Quienes tenemos una edad sabemos que en Yecla una vez jugó el Villarreal.
En la temporada 91/92 como dice la crónica de la época firmada por Cristóbal Ruiz. Años donde las ilusiones eran muchas, porque estábamos en las postrimerías de los acontecimientos de la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92 que se iban a celebrar en nuestro país.
En aquel entonces, nuestro Yeclano C.F, militando en 2ª B, llevaba un equipazo. Estaba dirigido –mejorando lo presente- posiblemente por el mejor entrenador que ha pasado por estos lares, José Víctor Rodríguez de Miguel. Y le plantó cara un 10 de noviembre de 1991 en la jornada 11 a todo un Villarreal, que vestía con camiseta amarilla y pantalón azul, quedando el partido de poder a poder en tablas.
Temporada a su vez del famoso partido de ascenso frente al Marbella y que tantas opiniones provocó, donde nos quedamos en la orilla sin poder subir a la categoría de plata.
Del Madrigal a La Cerámica
El Villarreal me cuenta quien estuvo allí, que disputaba sus encuentros en un viejo campo de pueblo de los de toda la vida; donde como en casi todos, apenas existen cabinas para los medios de comunicación. Durante muchos años, ese campo se conoció como El Madrigal.
Tras las diferentes remodelaciones y ampliaciones por dentro y fuera, realizadas en varias fases por los ascensos a la liga profesional y después de haber tocado el cielo la primera vez que alcanzó la Primera División para adaptarlo a las normativas europeas, hoy el renombrado Estadio de la Cerámica, haciendo honor a su tierra, es un campo municipal y de primera.
Por eso mediante estas líneas a las cuales me ha costado ponerle el titular, quería hacer un pequeño homenaje a este club de una ciudad algo mayor que la nuestra y que ha llegado tan lejos haciendo tantas gestas.
Sin temor a equivocarme creo el Villarreal es un poquito de todos aquellos a los que nos gusta el fútbol. Seguramente a nadie le dolerían prendas lucir una camiseta del conjunto amarillo en cualquier sitio, al igual que se hace con la de otros equipos que cuentan con millones de seguidores repartidos a lo largo y ancho del planeta.
Un proyecto firme y serio
El equipo amarillo que al principio sorprendió en un mundo donde surgen cosas cada día y ante el asombro general del resto, tiene un proyecto firme y serio que fue creciendo y lo demuestra la buena gestión y un equipo consolidado, que se ha ganado con voz propia el respeto dentro y fuera de nuestras fronteras como una empresa sin caprichos ni velocidades tontas.
Durante muchos años viene manteniendo un modelo, con su ciudad deportiva, la ejemplaridad de su cantera y su política de fichajes, donde casi siempre suele hacer negocio, tuvo el colofón más importante el año anterior al proclamarse vencedor de la Europa League, nos quedamos con la emoción y el sueño del partido ante el Liverpool de esta semana.
Creo que valdrá la pena, porque la Champions con independencia del resultado al submarino amarillo que tiene desde hace mucho el periscopio mirando a Europa le debe una final, ya que dos veces la ha tenido al alcance de su mano.
Un pueblo volcado con su equipo al calor de la cerámica. Un caso probablemente excepcional ha hecho de este club que tantas simpatías despierta, algo habitual. De entre millones de niños puede salir un Iniesta, porque es muy difícil. De entre centenares de equipos de ciudades pequeñas desconozco si podrá haber un caso que se asemeje al fenómeno del Villarreal después de casi un siglo de historia.
Artículos de José Antonio Ortega