Estados Unidos enfrenta una crisis creciente de personas sin hogar, que podría llevar al país a establecer un nuevo récord, con más de 650,000 individuos viviendo en las calles. La situación se agrava con el fin de las ayudas durante la pandemia, el aumento de los precios de la vivienda y los alquileres, y otros factores socioeconómicos que han forzado a muchas personas a perder sus hogares.
El panorama general del país muestra que el número de personas sin hogar ha aumentado un 10% en comparación con el año anterior, según datos recopilados de más de 250 organizaciones de apoyo. Esto sugiere que Estados Unidos podría superar la cifra estimada de 653,000 personas sin hogar en 2024, el más alto desde que el gobierno comenzó a compartir estos datos en 2007. Los recuentos recientes, realizados principalmente en enero, destacan que muchas ciudades importantes, como Chicago, Los Ángeles y Nueva York, han registrado aumentos significativos, impulsados por diversos factores, incluidos los flujos migratorios y la crisis de salud mental.
En este contexto, el impacto en los niños y jóvenes es especialmente preocupante. De acuerdo con datos del Departamento de Escuelas de Newport y Middletown, el riesgo de que los estudiantes locales enfrenten la falta de vivienda ha aumentado considerablemente. Rhode Island Kids Count, una organización sin fines de lucro dedicada al bienestar infantil, informó que 1,739 niños en todo el estado fueron identificados como personas sin hogar durante el año escolar 2022-23, un aumento respecto a los 1,461 del año anterior. De estos niños, el 66% vivía con otras familias, el 17% en hoteles o moteles, el 15% en refugios y el 2% sin refugio alguno.
En Middletown, 93 estudiantes fueron reportados como sin hogar en el año escolar 2022-23, un aumento respecto a los 72 del año escolar anterior. Para 2023-24, se reportaron 85 estudiantes en esta situación. En Newport, las cifras también reflejaron un aumento: 52 estudiantes sin hogar en 2023-24, frente a los 35 del año anterior.
“Sabemos que muchas familias dudan en admitir que no tienen hogar por temor a comprometer la estabilidad de su familia y enfrentar posibles preocupaciones de bienestar infantil”, dijo Stephanie Geller, directora adjunta de Rhode Island Kids Count. Esto complica que las escuelas puedan identificar a estas familias y proporcionar los recursos necesarios.
La falta de vivienda tiene un impacto directo en el bienestar de los niños, aumentando el ausentismo crónico, afectando su rendimiento académico y exponiéndolos a mayores riesgos de problemas de salud y violencia. Los datos de Newport confirman que la probabilidad de que un estudiante experimente falta de vivienda es mayor entre las minorías raciales. De los 52 estudiantes sin hogar en el año escolar 2023-24, 24 se identificaron como hispanos, ocho como afroamericanos y 16 como de dos o más razas, mientras que solo tres se identificaron como blancos.
El problema no solo afecta a los estudiantes. Una encuesta reciente realizada por Libra Planners y la ciudad de Newport reveló que la mayoría de los 470 encuestados consideran que los alquileres son demasiado altos y ya no pueden permitirse vivir en Newport. El costo medio de una vivienda unifamiliar en la ciudad se elevó a 1.1 millones de dólares después de evaluaciones recientes. Además, el alquiler promedio de un apartamento de dos habitaciones en 2023 fue de 2,179 dólares en Middletown y de 1,923 dólares en Newport.
“Muchas personas de ingresos medios, como maestros y bomberos, no pueden pagar el alquiler y mucho menos comprar una casa”, explicó Geller. “Estas familias están luchando enormemente”.
El superintendente de Middletown, William Niemeyer, agregó: “Hemos visto familias nacidas y criadas aquí que ya no pueden permitirse vivir en su ciudad natal. Los alquileres han subido tanto que deben quedarse temporalmente con familiares mientras buscan vivienda”.
La situación se complica aún más cuando las familias intentan mejorar sus ingresos y salir de la pobreza. En ocasiones, un nuevo trabajo o un aumento salarial puede hacer que una familia ya no califique para beneficios estatales o federales, como asistencia para el alquiler o cupones de alimentos, debido a que sus ingresos superan los límites. Esto puede tener consecuencias graves cuando los nuevos ingresos no compensan la pérdida de dichos beneficios.
“No existe legislación que proteja a las familias que intentan mejorar su situación económica”, comentó Ellen Pinnock, directora de compromiso comunitario en FabNewport. “Consiguen un nuevo trabajo para pagar el alquiler y, de repente, se enfrentan a la disyuntiva de pagar el alquiler o alimentar a sus hijos, porque han perdido esos beneficios”.
La crisis de personas sin hogar en Estados Unidos es multifacética y afecta tanto a individuos como a familias, dejando en evidencia la necesidad urgente de soluciones integrales que aborden tanto las causas inmediatas como las raíces estructurales del problema.
Vía: MEDITERRÁNEO DIGITAL