Artículo de opinión: ¿Qué nos preocupa de nuestra salud?

Llevo más de veinte  años como cliente asiduo y estable de esa gran empresa pública conocida como Servicio Murciano de Salud. Durante este ya largo periodo de tiempo he tenido oportunidad de observar la evolución en este gremio. Por una parte el avance tecnológico, que en la salud es especialmente patente y reconfortante. El académico, que nos hace reconocer sin dificultad que en este país se prepara sólidamente a los futuros médicos y demás profesionales del sector (no tengo tan claro que se les recompense con la misma equidad). Hasta el punto de que en algunos países, teóricamente más avanzados que el nuestro, tardan menos que poco en abrirse hueco entre ellos.Después de algunos ingresos hospitalarios, asistencias urgentes donde te pille, vigilancia constante de tus puntos más débiles. Después de ver el empeño de todos los profesionales para que estés bien,  y para que tu encuentro con ellos sea fugaz. Luego de observar en uno mismo que el posible avance de cualquier dolencia es combatido por toda una institución, compleja, que conlleva equipos, instalaciones, personas con oficios de lo más dispares… todos igualmente importantes (el cirujano y su equipo hacen un trabajo irremplazable en el quirófano. Pero antes ha de venir alguien a dejarlo impoluto para que la intervención sea posible y el delicado equipamiento e instrumental no puede ser menos). Después de observar estas cosas, tienes claro que tenemos un enorme tesoro, que no valoramos lo suficiente porque lo tenemos. Suele ocurrir.

Sistema de Salud

Con frecuencia llega a nuestros oídos que el sistema de salud, que nos hemos dado entre todos a lo largo de tantos años, corre peligro. Algo que a veces ni siquiera nos llegamos a plantear con seriedad, más allá de nuestra presencia en alguna concentración humana, reivindicando su continuidad, su mejora y rechazando su deterioro.Paralelamente observamos cada vez más centros privados de atención sanitaria. Empresas financieras ofreciendo seguros médicos intachables y campañas de publicidad en los grandes medios, y no tan grandes, para animarnos a dar el paso. Están en su derecho… Personalmente tengo la sensación de que se trata de crear, muy poco a poco, una atmósfera en la que no cueste demasiado justificar la sustitución de la sanidad pública por la privada. El modelo europeo por el americano. Convertir la salud de las personas en un negocio más. No podría ser repentino porque provocaría una respuesta inmediata y de unos efectos imprevisibles. El sistema sanitario es la joya de la corona en esta España nuestra.

Alerta

Pero hay cosas que dan en qué pensar. En una ocasión leí en un diario nacional como un alto cargo de  la sanidad, en este caso de Madrid, se preguntaba…”¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema?»A mí, a parte de patética y demencial la preguntita, me parece que debería ser constitutiva de delito. Creo que, como mínimo, debemos de encender las alarmas.Si eres “cliente asiduo y estable”, ves con nitidez que algunas cosas se van volviendo más complicadas. Cómo hace poco pedías cita para tu médico de familia y la tenías y te atendía en uno o dos días a lo sumo. Qué sentido tiene pedir cita,  porque te duele la cabeza, y que te la den para dos semanas. En ese tiempo puede que tus propias defensas hayan actuado con suficiente eficacia, y puede también que te hayas muerto…Sí, ya sé que puedes recurrir a Urgencias. Pero sigo sin verle el sentido a una cita médica más allá de dos o tres días, a no ser que sea para trámites burocráticos y para eso no hace falta que nadie invierta diez años de su vida en formarse.Como siempre los profesionales hacen lo que pueden y más. Seguramente no sea suficiente. Seguramente alguien no está haciendo lo suficiente.

Dinero

No vamos a entrar en todo aquello de los Presupuestos Generales del Estado, de la Comunidad Autónoma, o de quien corresponda. Para eso están los representantes que elegimos en su día, bien para tomar decisiones o bien para vigilar las decisiones que se toman.A veces hasta se “delega” en el usuario aspectos que no le compete.Un ejemplo: el especialista que sigue tu dolencia te revisa o adapta el tratamiento por unos meses,  hasta que vuelves a visitarlo con la pauta que te ha marcado. Acudes a la botica cuando ves que has agotado algún fármaco y resulta que no aparece paradispensar en tu receta electrónica. ¿Qué haces? Se lo cuentas a tu médico de familia, mediante un mensaje que te contesta por el mismo procedimiento, con suerte en el día. Pero tú no dispones de esa dosis, a no ser que pidas que te la “presten” en la farmacia,  o la pagues con tu dinero hasta que aparezca como dispensable. ¿Y qué ocurre cuando el medicamento está dispensable, pero tienes que pagar el valor íntegro del producto?En mi caso no tengo dudas: volveré a tomar el dichoso fármaco cuando aparezca como debe, con todas las consecuencias.Entre tanto informaré del incidente a quien le competa. No puedo limitarme a comentarlo en el café o encararme lo más mínimo con quienes hacen tu trabajoJosé A. Serrano