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🍁 sábado 23 noviembre 2024
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Teo Carpena

Historias y leyendas de un hombre y su perro, que busca en los recuerdos su identidad. Teo Carpena emigró con su familia a Francia, después de la jubilación vuelve a Yecla y junto a varios amigos recompone su historia. Contacta conmigo en teocarpena@yahoo.es

Juliette y las magnolias

En este emotivo relato, Teo Carpena cuenta cómo conoció a Juliette, la que fue su gran amor y con quien convivió la mayor parte de su vida

La vendimia

En la viña de mi abuelo, en Las Moratillas, para llenar un capazo de uvas tenías que recorrer más de veinte cepas, recuerda Teo Carpena

El jardinero hispano-yeclano

Mis flores favoritas son los hibiscos, flor que trajo la emperatriz Bonaparte a Francia desde Martinica. Nacen con formas acampanadas y la roja intensa es la que más me gusta.

Las madrugadas en Yecla

Las madrugadas en Yecla son muy entretenidas, es rara la noche que no se ve a alguien salir a hurtadillas y a medio vestir, con los zapatos en la mano

Visita de amigos: Whisky river

Whisky river. Así llaman a la reunión anual de amigos que este año Teo Carpena celebró en Yecla con sus amigos franceses y británicos

La visita familiar

Teo Carpena ha recibido la visita de su familia: sus dos hermanas, sus cuñados y sus sobrinos. Cuando se han ido, dice que ha besado el suelo

Besos en la ducha

Tras un descanso en agosto, Teo Carpena vuelve con sus artículos semanales. En esta ocasión con todos los besos que recordó un día de ducha...

Mi vecino

Mi vecino, el del mastín español, me espera cada mañana cuando vuelvo de paseo con mi perro y me da conversación

Las palabras contra los puños

La pelea se iba a desarrollar en un callejón poco iluminado; aquel individuo tenía la tez oscura y una cicatriz le atravesaba la frente...

La realidad y el reloj

El olfato es el sentido más certero para entender el mundo, por eso espero que Yecla y el Arabí no huelan nunca a mierda de cerdos

Un camino lleno de brasas y de punchas

En Yecla se velaba a los muertos en casa; venían los vecinos a traer sillas y las vecinas ayudaban a teñir la ropa para el luto

El silencio, el verbo y las turgencias

La idea de infinito robó a Teo Carpena muchas horas de sueño en la infancia, sobre todo porque era un niño con tendencia a la fantasía
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