Pocos días después de haber celebrado la festividad de San Roque, hemos decidido profundizar un poco más en esta ermita, la más antigua de la ciudad. Conocida anteriormente también como de San Sebastián, es un verdadero tesoro arquitectónico e histórico que va a ganar cierta relevancia con el realce que se va a dar a su entorno.
Aunque la construcción de este edificio se remonta al siglo XIV, fue en el siglo XVI cuando adoptó su notable estilo mudéjar, convirtiéndose en un ejemplo significativo de la influencia islámica en la arquitectura religiosa de la región de Murcia.
Origen y construcción en el siglo XIV
La historia de la ermita de San Roque está profundamente ligada a las adversidades que sufrió la villa de Yecla durante el siglo XIV, cuando la población sufrió una devastadora epidemia de peste.
En medio de la desesperación, los habitantes encontraron consuelo en la devoción a San Sebastián, santo protector contra las enfermedades. Tras la milagrosa remisión de la peste, las autoridades locales decidieron construir una ermita en su honor.
En el siglo XVII, la ermita fue también dedicada a San Roque, canonizado por Urbano VIII en ese siglo, ya que el pueblo se volcó en su devoción, consolidando el edificio como un símbolo de fe y resistencia.
El historiador Giménez Rubio documenta que la ermita fue finalizada en 1451, como lo indica una inscripción que se encontraba en el ángulo occidental del tejado. Sin embargo, fue en el siglo XVI cuando el edificio adquirió su característico estilo mudéjar, reflejando la persistencia de la influencia islámica en la arquitectura cristiana murciana.
La expresión del mudéjar en la Ermita de San Roque
El mudéjar es un estilo arquitectónico que surgió en España como resultado de la convivencia entre las culturas cristiana e islámica. En la región de Murcia, donde la población musulmana continuó siendo significativa incluso después de la Reconquista, este estilo se manifestó en numerosas edificaciones religiosas, entre las cuales la Ermita de San Roque es un importante ejemplo.
La Ermita de San Roque sigue el modelo típico de las construcciones mudéjares rurales de la época, caracterizado por la simplicidad y la funcionalidad. El edificio presenta una nave única, cubierta por una estructura de madera a dos aguas sostenida por arcos diafragmáticos de medio punto, una característica distintiva del mudéjar murciano. Este tipo de techumbre, conocida por su economía de medios y su adaptabilidad, era común en las construcciones religiosas de la región durante el siglo XVI.
La armadura de madera de la techumbre, que originalmente habría estado decorada con elaborados patrones geométricos, es un claro testimonio de la influencia islámica. Aunque la decoración ha sufrido alteraciones a lo largo de los siglos, la estructura original refleja la habilidad de los artesanos mudéjares, quienes eran conocidos por su maestría en la carpintería de lo blanco, una técnica que implicaba el uso de madera sin tratar para crear complejas estructuras decorativas.
Según Francisco Javier Delicado Martínez, el estudio de la estructura de la ermita revela su estrecha relación con otros edificios de la misma época en la región levantina, que también presentan techumbres mudéjares sobre arcos diafragmáticos.
Este tipo de construcción, que combina elementos del gótico valenciano con influencias renacentistas, es una muestra de la transición estilística que caracterizó la arquitectura religiosa en Murcia durante el siglo XVI.
Elementos clave del arte mudéjar
Uno de los aspectos más fascinantes del arte mudéjar es su capacidad para integrar y reinterpretar elementos de diferentes tradiciones culturales. En la Ermita de San Roque, este sincretismo se manifiesta en la utilización de técnicas y formas decorativas islámicas dentro de un contexto cristiano.
- Techumbre de madera: La cubierta a dos aguas de la ermita, sostenida por arcos de medio punto, es uno de los elementos más distintivos del mudéjar. La estructura de madera, originalmente decorada con patrones geométricos, refleja la influencia de la carpintería islámica, adaptada para su uso en un edificio cristiano.
- Decoración geométrica: Aunque gran parte de la decoración original ha desaparecido, es probable que la techumbre haya estado adornada con motivos geométricos típicos del arte islámico, como estrellas de ocho puntas y lazos, que simbolizan la perfección y la unidad del cosmos según la tradición islámica.
- Uso de materiales locales: La construcción de la ermita con materiales sencillos, como la madera y la mampostería, es un rasgo característico del mudéjar, que se basaba en la utilización de recursos locales para crear estructuras duraderas y funcionales.
- Influencias cruzadas: La ermita, aunque predominantemente mudéjar, también refleja influencias góticas y renacentistas, especialmente en la forma de sus arcos y en la simplicidad de su planta basilical. Esta mezcla de estilos es típica de la arquitectura mudéjar, que evolucionó en respuesta a las cambiantes circunstancias políticas y culturales de la época.
San Roque en «La Voluntad»
José Martínez Ruiz, también habló de San Roque en el capítulo XV de su magnífica obra «La Voluntad», publicada en 1902:
«Azorín ha estado con Justina en San Roque. Delante iban Justina y Azorín, detrás Iluminada y la madre de Justina. San Roque es una iglesia diminuta, acaso la más antigua de Yecla. Se reduce a una nave baja, de dos techos inclinados, sostenidos por un ancho arco ligeramente ojival. En la techumbre se ven las vigas patinosas; en el fondo destaca un altar sencillo. Y un Cristo exangüe, amoratado, yace en el suelo, sobre un roído paño negro, entre cuatro blandones.
Algo como el espíritu del catolicismo español, tan austero, tan simple, tan sombrío; algo como el alma de nuestros místicos inflexibles; algo como la fe de un pueblo ingenuo y fervoroso, se respira en este ámbito pobre, ante este Cristo que reposa sencillamente en tierra, sin luminarias y sin flores. Y Azorín ha sentido un momento, emocionado, silencioso, toda la tremenda belleza de esta religión de hombres sencillos y duros».
Conservación y significado actual
A lo largo de los siglos, la Ermita de San Roque ha sido objeto de diversas intervenciones, destinadas a preservar su estructura y a adaptarla a las necesidades de la comunidad.
En 1788, el párroco quiso llevarse las imágenes de la ermita por su estado ruinoso, pero el ayuntamiento no lo consintió y realizó importantes reparaciones, que incluyeron la incorporación de un campanario o espadaña barroca, un elemento que contrasta con la austeridad del edificio pero que también refleja la evolución del gusto arquitectónico en Yecla.
En 1981, la ermita fue declarada Monumento Histórico-Artístico de Interés Local, un reconocimiento a su valor cultural y arquitectónico. Este estatus ha permitido su conservación y ha facilitado los estudios que han contribuido a una mejor comprensión de su importancia histórica.
Hoy en día, la Ermita de San Roque sigue siendo un lugar de culto y un símbolo de la identidad de Yecla. Ha perdido el puesto de churros que se encontraba a su puerta y se han tirado abajo las casas que la circundaban para darle más protagonismo. Y es que su rica historia y su arquitectura única la convierten en un testimonio vivo de la mezcla de culturas que ha dado forma a la región de Murcia a lo largo de los siglos.
Así se celebró este año
Cada 16 de agosto, el pueblo de Yecla acompaña a la Corporación Municipal en la celebración de San Roque, su patrón. Al terminar, como siempre, hay una limonada para todos los asistentes. Esta es, sin duda, una de las celebraciones más antiguas de nuestro municipio. No te pierdas la galería de imágenes de José Azorín.
Fuentes:
Este artículo se basa en el exhaustivo estudio de Francisco Javier Delicado Martínez, que podéis descargara aquí, complementado con información histórica de los trabajos de Giménez Rubio y Fausto Soriano Torregrosa, proporcionando una visión completa de la Ermita de San Roque como un monumento de gran relevancia para la historia y el arte de Yecla.
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El BB sigue sin tomar la medicación.
Y eso que le ahorré una visita al psiquiatra dándole el cuadro clínico de lo que padece.
Sufre un fracaso personal de querer y no ser, lo del DON sin DIN…ero.
Esto le lleva a una colosal frustración que no consigue superar.
Está en una espiral de ODIO que no puede ni disimular.
Su conversación despide un fuerte tufillo a XENOFOBIA, se ha radicalizado, incluso la preocupación llega a su entorno.
Lleva el mismo camino que Feijooo que vino de Galicia diciendo que era de «centro-moderado» y ahora está compitiendo con VOX para ver quién lleva la delantera en propuestas fascistas.
BB cuidate lo primero las personas y su salud.
Por cierto el hospital sigue con 4.000 pacientes en listas de espera y…no mejora.
Historia y arte de un legado mudejar… forrado de cemento: como todo lo que hace la izquierda, basura. Copernicus, el cura estará todo lo fuerte que le de la gana, a ti te huele el aliento a podredumbre, como todo en tu repelente persona, además eres feo, muyyy feo (como otro que yo me se, de tal palo…)
Solo dos asuntos menores y por aquello de que no digan.
Uno: La limonada no estaba lo suficientemente granizada.
Dos: He visto al cura bastante fuerte.
Felicidades por el documento, y esperemos que no venga el pitagorin-sabeloto a reescribir este magnífico artículo