Los rayos UVA y UVB que forman parte de la radiación solar pueden llegar a causar diversos problemas en el cuerpo humano, como daños oculares, debilitamiento del sistema inmunitario, reacciones fototóxicas o fotoalérgicas. Las cremas solares tienen un efecto protector sobre la piel, el primer órgano expuesto a esta radiación, disminuyendo activamente efectos negativos, como el envejecimiento cutáneo prematuro, los eritemas solares (quemaduras por exceso de radiación ultravioleta) o el cáncer de pielLos especialistas aconsejan utilizar las cremas solares protectoras durante todo el año, sobre todo si se poseen pieles con afecciones dermatológicas o especialmente sensibles. No obstante, es en verano cuando su exposición a los rayos solares se hace más frecuente y la fuerza de los rayos UVA y UVB se hace más potente, por eso se hace necesario recurrir a este tipo de protección.Es muy importante saber elegir el tipo de crema solar apropiada para cada tipo de piel. De este modo, cada usuario se asegura de recibir la protección más adecuada evitando sufrir ningún tipo de efecto secundario perjudicial. Para ello existe una nomenclatura que hay que entender. Los productos van precedidos de unas siglas que representan el Factor de Protección Solar o SPF, seguidos de una cifra que es la que indica la capacidad para bloquear o filtrar las radiaciones, es decir, su nivel de protección. A mayor SPF, mayor protección se recibe.La elección de un lugar de confianza para adquirir un protector solarCabe mencionar la importancia de localizar una perfumería que ofrezca la más amplia gama de productos protectores para que el consumidor pueda elegir el de toda la familia en un mismo lugar.A Sam Parfums se le reconoce un puesto predominante en el sector. Se trata de una empresa canaria que lleva vendiendo cosmética, joyería y fragancias desde 1966, por lo que conoce este mercado y los productos que ofrece a la perfección. Esta empresa ofrece una completa línea de productos afters a base de aloe vera producidos en la misma Canarias, con unos resultados verdaderamente sorprendentes.En caso de sobreexposición al sol, para mejorar la hidratación y aliviar los excesos de radiación solar, los geles y cremas de aloe vera son muy efectivos, ya que regeneran la piel abrasada por tardes de juegos en la playa o en la piscina rápidamente.Tipos de filtros solaresLa elección de un filtro solar en crema apropiado, que proteja la piel del ataque de los rayos ultravioletas A y B, se reduce a tres tipos básicos; los químicos, los minerales o físicos y los biológicos. Cada uno de ellos guarda unas propiedades y características que los hacen más o menos útiles dependiendo del tipo de piel que haya que proteger.Los filtros químicosComo cabe suponer, estos filtros se elaboran a partir de sustancias y compuestos químicos que al entrar en contacto con los rayos del sol se activan y absorben sus efectos mediante reacciones fotoquímicas, que tienen lugar en la propia piel y que consiguen modificarlos. De este modo, se minimiza el impacto. Lo que consiguen es transformar estas radiaciones en una longitud de onda completamente distinta, volviéndose inocua para la piel.Es un producto que ofrece una textura ligera, por lo que no deja un rastro pegajoso ni incómodo al que lo usa, pero en cambio no todas las pieles lo toleran. Hay que tener especial precaución, en este sentido, puesto que, cuando se absorbe, es posible que la barrera cutánea se vea alterada, dando lugar a alergias. Por regla general, se desaconseja su uso en niños hasta los dos años de edad.Los filtros minerales o físicosEn este caso, el producto está compuesto a base de sustancias minerales de origen natural, por lo que se elimina el riesgo de sufrir algún tipo de reacción fotoquímica o intolerancia por parte de pieles sensibles.La forma de funcionar de estos filtros es formando un escudo protector que, a modo de barrera infranqueable, impide que la radiación solar penetre en la piel. El efecto se puede comparar como si se tratara de pequeños espejos que hacen reflejar y rebotar los rayos del sol, con lo que se evita o minimiza el posible daño sobre la dermis.Es muy seguro para la mayoría de los tipos de pieles (alérgicas, reactivas, con dermatitis), y para cualquier edad, incluso puede usarse sobre cicatrices recientes o para una epidermis que haya sufrido alguna lesión. También puede usarse en tratamientos médicos estéticos de peelings químicos o láser, cuando el tejido cutáneo está excesivamente sensible. El único punto negativo que pudiera tener es que es más espeso que el anterior.Los filtros biológicosPor sí solos, este tipo de filtros no ofrecen una protección excesiva. Lo habitual es hacerlo en combinación con alguno de los dos mencionados anteriormente, ya que no bloquea la acción negativa del sol por sí mismo, pero al poseer agentes antioxidantes aportan un plus para que la piel se mantenga sana, sobre todo por su contenido en vitaminas A, C y E.
Cremas solares, el complemento veraniego para la protección de la piel
Los rayos UVA y UVB que forman parte de la radiación solar pueden llegar a causar diversos problemas en el cuerpo humano, como daños oculares, debilitamiento del sistema inmunitario, reacciones fototóxicas o fotoalérgicas. Las cremas solares tienen un efecto protector sobre la piel, el primer órgano expuesto a esta radiación, disminuyendo activamente efectos negativos, como el envejecimiento cutáneo prematuro, los eritemas solares (quemaduras por exceso de radiación ultravioleta) o el cáncer de pielLos especialistas aconsejan utilizar las cremas solares protectoras durante todo el año, sobre todo si se poseen pieles con afecciones dermatológicas o especialmente sensibles. No obstante, es en verano cuando su exposición a los rayos solares se hace más frecuente y la fuerza de los rayos UVA y UVB se hace más potente, por eso se hace necesario recurrir a este tipo de protección.Es muy importante saber elegir el tipo de crema solar apropiada para cada tipo de piel. De este modo, cada usuario se asegura de recibir la protección más adecuada evitando sufrir ningún tipo de efecto secundario perjudicial. Para ello existe una nomenclatura que hay que entender. Los productos van precedidos de unas siglas que representan el Factor de Protección Solar o SPF, seguidos de una cifra que es la que indica la capacidad para bloquear o filtrar las radiaciones, es decir, su nivel de protección. A mayor SPF, mayor protección se recibe.La elección de un lugar de confianza para adquirir un protector solarCabe mencionar la importancia de localizar una perfumería que ofrezca la más amplia gama de productos protectores para que el consumidor pueda elegir el de toda la familia en un mismo lugar.A Sam Parfums se le reconoce un puesto predominante en el sector. Se trata de una empresa canaria que lleva vendiendo cosmética, joyería y fragancias desde 1966, por lo que conoce este mercado y los productos que ofrece a la perfección. Esta empresa ofrece una completa línea de productos afters a base de aloe vera producidos en la misma Canarias, con unos resultados verdaderamente sorprendentes.En caso de sobreexposición al sol, para mejorar la hidratación y aliviar los excesos de radiación solar, los geles y cremas de aloe vera son muy efectivos, ya que regeneran la piel abrasada por tardes de juegos en la playa o en la piscina rápidamente.Tipos de filtros solaresLa elección de un filtro solar en crema apropiado, que proteja la piel del ataque de los rayos ultravioletas A y B, se reduce a tres tipos básicos; los químicos, los minerales o físicos y los biológicos. Cada uno de ellos guarda unas propiedades y características que los hacen más o menos útiles dependiendo del tipo de piel que haya que proteger.Los filtros químicosComo cabe suponer, estos filtros se elaboran a partir de sustancias y compuestos químicos que al entrar en contacto con los rayos del sol se activan y absorben sus efectos mediante reacciones fotoquímicas, que tienen lugar en la propia piel y que consiguen modificarlos. De este modo, se minimiza el impacto. Lo que consiguen es transformar estas radiaciones en una longitud de onda completamente distinta, volviéndose inocua para la piel.Es un producto que ofrece una textura ligera, por lo que no deja un rastro pegajoso ni incómodo al que lo usa, pero en cambio no todas las pieles lo toleran. Hay que tener especial precaución, en este sentido, puesto que, cuando se absorbe, es posible que la barrera cutánea se vea alterada, dando lugar a alergias. Por regla general, se desaconseja su uso en niños hasta los dos años de edad.Los filtros minerales o físicosEn este caso, el producto está compuesto a base de sustancias minerales de origen natural, por lo que se elimina el riesgo de sufrir algún tipo de reacción fotoquímica o intolerancia por parte de pieles sensibles.La forma de funcionar de estos filtros es formando un escudo protector que, a modo de barrera infranqueable, impide que la radiación solar penetre en la piel. El efecto se puede comparar como si se tratara de pequeños espejos que hacen reflejar y rebotar los rayos del sol, con lo que se evita o minimiza el posible daño sobre la dermis.Es muy seguro para la mayoría de los tipos de pieles (alérgicas, reactivas, con dermatitis), y para cualquier edad, incluso puede usarse sobre cicatrices recientes o para una epidermis que haya sufrido alguna lesión. También puede usarse en tratamientos médicos estéticos de peelings químicos o láser, cuando el tejido cutáneo está excesivamente sensible. El único punto negativo que pudiera tener es que es más espeso que el anterior.Los filtros biológicosPor sí solos, este tipo de filtros no ofrecen una protección excesiva. Lo habitual es hacerlo en combinación con alguno de los dos mencionados anteriormente, ya que no bloquea la acción negativa del sol por sí mismo, pero al poseer agentes antioxidantes aportan un plus para que la piel se mantenga sana, sobre todo por su contenido en vitaminas A, C y E.