La gran tromba de pedrisco y lluvia del pasado domingo también dejó su fatales consecuencias en la agricultura de algunos parajes del término municipal yeclano. Tras la tempestad, y llegada la calma, en el día de ayer ayer se efectuaron las correspondientes valoraciones sobre el terreno.
Los técnicos agrícolas pudieron constatar importantes daños, de hasta el 90%, en varias fincas de viñedos del paraje de Las Atalayas, en la zona de campo arriba, junto a la carretera de Montealegre y a unos 12 kilómetros del casco urbano. También otras fincas importantes en producción de de vides en el paraje de Campules, en la carretera de Almansa, ya casi junto al término municipal de Caudete, a unos 10 kilómetros de la ciudad, el pedrisco hizo estragos, además de dejar algunas parcelas totalmente anegadas.
La tromba de granizo y agua también provocó un importante arrastre de tierra y piedras dejando algunos caminos agrícolas intransitables, que tendrán que ser reparados para facilitar el paso de los vehículos.
Felipe Martínez-Quintanilla, técnico de Bodegas La Purísima, señala que «la superficie afectada por el granizo estaría en tornoa unas 500 hectáreas de viñedos, principalmente, además de daños por arrastre de tierra y en sembrados de cereales que estaban a punto de ser recolectados».
Después de la tormenta de granizo, los agricultores afectados tendrán que fumigar cuanto antes sus viñedos con el producto adecuado para estos casos, con el fin de que las cepas puedan cicatrizar los daños ocasionados por el impacto de la piedra, para proteger el cultivo de futuros ataques parasitarios.
La tormenta del pasado domingo se formó en la parte norte del término municipal, dentro de la provincia de Albacete, dirigiéndose hacia el sur, donde se encuentra el término municipal de Jumilla, en donde aunque el granizo tocó algunas parcelas, estás ya estaban afectadas por el granizo del pasado 19 de mayo.
Y aunque no hay mal que por bien no venga, en las zonas en las que el pedrisco no hizo acto de presencia y las precipitaciones registradas cayeron limpias y abundantes se consideran beneficiosas para la agricultura en general. Los entendidos en materia hídrica hablan de que hasta supone el ahorro de todo un riego, así como también una importante aportación para la recarga de los acuíferos de esta zona. En algunos parajes se recogieron más de 30 litros por metro cuadrado.
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Daños económicos
Las 500 hectáreas de viñedos arrasadas por el pedrisco alcanzaría unas pérdidas de unos 500.000 kilos de uva que dejarán de recolectarse en la próxima cosecha de la vendimia en el término municipal yeclano. Esta cantidad se traducirá en una merma de unos 400.000 litros menos de vino que dejarán de elaborarse en la campaña de este año.
Aunque la superficie afectada es mucho menor que la causada por la tormenta del pasado 19 de mayo en la comarca del Altiplano, los daños económicos también son a tener en cuenta para los agricultores afectados, a los que le duele de igual manera, puesto que llueve sobre mojado. A aquellas pérdidas hay que sumarles ahora otros 200.000 euros en viñedos cuya producción ha sido destruida por el pedrisco. Igualmente, habrá otras consecuencias negativas para los temporeros que se dedican a las tareas de la recolección de la uva, que tendrán decenas menos de jornales por esta actividad. A todo este quebranto económico hay que sumarle también los ocasionados en los cereales y a la espera de que aparezca alguna parcela más afectada.