«Don Giovanni» es teatro en estado puro, «la biblia» de la ópera y el yeclano Paco Azorín tiene «la inmensa suerte» de ser el encargado de su dirección artística en el Teatro Comunale di Sassari, en Cerdeña, que la estrena el día 30.
«La he estado esperando toda mi vida. Es la ópera de óperas. Se han hecho tantos trabajos y los ha hecho gente tan magistral, como Michael Hanecke o Bob Wilson… Es un sueño y hacerlo realidad en Italia, más aún», confiesa el director de escena y escenógrafo en una entrevista con EFE.
Dirigida musicalmente por Gaetano D’Espinosa, la obra está interpretada por Alessandro Luongo (Don Giovanni), Daniel Giulianni (el comendador), Enivia Muré (Doña Anna) y Blagoj Nacoski (Don Ottavio).
«Pretendo dar una visión lo más fresca posible del personaje, sin juzgarle. El castigo que sufre es ser eterno. Bebe una pócima que es la eternidad y eso que era una maravilla se convierte en un tormento. Busca en todas las mujeres esa inmortalidad y al fin es un humano desesperado por morir», detalla Azorín sobre la trama. Sitúa su montaje en una época indeterminada, aunque empieza en el siglo XVII, cuando se concibe la historia, y la desarrolla con el tiempo «en bucle, en espiral».
«No quiero caer en los tópicos oscuros, dramáticos o trágicos, normalizar eso de la eternidad -se ríe- en la medida de lo posible y acentuar en todo lo posible qué es un ser humano».
Azorín y María Moliner
Paco Azorín (Yecla, 1974) está muy satisfecho con su momento profesional, que ha estado, dice, «preparando durante muchos años». Llega a Italia con «la capa» del éxito incontestable de su montaje en el Festival de Peralada de «Otelo», que algunos críticos han llegado a valorar como superior al que protagonizó hace 24 años Plácido Domingo, y que en enero estrenará en Valladolid, con Fabio Armilliato, y en verano en el Macerata Opera Festival, de Italia.
«Seré el coproductor y tengo el inmenso honor de inaugurar el festival, pero estoy un poco preocupado porque ir a hacer Verdi a Italia es un poco meterse en la boca del lobo«, bromea.
Pero uno de los proyectos «más especiales» de su vida es el que le aguarda en el Teatro de la Zarzuela, «María Moliner», que se estrenará el 13 de abril, con música de Antoni Parera Fons y libreto de Lucía Vilanova. «Lo puse en marcha hace cinco años, tras leer la biografía de Moliner que escribió Inmaculada de la Fuente. Es un personaje que hay que explicar a la gente, sobre todo a la joven», subraya. Moliner, detalla, sintió la necesidad durante la República de que todos los pueblos tuvieran una biblioteca, para que el país «dejara de estar a la cola de Europa». «Luego llegó la Dictadura, la depuraron y la encerraron en su casa y volcó su vocación educativa en el diccionario, ¡durante 15 años! Es una historia de superación, de libertad y feminismo».
Se encargará también de la escena en la versión de «Jerusalem», de Verdi, que estrenará en enero el Teatro de Bonn, con montaje de Francisco Negrín, y que le hace «mucha ilusión» porque será su primer trabajo en Alemania. También a finales de enero estrenará en el Centro Dramático Nacional (CDN) «La vida de Galileo», con versión y dirección de Ernesto Caballero.
«Creo que la clave de que mi trabajo guste es que acerco la escena al público joven, quitando arquetipos y lugares comunes para que siempre sea algo que se visita por primera vez», concluye Paco Azorín.
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