La ciudad de Yecla ha recibido esta semana la triste noticia del fallecimiento de Juana Martínez Yago, fundadora del Grupo Folclórico Arabí en 1991 y una de las mayores impulsoras e investigadoras del folclore y la etnografía yeclana.
En su juventud, allá por 1982, Juana impulsó la Escuela Municipal de Artes y Costumbres Populares, germen del Grupo Folclórico Arabí, donde se realizaban actividades diversas relacionadas con el folclore yeclano, un folclore que durante décadas había estado escondido y olvidado.
Una vida arraigada a la tierra
Nacida y criada en el seno de una familia de labradores, Juana Martínez creció arraigada a la tierra y a las costumbres y tradiciones yeclanas; y es que su abuelo y su tío tocaban la guitarra popular, mientras que otros miembros de su familia cantaban y bailaban jotas, tradición que estaba casi perdida en esa época.
De hecho, Juana ha recordado en múltiples ocasiones cómo en los 80′ del siglo pasado consiguió recuperar la participación de adultos en la ofrenda a San Isidro, algo que había dejado de hacerse durante años, lo que significaba que no hubiera personas adultas vistiendo el traje popular. Este hito, mal visto por algunos sectores de la sociedad de aquella época, ayudó a que el folclore ganara de nuevo cierto protagonismo en la escena local. En esos años, como investigadora, Juana recopiló cantos, bailes y costumbres populares yeclanas, algunas perdidas y olvidadas, a través de recoger testimonios de personas mayores que habían vivido y disfrutado de estas costumbres en su juventud.
Fue por aquel entonces cuando se puso en marcha el Festival de Folclore de San Isidro, al que cada año venían grupos de fuera de nuestra Región, participando junto a los talleres de folclore yeclano de dicha escuela. El grupo nacional llegaba sábado por la mañana para participar en la cabalgata de carrozas, animando con su música y baile dando alegría y espectáculo al desfile, pero se dejó de hacer porque, según los organizadores, retrasaba mucho el desfile. El domingo por la mañana, el grupo participaba también en la ofrenda al santo, algo que hoy sigue haciendo el Grupo Folclórico Arabí.
Una labor encomiable: recupera bailes y tradiciones como San Marcos
Como bien relata Irene Castillo en este artículo de 2009, la labor de Juana Martínez sirvió también para recuperar piezas de la indumentaria que se incorporaron al traje, tanto del hombre como de la mujer. Entre ellas, el jubón, las mantillas de cintón la de volantes de blonda o las mantillas de verano o basquiñas. Fue en esos años cuando se recuperó también el delantal de lujo negro bordado en color marfil, el delantal de terciopelo con azabache, o los delantales blancos de traje de diario, el traje completo de verano compuesto de corpiño, refajo y delantal, la ropa interior, las peinetas doradas de ornamentación tradicional, zapatos o chaplines bordados, medias de hombre y de mujer tejidas con cinco agujas y cenofiles, entre otras prendas.
A pesar de la oposición que se encontraba, Juana no desistió y consiguió que a partir de 1985 se enseñara a bailar el fandango de boda, de la mano de Mari Carmen García Martínez y María Benedito Rodríguez. En 1988, Juana Martínez, a través de la Escuela Municipal de Artes y Costumbres Populares recupera la Romería de San Marcos, desaparecida por aquel entonces y que a día de hoy sigue luciendo con gran esplendor. Cabe recordar que en esta romería, que en aquel momento llegaba hasta la ermita de La Magdalena y hoy hasta el Cerrico de la Fuente, se celebran todo tipo de bailes tradicionales y juegos populares en torno a una sartén de gachasmigas o una olla de arroz caldoso.
Como investigadora, Juana también recuperó músicas y bailes como la Jota de las Moratillas, así como cantos, coplas y coplillas que estaban relacionadas con labores del campo como la recogida de la aceituna, la vendimia o la siega.
Nace el Grupo Folclórico Arabí
Y así, incansable, siguió Juana Martínez hasta que en 1991 creó el Grupo Folclórico Arabí. Este grupo continúa hoy, casi 35 años después, trabajando con la alegría y la ilusión del primer día, contando incluso con escuela de folclore y celebrando multitud de actuaciones por diferentes puntos de España. En estas décadas, Juana y el resto del Grupo han recuperado bailes, indumentarias y canciones que han contribuido a enriquecer la cultura yeclana y su folclore.
En el 2000, Juana impulsó además la Revista «Raíz», dedicada a costumbres populares y dando a conocer algunos de los temas que había estudiado, así como las fuentes de sus diferentes investigaciones. Además, en esos primeros años, el grupo realizó muestras de folclore internacional con intención de conocer culturas y tradiciones diferentes y hacer intercambios con grupos internacionales. Así, llegaron a Yecla grupos de Hungría, Portugal, Francia o Polonia
Un futuro prometedor
En aquellos primeros años, la actividad del Grupo Folclórico Arabí, que aunque se creó en la Escuela Municipal de Artes y Costumbres Populares en 1990, no se legalizó hasta 1991, fue muy importante. En una entrevista, Juana recordaba las exposiciones de trajes tradicionales populares que se hacían antes de las fiestas, donde se reunían piezas antiguas, refajos, mantones y complementos para darlos a conocer en mayor profundidad.
Incluso recordaba como en 1995 se formalizó una exposición de traje tradicional en diferentes modalidades (nacional, regional y comarcal), donde diferentes grupos folclóricos de toda España, pero principalmente de las provincias de Albacete, Valencia, Alicante y Murcia ponían en común sus vestimentas, tradiciones y bailes para analizar similitudes y diferencias.
Todas esas actividades impulsadas por el Grupo Folclórico Arabí hoy perduran en mayor o menor medida gracias al duro trabajo de Juana Martínez y de personas como José Miguel García, su actual presidente, quienes como investigadores tenaces, han sido capaces de recuperar gran parte de ese folclore casi olvidado.
Tarea de este grupo y de quienes lo vayan conformando en los próximos años será la de honrar la memoria de personas como Juana Martínez, manteniendo e impulsando toda esta actividad para que el folclore yeclano nunca vuelva a pasar por aquellos oscuros tiempos en los que una joven Juana decidió echarse todo a la espalda para recuperar un legado casi desaparecido.
Fuente: Irene Castillo en San Isidro Yecla
