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miércoles, octubre 29, 2025 🍂 💐
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La IA revoluciona la traducción: ChatGPT y DeepL transforman el trabajo

La digitalización avanza a pasos agigantados en el mundo de la traducción profesional. En ese contexto, la propia agencia de traducciones, Okodia, con presencia en toda España, ha incorporado un modelo híbrido que combina la potencia de la inteligencia artificial con la revisión humana, un enfoque que ya está transformando la manera de trabajar de traductores y empresas por igual.

Una nueva era para los traductores

Herramientas como ChatGPT o DeepL están redibujando el panorama del sector de la traducción. DeepL se basa en redes neuronales entrenadas con millones de textos traducidos, lo cual le permite ofrecer resultados de gran calidad. Por su parte, ChatGPT ha demostrado una capacidad creciente para entender el contexto, los matices idiomáticos y hallar traducciones más naturales, y ya se utiliza en entornos profesionales como apoyo a la labor humana.

Estas herramientas no vienen de la nada: su impacto en la industria es real y evidente. Los traductores especializados señalan que, aunque la sustitución no es total, los trabajos más rutinarios ya están siendo automatizados o planteados como corrección de traducciones automáticas generadas por IA.

¿Qué cambia para el profesional de la traducción?

  1. Velocidad y volumen: Con la inteligencia artificial, los plazos pueden reducirse y se pueden procesar paquetes de trabajo mayores. El traductor pasa de traducir desde cero a revisar o poseditar el texto generado por una máquina.
  2. Calidad vs especialización: Aunque la IA mejora, aún no reemplaza plenamente al traductor humano en campos que requieren especialización (como el legal, el médico o el literario) o sensibilidad cultural. La revisión humana sigue siendo imprescindible.
  3. Cambio en el rol del traductor: No basta con saber idiomas; ahora hay que dominar herramientas, interpretar resultados de IA, gestionar glosarios y asegurar la coherencia lingüística. Esto implica formación, adaptación y una mayor diversificación de tareas.
  4. Presión en tarifas y modelo de negocio: La aparición de la traducción automática puede reducir los costes para el cliente, lo que presiona a la baja las tarifas tradicionales para el trabajo humano. Muchos profesionales están apostando por especializarse o asumir tareas de revisión y control de calidad.

Caso práctico: Okodia y su integración de IA

La empresa Okodia ha apostado por un método llamado HumanAI+ que combina traducción automática con inteligencia artificial propia y posedición (revisión humana) para distintos niveles de calidad. En su página web explican cómo esta tecnología se integra en su flujo de trabajo para ofrecer rapidez sin renunciar a la precisión lingüística.

Además, su agencia de traducción Barcelona ofrece servicios ajustados a las necesidades de cada cliente, adaptándose a plazos, sectores y volumen de contenido. Este modelo híbrido convierte a Okodia en un ejemplo claro de cómo la IA puede ser una aliada, no una amenaza, para el traductor profesional.

Por otro lado, y desde la perspectiva del traductor, esto significa que empresas como Okodia están demandando perfiles capaces de gestionar herramientas de inteligencia artificial, verificar resultados automáticos, intervenir en glosarios terminológicos y garantizar coherencia cultural.

Reflexión final

No estamos ante una sustitución total del traductor convencional, sino ante un rediseño profundo de su rol. Las herramientas de IA como ChatGPT y DeepL amplían las posibilidades, pero también exigen al profesional que se reinvente: de “traductor que traduce” a “traductor que supervisa, adapta y dirige traducciones asistidas por IA”.

Para las agencias, la clave reside en encontrar el equilibrio adecuado: usar la inteligencia artificial para ganar eficiencia y volumen, pero mantener el valor añadido del humano en calidad, especialización y matiz cultural. Quienes logren combinar ambos campos —tecnología y experiencia lingüística— tienen una ventaja competitiva clara.

En definitiva, la era de la traducción asistida ha llegado, y los profesionales del idioma tienen ante sí un momento de transformación: formarse, adaptarse y colaborar con la IA para que el lenguaje siga siendo un puente cultural y no una simple conversión automática.

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Redactores de elperiodicodeyecla.com escriben con este nombre de autor para otra serie de artículos.

La digitalización avanza a pasos agigantados en el mundo de la traducción profesional. En ese contexto, la propia agencia de traducciones, Okodia, con presencia en toda España, ha incorporado un modelo híbrido que combina la potencia de la inteligencia artificial con la revisión humana, un enfoque que ya está transformando la manera de trabajar de traductores y empresas por igual.

Una nueva era para los traductores

Herramientas como ChatGPT o DeepL están redibujando el panorama del sector de la traducción. DeepL se basa en redes neuronales entrenadas con millones de textos traducidos, lo cual le permite ofrecer resultados de gran calidad. Por su parte, ChatGPT ha demostrado una capacidad creciente para entender el contexto, los matices idiomáticos y hallar traducciones más naturales, y ya se utiliza en entornos profesionales como apoyo a la labor humana.

Estas herramientas no vienen de la nada: su impacto en la industria es real y evidente. Los traductores especializados señalan que, aunque la sustitución no es total, los trabajos más rutinarios ya están siendo automatizados o planteados como corrección de traducciones automáticas generadas por IA.

¿Qué cambia para el profesional de la traducción?

  1. Velocidad y volumen: Con la inteligencia artificial, los plazos pueden reducirse y se pueden procesar paquetes de trabajo mayores. El traductor pasa de traducir desde cero a revisar o poseditar el texto generado por una máquina.
  2. Calidad vs especialización: Aunque la IA mejora, aún no reemplaza plenamente al traductor humano en campos que requieren especialización (como el legal, el médico o el literario) o sensibilidad cultural. La revisión humana sigue siendo imprescindible.
  3. Cambio en el rol del traductor: No basta con saber idiomas; ahora hay que dominar herramientas, interpretar resultados de IA, gestionar glosarios y asegurar la coherencia lingüística. Esto implica formación, adaptación y una mayor diversificación de tareas.
  4. Presión en tarifas y modelo de negocio: La aparición de la traducción automática puede reducir los costes para el cliente, lo que presiona a la baja las tarifas tradicionales para el trabajo humano. Muchos profesionales están apostando por especializarse o asumir tareas de revisión y control de calidad.

Caso práctico: Okodia y su integración de IA

La empresa Okodia ha apostado por un método llamado HumanAI+ que combina traducción automática con inteligencia artificial propia y posedición (revisión humana) para distintos niveles de calidad. En su página web explican cómo esta tecnología se integra en su flujo de trabajo para ofrecer rapidez sin renunciar a la precisión lingüística.

Además, su agencia de traducción Barcelona ofrece servicios ajustados a las necesidades de cada cliente, adaptándose a plazos, sectores y volumen de contenido. Este modelo híbrido convierte a Okodia en un ejemplo claro de cómo la IA puede ser una aliada, no una amenaza, para el traductor profesional.

Por otro lado, y desde la perspectiva del traductor, esto significa que empresas como Okodia están demandando perfiles capaces de gestionar herramientas de inteligencia artificial, verificar resultados automáticos, intervenir en glosarios terminológicos y garantizar coherencia cultural.

Reflexión final

No estamos ante una sustitución total del traductor convencional, sino ante un rediseño profundo de su rol. Las herramientas de IA como ChatGPT y DeepL amplían las posibilidades, pero también exigen al profesional que se reinvente: de “traductor que traduce” a “traductor que supervisa, adapta y dirige traducciones asistidas por IA”.

Para las agencias, la clave reside en encontrar el equilibrio adecuado: usar la inteligencia artificial para ganar eficiencia y volumen, pero mantener el valor añadido del humano en calidad, especialización y matiz cultural. Quienes logren combinar ambos campos —tecnología y experiencia lingüística— tienen una ventaja competitiva clara.

En definitiva, la era de la traducción asistida ha llegado, y los profesionales del idioma tienen ante sí un momento de transformación: formarse, adaptarse y colaborar con la IA para que el lenguaje siga siendo un puente cultural y no una simple conversión automática.

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