Los agricultores califican como «desastrosa» la cosecha de la aceituna en los municipios de Yecla y Jumilla. Los efectos de la sequía han pasado factura a las plantaciones de olivos, cultivos autóctonos de secano de esta comarca, adaptados a la climatología que han sucumbido por la falta de hidratación en su arbolado. En algunas zonas, sobre todo en el término jumillano, apenas si se ha recolectado un 10% de las previsiones iniciales, según indica el presidente del sindicato agrario de la Coag en este municipio, Pedro García. En otras fincas olivareras de Yecla, y en casos puntuales, se ha podido recolectar hasta un 50% de la producción «lo que apenas si llega para cubrir gastos».
La poca aceituna que había en este año se debe a la falta de precipitaciones porque «ha sido una sequía muy larga y al final los olivos no lo han podido resistir». Las pérdidas económicas son, por tanto, muy importantes, porque los agricultores apenas si han podido recoger para tener aceite para su propio consumo familiar. Muchos olivareros han optado por dejar la poca aceituna que había en el árbol «porque era más costosa su recogida, que el beneficio que se podía obtener», afirma Pedro García.
Los agricultores lamentan que la poca aceituna que se ha salvado en esta cosecha, además de haber ofrecido un gran rendimiento en el fruto, tiene una excelente calidad, para la obtención de aceite extra virgen, «por lo que se podía haber conseguido una gran cosecha, de no haber padecido la terrible sequía que ha azotado a toda esta zona» .
Algunos agricultores achacan también la escasez de cosecha de aceituna a la vecería de este cultivo, con producciones alternativas, en la que tras un año de abundante cosecha se sucede otro en el que la producción es pequeña, lo que unido a la sequía ha agudizado aún más las pérdidas. También, se da la circunstancia que en los últimos años, tanto en Yecla como en Jumilla se habían realizado importantes inversiones económicas en nuevas plantaciones de olivos en espalderas, con el fin de intensificar la producción y poder efectuar su recolección con máquinas adaptadas, y conseguir un ahorro importante en mano de obra y también en tiempo, y así poder rentabilizar este cultivo, «lo que aumenta aún más las pérdidas económicas, puesto que las máquinas apenas sin han trabajado en esta campaña en las tareas de recolección», afirma el responsable de la Coag.
Los olivos en espaldera están plantados en hileras, con una separación por cada árbol de un metro y medio y de unos tres metros entre una fila y otra, para que la máquina recolectora, que es de grandes dimensiones, no se encuentre con ningún obstáculo que dificulte la recogida de la oliva.
Esta circunstancia provoca que sea muy poco el aceite de oliva extra virgen de esta cosecha el que se pueda comercializar, aunque no se cree que pueda subir el precio, porque solo ha sido esta zona la que más afectada se ha visto y no tiene por qué faltar.
En los municipios de Yecla y Jumilla se concentra casi la mitad de la producción de la aceituna que se cultiva en la Región de Murcia con una superficie que supera las 12.000 hectáreas. Las variedades predominantes son la cornicabra y la picual y en menor medida la arbequina y la hojiblanca que son de nueva implantación en esta zona.