firmamento y les llevó al portal de Belén. «Esa idea transversal nos llevó a hacer una cabalgata pensada en el cielo: de ahí que hubiera tantos cuerpos celestes, esferas con bailarinas colgadas, estrellas o el gran telescopio construido para la ocasión y que hacía referencia al que construyeron esos sabios para mirar las estrellas», relata el director de la cabalgata.

Además, los reyes estaban inspirados en esa sabiduría. Melchor se identificó como el sabio astrónomo; Gaspar, como el sabio alquimista y Baltasar, como el sabio botánico. A su vez, cada uno viajaba en la carroza del color que lo identificada: azul por el cielo, rojo por las composiciones alquímicas y verde por la botánica.

«Y los propios tronos de los Reyes estaban también inspirados en ese conocimiento: simulaban pergaminos enrollados, hojas de papel con escritura de temas científicos… y todo siempre con el emblema de cada una de las tres disciplinas», añade Paco Azorín. 

Hablaron los tres Reyes Magos

A su vez, Paco quiso imponer un sello nuevo en el discurso de los reyes. «Por primera vez en la historia de la cabalgata de Madrid hablaron los tres. Parece algo lógico, pero siempre hablaba el rey blanco en representación de todos ellos. Creo que ya tocaba darle voz al resto en representación de todas las procedencias y etnias», remarca. 

A su vez, el director yeclano asegura que pretendió darle mucha calidad humana a los reyes, «de ahí que no hubiera pelucas ni postizos. Eso los ha hecho ‘de carne y hueso’, mucho más parecidos a un sabio que a un mago vestido con un disfraz», añade.

La cabalgata acabó con un castillo de fuegos artificiales sincronizado con música en la propia plaza de Cibeles y tras culminar todo el recorrido de cerca de tres horas. «El ayuntamiento está muy contento», asegura Paco. 

Con esta puesta en escena, Paco Azorín, que se muestra agotado, pero feliz, quiere remarcar que tradición e innovación pueden ir juntas de la mano. «E incluso se puede mirar la tradición con una visión mucho más científica», concluye. 

Galería de imágenes (Fotos oficiales: Ayuntamiento de Madrid)

Vídeo resumen de la Cabalgata

David Val
David Val
El periodista David Val escribe artículos en elperiodicodeyecla.com desde sus inicios. Se encarga de secciones como deportes y otras labores de promoción de este medio de comunicación.

El pasado 5 de enero, el director y escenógrafo yeclano Paco Azorín vivió una tarde inolvidable. Aunque el día fue agotador, al igual que los preparativos, la cabalgata de los Reyes Magos de Madrid fue todo un éxito. El único pero, la lluvia que hizo presencia durante todo el recorrido. Sin embargo, Paco cree que esto hizo que el resultado de la cabalgata «fuera más heroico si cabe». 

Y es que la lluvia hizo que desde el primer paje hasta el último niño, pasando por los Reyes Magos y todas las compañías que desfilaron en la impresionante cabalgata orquestada por Paco Azorín dieran todo de sí para que no fuera problema. «Superado eso, creo que fue una noche muy bonita y muy mágica», resalta el director. 

Y es que el resultado fue tan impecable, teniendo en cuenta la situación meteorológica, que la cabalgata acabó justo 50 segundos antes del Telediario. «No se puede pedir más», señala Azorín.

Dos ideas para crear un sueño

La cabalgata de Madrid ideada por Paco y su equipo se basó en dos ideas base. En primer lugar, el eslogan: «Celebremos el reencuentro». Esa idea se materializó en el Dundu gigante que abría la comitiva junto a la emisaria real.

Esa marioneta representaba a los abuelos y a las abuelas, que durante esta pandemia han estado muchos meses sin poder abrazar a sus nietos. De ahí que, en base a esto, se produjera el primer momento emotivo de la tarde en la Plaza de Cibeles, cuando el Dundu se encontró con su nieta y se abrazaron, simbolizando así este gran reencuentro. 

El Auto de los Reyes Magos

Por otro lado, el hilo conductor de toda la cabalgata, a nivel estético y dramatúrgico, fue el Auto de los Reyes Magos, del siglo XIII, primer texto dramático que se conserva en lengua castellana y que está en la Biblioteca Nacional. El episodio escenificado en este Auto describe a los ‘reyes’ Melchor, Gaspar, y Baltasar siguiendo la estrella en su viaje a Belén y su visita al rey Herodes. 

«Desde el principio, el equipo quiso tirar de este hilo conductor porque en ese Auto no aparecen los reyes como tres reyes magos, sino como científicos. En concreto, se les define como steleros o aficionados al estudio de las estrellas», argumenta Paco Azorín. 

Más sabios que magos

Estos sabios descubrieron una estrella nueva que apareció en el firmamento y les llevó al portal de Belén. «Esa idea transversal nos llevó a hacer una cabalgata pensada en el cielo: de ahí que hubiera tantos cuerpos celestes, esferas con bailarinas colgadas, estrellas o el gran telescopio construido para la ocasión y que hacía referencia al que construyeron esos sabios para mirar las estrellas», relata el director de la cabalgata.

Además, los reyes estaban inspirados en esa sabiduría. Melchor se identificó como el sabio astrónomo; Gaspar, como el sabio alquimista y Baltasar, como el sabio botánico. A su vez, cada uno viajaba en la carroza del color que lo identificada: azul por el cielo, rojo por las composiciones alquímicas y verde por la botánica.

«Y los propios tronos de los Reyes estaban también inspirados en ese conocimiento: simulaban pergaminos enrollados, hojas de papel con escritura de temas científicos… y todo siempre con el emblema de cada una de las tres disciplinas», añade Paco Azorín. 

Hablaron los tres Reyes Magos

A su vez, Paco quiso imponer un sello nuevo en el discurso de los reyes. «Por primera vez en la historia de la cabalgata de Madrid hablaron los tres. Parece algo lógico, pero siempre hablaba el rey blanco en representación de todos ellos. Creo que ya tocaba darle voz al resto en representación de todas las procedencias y etnias», remarca. 

A su vez, el director yeclano asegura que pretendió darle mucha calidad humana a los reyes, «de ahí que no hubiera pelucas ni postizos. Eso los ha hecho ‘de carne y hueso’, mucho más parecidos a un sabio que a un mago vestido con un disfraz», añade.

La cabalgata acabó con un castillo de fuegos artificiales sincronizado con música en la propia plaza de Cibeles y tras culminar todo el recorrido de cerca de tres horas. «El ayuntamiento está muy contento», asegura Paco. 

Con esta puesta en escena, Paco Azorín, que se muestra agotado, pero feliz, quiere remarcar que tradición e innovación pueden ir juntas de la mano. «E incluso se puede mirar la tradición con una visión mucho más científica», concluye. 

Galería de imágenes (Fotos oficiales: Ayuntamiento de Madrid)

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El periodista David Val escribe artículos en elperiodicodeyecla.com desde sus inicios. Se encarga de secciones como deportes y otras labores de promoción de este medio de comunicación.
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