Las rupturas de pareja no se superan “pasando página” de un día para otro. Duelen en el cuerpo, en la rutina y en la forma de mirarse al espejo. De repente, todo cambia: los planes, las referencias, los “buenos días” y los “ya estoy en casa”.
En ese caos emocional, muchas personas sienten que deberían estar mejor antes. Seinten que no tienen derecho a seguir tristes o que algo “les falla” por no avanzar más rápido. Es justo en ese punto donde la figura de un psicólogo online puede marcar la diferencia. Debe ser un profesional que el acompañamiento sea honesto, humano y sin promesas irreales.
Cuando la vida se rompe por dentro
Una ruptura de pareja no es solo el final de una historia, sino también el golpe a una identidad que, durante un tiempo, se había construido de dos. Volver a dormir solo, comer solo o tomar decisiones sin consultar con la otra persona puede sentirse extraño, incluso amenazante.
Hay días en los que cuesta levantarse, otros en los que la rabia lo ocupa todo y momentos en los que el miedo al futuro parece más grande que las fuerzas disponibles. En medio de todo ese torbellino, muchas personas se exigen estar bien “ya”, como si hubiera un plazo invisible que cumplir para dejar de sufrir.
Un psicólogo que no promete milagros
Alejandro Frutos, psicólogo español especializado en terapia online y en procesos de ruptura de pareja, parte de una idea clara: no se trata de “borrar” a nadie ni de fingir que no duele. Su enfoque se centra en comprender qué ha pasado, aceptar que la tristeza y la rabia forman parte del duelo y acompañar a la persona para que pueda reconstruirse sin perderse a sí misma.
Lejos de frases vacías del tipo “el tiempo lo cura todo”, Alejandro prefiere hablar de entender el dolor, darle un lugar y aprender a caminar con él. Todo hasta que deje de ocupar ese gran espacio.
En sus sesiones, Alejandro Frutos trabaja con personas que se sienten perdidas tras una separación. Son personas que han vivido una ruptura inesperada o que arrastran historias de relaciones que se repiten. Su manera de trabajar es cercana, directa y con los pies en la tierra. En su trabajo no promete una “superación instantánea”, sino un proceso en el que la persona va tomando conciencia de sus patrones, límites y necesidades. El objetivo no es solo “dejar de sufrir”, sino aprovechar este momento tan duro para aprender sobre uno mismo y construir un futuro emocional más sano.
En ese camino, la figura de un psicólogo ruptura de pareja se convierte en un apoyo clave para ordenar pensamientos, validar emociones y encontrar nuevas formas de cuidar de uno mismo.
Terapia online: cercanía desde casa
La terapia online es una herramienta que facilita mucho este proceso. Poder conectarse desde casa, sin desplazamientos ni esperas, hace que pedir ayuda resulte más accesible. Además, muchas personas encuentran en el entorno online una sensación extra de intimidad: hablar desde su habitación, desde un rincón seguro, permite abrirse con menos vergüenza y más libertad.
Además, esta modalidad también favorece la continuidad del proceso terapéutico. Esto es algo esencial cuando se está atravesando un duelo amoroso. Aunque la persona viaje, cambie de ciudad o tenga horarios complicados, las sesiones pueden mantenerse de forma estable.
Alejandro Frutos utiliza este formato para crear un espacio donde se pueda llorar, cuestionar, enfadarse y, poco a poco, volver a confiar. No hay juicios ni prisas, solo un acompañamiento constante para que la persona se sienta comprendida y sostenida mientras atraviesa uno de los momentos más delicados de su vida. La tecnología, en este caso, no sustituye la cercanía humana, sino que la acerca.
Sanar no es olvidar, es aprender a mirar hacia adelante
Al final, recuperarse de una ruptura no va de olvidar a la otra persona como si nunca hubiera existido. La verdadera recuperación tiene más que ver con aprender a mirar hacia adelante sin que el pasado lo ocupe todo. Tiene que ver con poder recordar sin que duela tanto, con volver a hacer planes sin miedo a que todo se derrumbe otra vez.
El mensaje que Alejandro Frutos transmite a quienes acompaña es sencillo y, a la vez, profundamente esperanzador: no estás roto, estás en proceso. Entender lo que sientes, ponerle palabras y darte permiso para vivir este duelo es también una forma de sanar. Y aunque ahora parezca imposible llega un momento en que el dolor deja de ser el centro de tu vida y se convierte en una parte de tu historia.
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