Hoy es el día. La llegada a Yecla de la Virgen del Castillo es sin duda uno de los momentos cumbre de las Fiestas Patronales que vivirán La Bajada con la intensidad que se merece.
Desde las 9 de la mañana los arcabuces empezarán a lanzar lenguas de fuego que formarán el mando de pólvora que precede a la imagen de la patrona hasta una Yecla engalanada para tal evento.
Mientras tanto, ayer se sumaron los actos previos a este gran día. Entre ellos la Misa de Pajes oficiada en la Iglesia de San Francisco por el párroco consiliario de la Asociación de Mayordomos, José Antonio Abellán, quien alabó la figura de estos “ayudantes” de las figuras clave de estas celebraciones ante un templo repleto de fieles.
Nada más terminar la homilía, la comitiva realizó el tradicional “paseo” con los Pajes del Bastón y la Bandera abriendo la comitiva escoltada por los Sargentos Alabarderos, “los tíos de las Punchas”, que acompañados de la música fueron recorriendo distintas calles del casco urbano.
Una de las paradas obligadas fue, como es tradición, el asilo de ancianos donde los Mayordomos fueron a saludar a las monjas y a las personas de la tercera edad que conviven allí.
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Beso de la bandera
La noche trajo el Beso de la Bandera. Un acto que en los orígenes de las fiestas se realizaba en la casa del Mayordomo pero que con el tiempo, y debido a que fue aumentando el número de arcabuceros que querían besar la insignia de la Bandera, se decidió organizarlo adecuadamente.
En plaza Sebastián Pérez, cientos de arcabuceros, pequeños y mayores, se adueñaron del recinto habilitado. Vestidos con los trajes de arcabuceros, las diferentes escuadras fueron pasando por debajo de la insignia para jurarle fidelidad a María.
Se trata de un acto castrense que como es habitual, y pese a que las temperaturas ya eran bajas, congregó a mucho público deseoso de ver por primera vez jugar la bandera al Mayordomo de este año, Narciso Botía, y a los últimos cinco Mayordomos que revivieron la sensación única de tener entre sus manos la insignia.