Faltaba apenas 8 minutos para que el reloj marcara las nueve de la noche cuando el Mayordomo de la Bandera dejó de jugar la insignia, la besó y se abrazó a su paje, a sus personas más queridas y su Mayordomo del Bastón. Era el colofón a La Subida. Era el final de las Fiestas Patronales por este año y de la Mayordomía para Juan Puche Forte y José Antonio Marín después de unos intensos días de celebraciones que culminaron con la llegada de la imagen de la Patrona al Santuario entre una multitud de vecinos.
Con La Subida se culminaba un día intenso que comenzó con la misa y posterior Minerva en la Basílica de la Purísima que este año contó con la homilía del Obispo de la diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes. En sus palabras ante los presentes habló de lo que es vivir de cara a Dios y de la reflexión que deben hacer los católicos en su interior “con humildad, con sencillez”, dijo.
El Obispo fue el encargado de portar el Santísimo Sacramento en el interior del templo y posteriormente en la calle entre el tronar de decenas de arcabuces realizando la tradicional Minerva, con el juego de la Bandera ensalzando el momento junto a los banderines de las distintas escuadras de arcabuceros que rodearon el juego de la insignia.No fue hasta que llegó el Santísimo Sacramento de nuevo al altar mayor del templo cuando concluyeron las arcas cerradas en una mañana soleada.
Tarde de fútbol y Subida
La tarde comenzó pronto para las distintas escuadras de arcabuceros y para las principales figuras de las fiestas. Coincidía la tarde de fiestas con la final del Mundial del fútbol, lo que provocó que fuera una tarde de fiestas, radio y móviles para seguir lo que pasaba en la cita deportiva.
Tal vez por esa razón el ascenso de la Virgen hasta el Castillo se desarrolló con retraso. Casi a las 9 de la noche se podían escuchar y ver los fuegos artificiales con los que concluía la Subida.
La noticia estuvo en la cantidad de personas que realizaron el ascenso acompañando a la imagen de la Virgen del Castillo. Delante y detrás de la Patrona se congregó una marea humana en una fría noche de avanzado otoño en el que apenas se movía el viento. Esa circunstancia meteorológica supuso que la niebla de pólvora fuera más densa de lo normal, formando la típica imagen de la Virgen iluminada subiendo en andas mientras se abría paso entre la nube de pólvora.
El ascenso de la virgen comenzó a las 7 y 15 minutos desde la puerta principal de la Basílica y se paró poco antes de llegar al museo, en lo alto del Castillo, a las 8 y 18 minutos de la tarde. Hasta ella se dirigió el Mayordomo de la Bandera, Juan Puche Forte, para jugar la insignia lentamente, ejecutando las tres vueltas al pino, con el ruido y los fogonazos de las lenguas de pólvora incandescente saliendo de los arcabuces.
Faltaba 11 minutos para las 9 de la noche, cuando la Virgen entraba en el santuario mirando de frente al pueblo de Yecla y a los allí congregados.
Luego llegaron los Castillicos y el descenso de la multitud cantando a la Navidad que ya ha comenzado en Yecla.
Más tarde llegó el relevo en las Mayordomías. Desde ahora Pascual Serrano, en la insignia del Bastón, y Antonio Daniel Palao, en la insignia de la Bandera, son ya los Mayordomos de las Fiestas de la Virgen de Yecla. Fiestas que se celebrarán en 2023.
Galería de fotografías de Juanjo Martínez
