La vista es uno de los sentidos más importantes y, sin embargo, muchas veces no le prestamos la atención que merece. Pasamos horas frente a pantallas, vivimos con prisas y dejamos las revisiones oftalmológicas “para otro momento”. Para quienes usan corrección visual, elegir bien sus lentes o lentillas baratas también forma parte de esa rutina de cuidado ocular, siempre que se priorice la calidad y el asesoramiento profesional.
Pantallas, móviles y fatiga visual
El uso intensivo de móviles, ordenadores y tablets ha disparado los casos de fatiga visual. Ojos rojos, visión borrosa y dolor de cabeza al final del día son señales de que tus ojos necesitan un descanso.
Algunos hábitos útiles para reducir ese cansancio son:
- Regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies (unos 6 metros) de distancia durante 20 segundos.
- Ajustar el brillo y el contraste de la pantalla para que no deslumbre.
- Mantener una distancia adecuada: ni demasiado cerca ni demasiado lejos, en torno a 40–60 cm del monitor.
- Evitar usar el móvil a oscuras durante largos periodos.
Aplicar estas pequeñas pautas puede marcar una gran diferencia en cómo se sienten tus ojos al final de la jornada.
Hidratación y parpadeo
Otro problema habitual es la sequedad ocular. Al concentrarnos frente a una pantalla, parpadeamos menos y la lágrima se evapora con más facilidad. Eso se traduce en quemazón, sensación de arenilla e incluso mayor sensibilidad a la luz.
Algunas recomendaciones:
- Recordarte conscientemente parpadear más cuando estés con el ordenador.
- Usar lágrimas artificiales si tu óptico u oftalmólogo lo considera oportuno.
- Beber suficiente agua a lo largo del día, ya que la hidratación general también influye en la calidad de la película lagrimal.
- Evitar el aire directo del aire acondicionado o calefacción sobre la cara.
Si además utilizas lentillas, es fundamental seguir las instrucciones de higiene, sustitución y almacenamiento indicadas por el profesional y por el fabricante.
Lentillas: comodidad, estética y responsabilidad
Las lentes de contacto son una opción muy cómoda para quienes buscan libertad de movimiento, practican deporte o simplemente prefieren no usar gafas. Hoy existe una amplia gama de materiales, diseños y precios, que permiten encontrar lentillas baratas sin renunciar a la seguridad ni al confort.
Eso sí, el ahorro nunca debe ir en contra de una correcta adaptación. Es clave:
- Realizar una revisión previa con un óptico-optometrista u oftalmólogo.
- Comprobar que el tipo de lentilla es adecuado para tus necesidades (diarias, mensuales, astigmatismo, progresivas, etc.).
- Respetar los tiempos de uso y no “alargar” la vida útil más de lo recomendado.
- Mantener una higiene rigurosa de manos, estuches y soluciones de mantenimiento.
Un mal uso de las lentillas puede causar irritaciones, infecciones e incluso problemas más serios en la córnea.
Revisiones periódicas y protección frente al sol
Aunque sientas que ves bien, conviene realizar revisiones periódicas de la vista. Muchas alteraciones de la visión evolucionan de forma silenciosa, sobre todo en etapas tempranas. Detectarlas a tiempo facilita el tratamiento y previene complicaciones.
Además, no hay que olvidar la protección solar. Los rayos ultravioleta también afectan a los ojos y pueden contribuir a problemas a largo plazo. Utilizar gafas de sol homologadas, con filtro UV adecuado, es tan importante como usar protector solar en la piel.
En definitiva, cuidar tu salud ocular no se reduce a ponerse gafas o lentillas: es un conjunto de hábitos diarios, revisiones periódicas y decisiones responsables. Integrar estos cuidados en tu rutina es una inversión en bienestar y calidad de vida para hoy y para el futuro.
