Había un joven llamado Miguel que aferrándose a la vida, quería mantener sus sueños vivos, y alguno de ellos vio cumplido, hasta quedarse dormido.
No le conocía, pero sí he venido siguiendo sus firmes propósitos como aficionado futbolero. Sé que hace muy poco, culminó una de sus ilusiones más grandes: le visitó Joaquín Sánchez, el magnífico jugador del Real Betis, del que Miguel era ferviente seguidor, al igual que en una escala un poquito más baja lo era de nuestro Yeclano, así como del Pinoso; un chico apasionado probablemente con el corazón partido.
En el transcurso de la enfermedad, han sido muchas las muestras de cariño y los abrazos de ánimo, al igual que desde cualquier grada con fuerza apoyamos los aficionados.
El deseo de Miguel felizmente se vio cumplido, mediante el proyecto solidario de la Ambulancia del Deseo fue trasladado al Wanda Metropolitano de Madrid, a los Cármenes de Granada o a Elche, aquí un poco más cerquita, para desde la camilla poder ver a su Betis.
Repito que no conocía a este paisano tan joven que nos deja, y tampoco tengo permiso de la familia para escribir unas líneas al respecto, ruego a Víctor y Paquita, disculpen mi atrevimiento.
En esta vida que tiene tantas aristas, se marcha además con 17 años recién cumplidos; el mismo dorsal que luce Joaquín en su camiseta, tal vez cosas del destino.
Miguel emprende un viaje para siempre, equipado con camisetas firmadas y bufandas de cariño, aunque a veces hay momentos tan fríos que son imposibles de abrigar.
Desde el otro lado de la valla, hace unas semanas vi el emotivo homenaje que le hicieron los veteranos del Yeclano.
En algún rincón sobre todo del equipo verdiblanco, queda inscrita una parte de él en el balompié, para siempre callada de duelo, como un rostro de hielo comprensivo que nos deja este joven hacia esos colores.
a Miguel.
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Esto es el fútbol. Esto es el #RealBetis. Este es nuestro capitán. Este es nuestro ídolo Miguel.#ForeverGreen pic.twitter.com/AfBOsruiuT
— Real Betis Balompié 🌴💚 (@RealBetis) November 24, 2021
Gracias José Antonio por ayudarnos a tener los pies en la tierra, nos olvidamos con frecuencia de las cosas que realmente importan.
No conocía la historia de Miguel, pero mi admiración, respeto y apoyo para la familia, un ejemplo de vida.