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🌼 viernes 19 abril 2024
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Globos de ilusión

El pasado día 3 de diciembre, después de pasar los filtros del Covid, tuve un rato muy agradable con mis amigos de AMPY, un suplemento natural con efectos secundarios de cariño.

Me atribuyo sin derecho alguno hablar en nombre de tantos, porque como siempre digo y no me cansaré de repetirlo, hay que remover conciencias e impulsar cambios.

Esta es una historia pequeña, sin mayor ambición que ofrecer un retrato de amor y resistencia.

Entre la emoción y los nervios por parte de algunos intervinientes y alumnos por hablar en público, te llegan los argumentos que con firmeza defienden, sobre todo la empatía, cuando con nuestros corazones débiles, creemos que lo sabemos todo, no sabemos tanto.

Se lanzaron muchos mensajes, los cuales vinieron a decir que la sociedad y los poderes públicos deben implicarse más, porque todavía queda bastante por hacer en el mundo de la discapacidad.

La decisión de un grupo de padres embaucados en el bienestar de sus hijos y la constancia de una junta directiva, junto al trabajo que desarrollan los distintos profesionales del centro, es el fin de este colectivo. Aquí “no hay recetas milagrosas ni pociones mágicas, a la hora de conseguir cambios o resultados distintos”, si esfuerzo, compromiso y pasos para seguir avanzando.

Aquí estoy, junto a otras personas con la misma motivación, entre dos Cármenes. Entre lazos de color naranja y globos de ilusión con palabras de esperanza. Carmen Bernal, todo un ejemplo de ternura y constancia durante muchos años en el centro, que solo desprende bondad; y Carmen Vicente, una mujer con clase y de carácter, diciendo con mucho tacto verdades como puños. Defendiendo dónde haga falta y reivindicando sobre un colectivo unido a partir de un asunto común que principalmente engloba a personas vulnerables. Dos muestras de muchos botones, de esa enorme caja de costura que es AMPY.

Hay ciudades que no tienen una asociación similar, pero sí tienen los mismos problemas en su población por pequeña que esta sea, por ello es preciso realizar actividades de divulgación para concienciar sobre las situaciones difíciles y valorar las posibles alternativas.

El centro tiene una honda preocupación por el colectivo como lo demuestra una dedicación plena hacia los residentes y alumnos que lo integran.

Permítanme que les diga que esto obedece a un área sensible. Estudian y planifican siempre con mucha ilusión el trabajo a realizar. Contando con una estructura consolidada dentro realidad palpable, deben cubrir las necesidades básicas de unas personas, parte de su educación, el poder relacionarse y una residencia que como gran reto ha cumplido cinco años favoreciendo la estancia de aquellos que lo precisan.

Por el bien de los usuarios, la asociación tiene una necesidad imperiosa y comprensible que resolver; ellos no se rinden y, hay quienes no dan su brazo a torcer, y creo que no hay razones para una cuestión de tanto calado, demorarla más.

AMPY es una entidad madura. Los indicadores demuestran que allí se rezuma paz y armonía, la mejor terapia es la que no lo parece. Cada uno con su propia historia es protagonista de la realidad que transmite.

Las otras capacidades todavía guardan muchas interrogantes y por ello los mensajes sin la tensión dialéctica de los lugares donde se debaten las propuestas y se toman las decisiones deben tener respuesta.

Más allá de las imperfectas y cambiantes leyes de los hombres y ante los más reacios, urge finalizar los trámites de la reforma del artículo 49 de nuestra Constitución, para eliminar la palabra “disminuido”, por la de “personas con discapacidad”, para que todas ellas puedan participar en condiciones de igualdad.

Al mirar a tu alrededor te das cuenta que todo sucede muy deprisa. El momento para alcanzar y cambiar la mejor versión de nosotros mismos, siempre, es ahora.

Superamos el frío del patio con el calor de la gente. Fueron unos momentos que habría querido que duraran más, pero por la etapa que estamos atravesando no fue posible.

Haciendo un viaje al interior de uno mismo, hay que mirar con los ojos del alma, pues al hacerlo no miramos defectos, sino cualidades.


Blog de José Antonio Ortega

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.

El pasado día 3 de diciembre, después de pasar los filtros del Covid, tuve un rato muy agradable con mis amigos de AMPY, un suplemento natural con efectos secundarios de cariño.

Me atribuyo sin derecho alguno hablar en nombre de tantos, porque como siempre digo y no me cansaré de repetirlo, hay que remover conciencias e impulsar cambios.

Esta es una historia pequeña, sin mayor ambición que ofrecer un retrato de amor y resistencia.

Entre la emoción y los nervios por parte de algunos intervinientes y alumnos por hablar en público, te llegan los argumentos que con firmeza defienden, sobre todo la empatía, cuando con nuestros corazones débiles, creemos que lo sabemos todo, no sabemos tanto.

Se lanzaron muchos mensajes, los cuales vinieron a decir que la sociedad y los poderes públicos deben implicarse más, porque todavía queda bastante por hacer en el mundo de la discapacidad.

La decisión de un grupo de padres embaucados en el bienestar de sus hijos y la constancia de una junta directiva, junto al trabajo que desarrollan los distintos profesionales del centro, es el fin de este colectivo. Aquí “no hay recetas milagrosas ni pociones mágicas, a la hora de conseguir cambios o resultados distintos”, si esfuerzo, compromiso y pasos para seguir avanzando.

Aquí estoy, junto a otras personas con la misma motivación, entre dos Cármenes. Entre lazos de color naranja y globos de ilusión con palabras de esperanza. Carmen Bernal, todo un ejemplo de ternura y constancia durante muchos años en el centro, que solo desprende bondad; y Carmen Vicente, una mujer con clase y de carácter, diciendo con mucho tacto verdades como puños. Defendiendo dónde haga falta y reivindicando sobre un colectivo unido a partir de un asunto común que principalmente engloba a personas vulnerables. Dos muestras de muchos botones, de esa enorme caja de costura que es AMPY.

Hay ciudades que no tienen una asociación similar, pero sí tienen los mismos problemas en su población por pequeña que esta sea, por ello es preciso realizar actividades de divulgación para concienciar sobre las situaciones difíciles y valorar las posibles alternativas.

El centro tiene una honda preocupación por el colectivo como lo demuestra una dedicación plena hacia los residentes y alumnos que lo integran.

Permítanme que les diga que esto obedece a un área sensible. Estudian y planifican siempre con mucha ilusión el trabajo a realizar. Contando con una estructura consolidada dentro realidad palpable, deben cubrir las necesidades básicas de unas personas, parte de su educación, el poder relacionarse y una residencia que como gran reto ha cumplido cinco años favoreciendo la estancia de aquellos que lo precisan.

Por el bien de los usuarios, la asociación tiene una necesidad imperiosa y comprensible que resolver; ellos no se rinden y, hay quienes no dan su brazo a torcer, y creo que no hay razones para una cuestión de tanto calado, demorarla más.

AMPY es una entidad madura. Los indicadores demuestran que allí se rezuma paz y armonía, la mejor terapia es la que no lo parece. Cada uno con su propia historia es protagonista de la realidad que transmite.

Las otras capacidades todavía guardan muchas interrogantes y por ello los mensajes sin la tensión dialéctica de los lugares donde se debaten las propuestas y se toman las decisiones deben tener respuesta.

Más allá de las imperfectas y cambiantes leyes de los hombres y ante los más reacios, urge finalizar los trámites de la reforma del artículo 49 de nuestra Constitución, para eliminar la palabra “disminuido”, por la de “personas con discapacidad”, para que todas ellas puedan participar en condiciones de igualdad.

Al mirar a tu alrededor te das cuenta que todo sucede muy deprisa. El momento para alcanzar y cambiar la mejor versión de nosotros mismos, siempre, es ahora.

Superamos el frío del patio con el calor de la gente. Fueron unos momentos que habría querido que duraran más, pero por la etapa que estamos atravesando no fue posible.

Haciendo un viaje al interior de uno mismo, hay que mirar con los ojos del alma, pues al hacerlo no miramos defectos, sino cualidades.


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