La bolsa es una institución financiera donde se compran y venden valores como acciones, bonos y otros instrumentos financieros.
Su función principal es facilitar el intercambio de estos activos entre inversores, empresas y el Estado. Las empresas acuden a las bolsas para conseguir dinero para sus proyectos y los inversores obtienen a cambio el rendimiento de sus inversiones.
¿Cómo funciona la bolsa?
El funcionamiento de la bolsa se basa en la oferta y la demanda de valores. Cuando una empresa desea obtener financiación, puede emitir acciones. Se trata de pequeñas partes del capital de la empresa que se ponen a disposición de los inversores. A cambio de comprar estas acciones, los inversores se convierten en propietarios parciales de la empresa y tienen derecho a recibir parte de los beneficios (dividendos) si la dirección de la empresa decide repartirlos.
Las transacciones bursátiles se realizan a través de intermediarios conocidos como corredores, o brókeres, que facilitan la compra y venta de acciones en nombre de sus clientes. El precio de las acciones fluctúa constantemente en función de la oferta y la demanda. Si una empresa obtiene buenos resultados, aumenta su demanda y sube su precio. Por el contrario, si hay incertidumbre o resultados negativos, el precio de las acciones puede bajar.
Índices bursátiles
Los índices bursátiles, que son indicadores formados por un conjunto de valores representativos de distintos sectores económicos, se utilizan para medir el rendimiento global del mercado de valores. Por ejemplo, el Índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York agrupa a 30 grandes empresas estadounidenses, mientras que el Índice S&P 500 refleja el rendimiento de 500 empresas de diversos sectores.
Los índices permiten a los inversores obtener una visión general del comportamiento del mercado o de sectores concretos. Si el índice sube, significa que, en promedio, las empresas que lo componen están obteniendo buenos resultados, mientras que si baja, ocurre lo contrario.
Formas de invertir en bolsa
Hay varias formas de invertir en bolsa, cada una con distintos niveles de riesgo y accesibilidad. He aquí las principales:
● Compra directa de acciones: Es la forma más tradicional. El inversor compra acciones de una empresa y se convierte en copropietario. Esto le da derecho a dividendos y, con el tiempo, a la revalorización de la acción. Sin embargo, también es la opción más arriesgada, ya que está sujeta a la volatilidad del mercado.
● Fondos de inversión: Estos fondos reúnen el dinero de muchos inversores y lo gestionan profesionalmente, invirtiendo en una variedad de acciones, bonos u otros activos. Es una forma más diversificada de invertir y suele ser menos arriesgada que comprar acciones individuales.
● ETFs (Fondos cotizados en bolsa): Son similares a los fondos de inversión, pero se negocian como acciones en bolsa. Los ETFs permiten invertir en un conjunto de activos de un índice o un sector, y ofrecen mayor flexibilidad y liquidez.
Estas opciones permiten a los inversores diversificar sus carteras según su perfil de riesgo y sus objetivos financieros.
Herramientas para invertir en bolsa: ¿cómo empezar?
Invertir en bolsa ya no es dominio exclusivo de los inversores con grandes patrimonios. Hoy en día, hay una gran variedad de herramientas accesibles tanto para principiantes como para expertos. Desde los corredores tradicionales hasta las plataformas digitales, los inversores tienen más opciones que nunca para entrar en los mercados financieros.
Corredores tradicionales
Los corredores tradicionales son intermediarios que compran y venden acciones en nombre de sus clientes. Estos profesionales suelen ofrecer un servicio personalizado, proporcionando asesoramiento financiero y recomendaciones basadas en los objetivos del inversor. Sin embargo, los corredores tradicionales suelen tener comisiones más elevadas debido al servicio personalizado y a los servicios adicionales. Esta opción es ideal para quienes prefieren un enfoque más guiado y no se sienten cómodos tomando decisiones por su cuenta.
Plataformas digitales
Con el auge de la tecnología, las plataformas digitales de inversión se han hecho cada vez más populares. Se trata de aplicaciones que les permiten a sus usuarios comprar y vender acciones, bonos y otros activos desde la comodidad de sus dispositivos móviles.
Estas plataformas suelen tener comisiones bajas y son más accesibles para quienes prefieren gestionar sus inversiones de forma independiente.
Por otro lado, ofrecen herramientas educativas, análisis de mercado y gráficos en tiempo real.
Algunas plataformas también permiten invertir en criptomonedas y fondos cotizados (ETFs), lo que amplía las oportunidades de diversificación. Sin embargo, es importante que los usuarios investiguen y comprendan los riesgos antes de tomar decisiones.
Este artículo ha sido redactado en colaboración con la plataforma de inversión DEGIRO.
La información de este artículo no se ha redactado con fines de asesoramiento, ni pretende recomendar ninguna inversión. Ten en cuenta que los hechos pueden haber cambiado desde que se escribió originalmente el artículo. Invertir conlleva riesgos (por ejemplo, volatilidad de precios, divisas o liquidez). Puedes perder los fondos invertidos. Ten en cuenta tus conocimientos y experiencia a la hora de tomar decisiones de inversión. Los resultados pasados no son un indicador fiable de los resultados en el futuro. Los mercados son volátiles y pueden fluctuar significativamente en función de acontecimientos económicos, políticos, normativos o de otro tipo.