Cuando el 23 de diciembre de 1999 el gobierno regional aprobó la puesta en marcha de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en Yecla hubo un aplauso generalizado. Luego, con el paso de los años, ese sentimiento se ha ido tornando en quejas y frustración de los agricultores que trabajan las tierras situadas en ese espacio y para los propietarios de inmuebles y fincas. El motivo: no hay un plan de gestión y las compensaciones económicas prometidas nunca han llegado después de 20 años de reclamaciones.Esa zona ZEPA tiene unas 4.200 hectáreas de terrenos donde las aves gozan de un hábitat protegido que impide, por ejemplo, que un agricultor cambie de cultivo. Tampoco una propietario de la vivienda en ese espacio puede poner una antena de televisión sin autorización. Las restricciones sí que se exigen desde el gobierno regional.A esos propietarios y agricultores se les prometió por parte de la administración autonómica unas compensaciones económicas que se han quedado en el olvido, lo que consideran que se trata de una expropiación encubierta lo que se ha hecho con sus propiedades. Y lo peor: en 18 años de existencia de la ZEPA de Yecla no hay un plan de gestión aprobado que diga qué y qué no se puede hacer en ese pasaje del norte del término municipal. Esto es trabajo de los técnicos de Bruselas que presentaron hace dos años un borrador que sigue sin ver la luz.Dicen que cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. Pues eso es lo que temen cientos de agricultores y propietarios de tierras y casas de otros parajes de Yecla que han recibido la noticia de que el gobierno Regional tiene la intención de multiplicar la extensión de las zonas protegidas para estas aves. En concreto serían unas 27.600 hectáreas que se convertirían en superficies protegidas para los hábitats esteparios, lo que va a suponer trasladar las limitaciones actuales de la zona ZEPA a más superficie.
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Esos corredores se encuentran en distintos puntos del término municipal conectando el norte con el sur hacia el término de Jumilla para que aves como la avutarda, el sisón o la ortega puedan moverse por espacios protegidos.
Es decir, se multiplicaría casi por 7 el espacio protegido lo que conlleva restricciones para propietarios y agricultores. La presidenta del sindicato agrario COAG en Yecla, Adela Bernabéu ha presentado al pleno del ayuntamiento de Yecla una petición de apoyo en nombre de los afectados por esta ampliación de las zonas protegidas. “Lo más nocivo son las restricciones que presenta a los usos agrarios tradicionales y que no concretan nada”, comenta.
Esta mujer dedicada desde pequeña a la agricultura explica que la buena salud medioambiental de la actual zona ZEPA y de las especies que hay en el término municipal se debe en parte “a la labor de conservación que hacemos los agricultores tradicionales porque no hay plan de gestión. Sin plan y la zona goza de buena salud, tampoco lo estaremos haciendo tan mal”.
Adela explica que Europa establece las directrices de estos espacios pero la aplicación de la normativa y las compensaciones económicas a los afectados deben llegar desde el gobierno de la Región de Murcia. “El problema es que aquí no se ha terminado de ejecutar los planes y en medio estamos nosotros. Son trabas por todos los sitios y eso va a provocar el abandono de la actividad”, augura esta mujer que pone un ejemplo de hasta donde la normativa coarta la libertad de los agricultores. “Si tienes plantado cereal y quieres cambiar a olivos, no puedes”.
En apenas unos días termina el plazo de alegaciones para los afectados por una ampliación de estas zonas de protección. Mientras, mañana el pleno del consistorio yeclano debate el apoyo a un movimiento vecinal que se multiplica.
En la Región de Murcia, más de 200.000 hectáreas están protegidas como Lugares de Interés Comunitario (LIC) y Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA).
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La zona ZEPA es una zona de especial protección para las aves, y es algo muy importante, ahora bien , hay que mirar con lupa este caso en concreto, es una zona esteparia, antinatural, creada por desforestación y una actividad agraria en concreto, la cerealista, sin la cual no podría vivir la joya por la cual se protege esta zona sobretodo, la avutarda, ahora bien, son adecuadas las zonas esteparias para Yecla? pues no, las zonas esteparias cerealistas, no naturales, solo hacen que crear zonas desiertas y a la larga lo veremos. En Yecla y sobre todo en estas zonas muy sensibles a la desertización, se tendría que fomentar el arbolado y arbustos autóctonos primero y después los cultivos mas adaptables y productivos en estas condiciones como el olivo y el almendro, pero todo esto como digo teniendo como prioridad la reforestación autóctona del bosque mediterraneo. Por ejemplo en los lindes, fomentando que los agricultores formen dentro de sus parcelas islas de vegetación autóctona como, encinas, pinos, coscojas, aromáticas, etc., fomentando el no laboreo, el no usar productos químicos, instalar cajas nido, el uso de colmenas o facilitar la instalación de enjambres silvestres, etc., pero fomentar , no obligar, con información, audas, etc.. Hay que recuperar nuestro bosque, pero siempre pensando en la fusión hombre naturaleza, nunca dejando al hombre de lado ni viceversa.
Soria, no tienes ni puta idea, hay cientos de casas de campo de vecinos de Yecla y pequeños agricultores en la zona. Infórmate lumbreras
Soria, cuando te toquen a ti y a tu familia tu forma de subsistir, entonces habla. Y no son 15 o 20 terratenientes, son muchos pequeños agricultores, a ver si te informas. Y la naturaleza es un bien común en los espacios comunes, no en las tierras particulares. O acaso tú casa es un bien común y puede ir cualquiera a decirte lo que puedes o NO puedes hacer?. Que fácil es hablar cuando no le toca a uno.
Tanto como cientos… En realidad solo se están quejando unos 15 o 20 terratenientes y 3 o 4 multinacionales que nos están esquilmado el agua y los recursos. La conservación de la naturaleza es un bien común que afecta a toda la población y debe de estar por encima de los intereses económicos de unos pocos.