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🍁 viernes 22 noviembre 2024
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Vigésimo aniversario del asalto al Banco Popular: ¿Cuánto se llevaron y cómo entraron?

Eran las 8 de la mañana del sábado, 26 de diciembre de 1998. Por aquel entonces, los bancos abrían los sábados por la mañana. Los primeros empleados que entraron a la sucursal vieron que había tendidos unos cables eléctricos desde la caja de luces hasta la cámara acorazada situada en el sótano.

El interventor y un cajero bajaron siguiendo esos cables, que no debían de estar allí. “No lo olvidaré jamás. El interventor me dijo que bajara y le dije que yo solo no iba. Fuimos juntos. Me asomé por el agujero y dije ‘¡madre mía lo que hay aquí!‘”, relata el que era cajero del Banco Popular, Francisco Castaño, al ver como la banda de Cásper había cometido uno de los asaltos con butrón más exitosos de la historia del crimen organizado en España.

Veinte años después, Yecla sigue acordándose del robo con la serenidad y perspectiva que da el paso de los años. Pero los afectados y las personas que vivieron en primera persona aquellos hechos no borran de su memoria los días y los meses de preguntas y preocupación que vivieron. “Buena parte del dinero del pueblo estaba allí. Eran ahorros de una vida y dinero de las empresas que superaron la descapitalización porque era un buen momento económico”, relata uno de los afectados que no quiere que hagamos público su nombre. Todavía hay cautelas que se mantienen.

butrón del banco popularNadie sabe exactamente cuánto dinero se llevaron de las 94 cajas que reventó la banda liderada por Ángel Suárez, conocido como Cásper. Seguramente “será el gran secreto de Yecla, por los siglos de los siglos”, comentó uno de los afectados, quien reconoce que no declaró todo lo que le sustrajeron de la caja fuerte. La cifra de dinero que se llevaron aquella noche del Banco Popular de Yecla oscila entre los 4,8 millones de euros que declararon los afectados y los 30 millones que aseguran algunas fuentes.

Un robo perfecto

Comenzaba la misa del Gallo de Nochebuena cuando varios vehículos con los miembros de la banda de Cásper aparcaron en las proximidades de la oficina bancaria que la entidad sigue teniendo hoy en día en el centro de Yecla.

Una de las claves de la investigación fue descubrir cómo entraron en la sucursal sin forzar la puerta. “Fue por la puerta lateral. Y entraron con llave”, explica Francisco de Paula García Vélez, comisario en aquel momento de la Policía Nacional en Yecla que llevó la investigación del caso.

Hubo una llave de esa puerta que nunca apareció. Esa fue la llave que pudo abrirla y que hoy en día “sigue siendo la gran duda en la investigación”. García Vélez preguntó a Cásper en el interrogatorio tras su detención quién le había facilitado la llave y este le contestó que era «secreto profesional».

A lo largo de investigación se planteó que una de las copias de esa llave la utilizaba el personal de limpieza y luego la depositaban en una zona determinada. También se planteó, como explicación a la incógnita, que algún miembro de la banda había trabajado en la empresa que fabricó la cerradura. Pero este extremo sigue sin estar completamente verificado.

Una vez dentro, la banda realizó dos butrones con una máquina que pesaba unas 2 toneladas y que se trasportó desmontada. El primer intento se malogró porque toparon con la estructura de hormigón del edificio de cinco plantas donde está la sucursal bancaria. El segundo intento de hacer el agujero de acceso fue el bueno.

“Sospechamos que alguien de la banda estuvo semanas antes del asalto en el banco para inspeccionar la sucursal. Vieron que podían conseguir el agua que requiere la máquina del butrón de un servicio que había justo al lado de la cámara acorazada”, explica García Vélez.

Los ladrones llegaron al interior del banco durante la madrugada del día de Navidad. Solo unos pocos vecinos notaron la presencia de un hombre con un walkie talkie y unos auriculares en la zona, pero los que le vieron pensaron que era un policía. También, otros testigos luego relacionaron la presencia de una furgoneta blanca subida a la acera y un turismo con varias personas dentro a pocos metros.

Las personas que estaban en sus viviendas situadas encima de la sucursal esa noche aseguraron a la policía que notaron un sonido extraño, como el que puede producir una lavadora centrifugando. Nada que les hiciera sospechar lo que de verdad ocurría en el sótano del edificio.

Fardos y fardos de billetes

Después de horas reventando cajas de seguridad los butroneros se marcharon con grandes bolsas de viaje llenas de fardos de billetes, la mayoría de 10.000 pesetas que eran los de mayor valor en ese momento. Y dejaron buena parte del botín en otro centenar de cajas sin abrir y algo de dinero en el suelo. ¿Por qué no se llevaron más? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero “perdieron mucho tiempo en el primer butrón frustrado y también puede que ya nos les cupiera más dinero en las bolsas que llevaban”, explica el excomisario. Lo cierto es que una de las cajas de mayor tamaño fue la última que intentaron abrir. Esa caja apareció con un destornillador clavado en la cerradura lo que puede entender que fue la última que intentaron reventar. Su dueño se salvó del robo por segundos.

Los asaltantes desecharon joyas y otros objetos de valor que aparecieron tirados en el suelo de la cámara, que estaba completamente encharcado por el agua que necesitaba la gran taladradora con la que abrieron el agujero para entrar en la cámara. “En el suelo había dinero, papeles, las joyas de la Virgen… muchas cosas”, relata el que entonces era empleado del banco Francisco Castaño, que luego tuvo que contar los cerca de 9.000 euros que aparecieron tirados en el suelo.

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Investigación

Los empleados del Banco Popular dieron la voz de alarma un día después que la banda de Cásper abandonara la sucursal con el dinero del botín. “Estaba en mi casa, a escasos 150 metros del banco, y fui inmediatamente. Fue uno de los momentos de mayor tensión de mi vida profesional. El aspecto era dantesco”, relata el entonces comisario.

butrón banco popularAllí se encontró con los empleados encerrados en el interior de la sucursal atónitos ante lo que estaban viviendo. “Hubo personas que pensaron que el asalto no pudieron hacerlo sin que alguien del banco les ayudara. Fue muy desagradable”, explica el que era empleado de la entidad, Ángel Sandoval.

La policía investigó a los empleados, pero no encontró nada que les relacionara con los asaltantes. La forma de actuar apuntó desde un principio a una banda organizada con mucha capacidad para realizar ese tipo de butrones.

Los días siguientes al asalto fueron muy convulsos en el municipio, donde los afectados pedían explicaciones de cómo había podido suceder. “El lunes llegaron los clientes. Fue un día terrible. Se escucharon palabras muy fuertes. Todos querían hablar con el director. Había mucha tensión”, explica Ángel Sandoval.

Ese fin de semana fue muy intenso en el banco y en otros lugares. “Por la comisaría de la ciudad no paraban de llegar personas para presentar denuncias y preguntar si su caja había sido robada o no”, comenta García Vélez.

La misma crispación se trasladó a las dos reuniones que hubo en el salón de actos de la Feria del Mueble con los afectados y responsables del banco. “Los ánimos estaban muy exaltados porque, para muchas empresas, lo sucedido les obligaba a volver a empezar”, relata un empresario que estuvo presente. Otro comenta que “allí se escucharon insultos porque se habían llevado mucho dinero de un lugar que en teoría era totalmente seguro”.

Solo recuperaron el 60% de lo declarado

Los 94 afectados por el robo recuperaron el 60% del dinero declarado, unos 4,8 millones de euros. “Hubo personas que declararon todo el dinero que les robaron y otros no”, explican esas mismas fuentes.

Los perjudicados se pusieron en contacto unos con otros y empezó a cundir el miedo a las inspecciones de la Agencia Tributaria porque “Hacienda pidió información sobre las denuncias que se estaban produciendo. Los afectados no sabían las coberturas del seguro. Y había gente que no sabía realmente la cantidad de dinero que tenían en las cajas”, comenta el abogado Francisco Navarro.

Los afectados tuvieron que ir también a reconocer los objetos que se encontraron en el suelo de la cámara de seguridad. “Allí había joyas, bolígrafos de mucho valor, monedas de coleccionistas, pagarés del Corte Inglés, cuberterías y me acuerdo que había hasta unas bragas que aparecieron en el suelo de la cámara”, relata una persona a la que le desvalijaron su caja de seguridad.

asalto banco popular de Yecla cásperDos años de cárcel a los ladrones

¿Cómo supo la banda que en ese banco de una localidad pequeña había tanto dinero? El propio Cásper comentó que “alguien de Yecla, en un prostíbulo de Alicante, alardeó del dinero que había en el banco de su pueblo. La banda tenía negocios de prostitución y consiguieron la información por lo que les contó una de sus chicas”, relata el comisario que llevó a cabo la investigación de la mano del juez instructor Pedro Cerviño. “Yecla le debe mucho a Cerviño. La instrucción del caso fue muy buena. Se volcó con el caso”, relata el abogado de varias víctimas del robo, José Francisco Navarro.

La compra de un Ferrari a manos de uno de los miembros de la banda, Antonio García, fue la pista que llevó a la policía a seguir a la banda de Cásper, que terminó en manos de la policía meses después.

La Audiencia Provincial de Murcia condenó en 2003 a poco más de dos años de prisión por un delito de robo y por asociación ilícita a 16 personas implicadas en el robo al Banco Popular de Yecla. Entre ellas, Ángel Suárez Flores, más conocido por Cásper.

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Ángel Alonso
Ángel Alonso
Director de elperiodicodeyecla.com. Entró a formar parte de este medio de comuncación en 2003 y en 2008 digitalizó lo que era un medio local impreso. Especilizado en información local de Yecla.

Eran las 8 de la mañana del sábado, 26 de diciembre de 1998. Por aquel entonces, los bancos abrían los sábados por la mañana. Los primeros empleados que entraron a la sucursal vieron que había tendidos unos cables eléctricos desde la caja de luces hasta la cámara acorazada situada en el sótano.

El interventor y un cajero bajaron siguiendo esos cables, que no debían de estar allí. “No lo olvidaré jamás. El interventor me dijo que bajara y le dije que yo solo no iba. Fuimos juntos. Me asomé por el agujero y dije ‘¡madre mía lo que hay aquí!‘”, relata el que era cajero del Banco Popular, Francisco Castaño, al ver como la banda de Cásper había cometido uno de los asaltos con butrón más exitosos de la historia del crimen organizado en España.

Veinte años después, Yecla sigue acordándose del robo con la serenidad y perspectiva que da el paso de los años. Pero los afectados y las personas que vivieron en primera persona aquellos hechos no borran de su memoria los días y los meses de preguntas y preocupación que vivieron. “Buena parte del dinero del pueblo estaba allí. Eran ahorros de una vida y dinero de las empresas que superaron la descapitalización porque era un buen momento económico”, relata uno de los afectados que no quiere que hagamos público su nombre. Todavía hay cautelas que se mantienen.

butrón del banco popularNadie sabe exactamente cuánto dinero se llevaron de las 94 cajas que reventó la banda liderada por Ángel Suárez, conocido como Cásper. Seguramente “será el gran secreto de Yecla, por los siglos de los siglos”, comentó uno de los afectados, quien reconoce que no declaró todo lo que le sustrajeron de la caja fuerte. La cifra de dinero que se llevaron aquella noche del Banco Popular de Yecla oscila entre los 4,8 millones de euros que declararon los afectados y los 30 millones que aseguran algunas fuentes.

Un robo perfecto

Comenzaba la misa del Gallo de Nochebuena cuando varios vehículos con los miembros de la banda de Cásper aparcaron en las proximidades de la oficina bancaria que la entidad sigue teniendo hoy en día en el centro de Yecla.

Una de las claves de la investigación fue descubrir cómo entraron en la sucursal sin forzar la puerta. “Fue por la puerta lateral. Y entraron con llave”, explica Francisco de Paula García Vélez, comisario en aquel momento de la Policía Nacional en Yecla que llevó la investigación del caso.

Hubo una llave de esa puerta que nunca apareció. Esa fue la llave que pudo abrirla y que hoy en día “sigue siendo la gran duda en la investigación”. García Vélez preguntó a Cásper en el interrogatorio tras su detención quién le había facilitado la llave y este le contestó que era «secreto profesional».

A lo largo de investigación se planteó que una de las copias de esa llave la utilizaba el personal de limpieza y luego la depositaban en una zona determinada. También se planteó, como explicación a la incógnita, que algún miembro de la banda había trabajado en la empresa que fabricó la cerradura. Pero este extremo sigue sin estar completamente verificado.

Una vez dentro, la banda realizó dos butrones con una máquina que pesaba unas 2 toneladas y que se trasportó desmontada. El primer intento se malogró porque toparon con la estructura de hormigón del edificio de cinco plantas donde está la sucursal bancaria. El segundo intento de hacer el agujero de acceso fue el bueno.

“Sospechamos que alguien de la banda estuvo semanas antes del asalto en el banco para inspeccionar la sucursal. Vieron que podían conseguir el agua que requiere la máquina del butrón de un servicio que había justo al lado de la cámara acorazada”, explica García Vélez.

Los ladrones llegaron al interior del banco durante la madrugada del día de Navidad. Solo unos pocos vecinos notaron la presencia de un hombre con un walkie talkie y unos auriculares en la zona, pero los que le vieron pensaron que era un policía. También, otros testigos luego relacionaron la presencia de una furgoneta blanca subida a la acera y un turismo con varias personas dentro a pocos metros.

Las personas que estaban en sus viviendas situadas encima de la sucursal esa noche aseguraron a la policía que notaron un sonido extraño, como el que puede producir una lavadora centrifugando. Nada que les hiciera sospechar lo que de verdad ocurría en el sótano del edificio.

Fardos y fardos de billetes

Después de horas reventando cajas de seguridad los butroneros se marcharon con grandes bolsas de viaje llenas de fardos de billetes, la mayoría de 10.000 pesetas que eran los de mayor valor en ese momento. Y dejaron buena parte del botín en otro centenar de cajas sin abrir y algo de dinero en el suelo. ¿Por qué no se llevaron más? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero “perdieron mucho tiempo en el primer butrón frustrado y también puede que ya nos les cupiera más dinero en las bolsas que llevaban”, explica el excomisario. Lo cierto es que una de las cajas de mayor tamaño fue la última que intentaron abrir. Esa caja apareció con un destornillador clavado en la cerradura lo que puede entender que fue la última que intentaron reventar. Su dueño se salvó del robo por segundos.

Los asaltantes desecharon joyas y otros objetos de valor que aparecieron tirados en el suelo de la cámara, que estaba completamente encharcado por el agua que necesitaba la gran taladradora con la que abrieron el agujero para entrar en la cámara. “En el suelo había dinero, papeles, las joyas de la Virgen… muchas cosas”, relata el que entonces era empleado del banco Francisco Castaño, que luego tuvo que contar los cerca de 9.000 euros que aparecieron tirados en el suelo.

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Investigación

Los empleados del Banco Popular dieron la voz de alarma un día después que la banda de Cásper abandonara la sucursal con el dinero del botín. “Estaba en mi casa, a escasos 150 metros del banco, y fui inmediatamente. Fue uno de los momentos de mayor tensión de mi vida profesional. El aspecto era dantesco”, relata el entonces comisario.

butrón banco popularAllí se encontró con los empleados encerrados en el interior de la sucursal atónitos ante lo que estaban viviendo. “Hubo personas que pensaron que el asalto no pudieron hacerlo sin que alguien del banco les ayudara. Fue muy desagradable”, explica el que era empleado de la entidad, Ángel Sandoval.

La policía investigó a los empleados, pero no encontró nada que les relacionara con los asaltantes. La forma de actuar apuntó desde un principio a una banda organizada con mucha capacidad para realizar ese tipo de butrones.

Los días siguientes al asalto fueron muy convulsos en el municipio, donde los afectados pedían explicaciones de cómo había podido suceder. “El lunes llegaron los clientes. Fue un día terrible. Se escucharon palabras muy fuertes. Todos querían hablar con el director. Había mucha tensión”, explica Ángel Sandoval.

Ese fin de semana fue muy intenso en el banco y en otros lugares. “Por la comisaría de la ciudad no paraban de llegar personas para presentar denuncias y preguntar si su caja había sido robada o no”, comenta García Vélez.

La misma crispación se trasladó a las dos reuniones que hubo en el salón de actos de la Feria del Mueble con los afectados y responsables del banco. “Los ánimos estaban muy exaltados porque, para muchas empresas, lo sucedido les obligaba a volver a empezar”, relata un empresario que estuvo presente. Otro comenta que “allí se escucharon insultos porque se habían llevado mucho dinero de un lugar que en teoría era totalmente seguro”.

Solo recuperaron el 60% de lo declarado

Los 94 afectados por el robo recuperaron el 60% del dinero declarado, unos 4,8 millones de euros. “Hubo personas que declararon todo el dinero que les robaron y otros no”, explican esas mismas fuentes.

Los perjudicados se pusieron en contacto unos con otros y empezó a cundir el miedo a las inspecciones de la Agencia Tributaria porque “Hacienda pidió información sobre las denuncias que se estaban produciendo. Los afectados no sabían las coberturas del seguro. Y había gente que no sabía realmente la cantidad de dinero que tenían en las cajas”, comenta el abogado Francisco Navarro.

Los afectados tuvieron que ir también a reconocer los objetos que se encontraron en el suelo de la cámara de seguridad. “Allí había joyas, bolígrafos de mucho valor, monedas de coleccionistas, pagarés del Corte Inglés, cuberterías y me acuerdo que había hasta unas bragas que aparecieron en el suelo de la cámara”, relata una persona a la que le desvalijaron su caja de seguridad.

asalto banco popular de Yecla cásperDos años de cárcel a los ladrones

¿Cómo supo la banda que en ese banco de una localidad pequeña había tanto dinero? El propio Cásper comentó que “alguien de Yecla, en un prostíbulo de Alicante, alardeó del dinero que había en el banco de su pueblo. La banda tenía negocios de prostitución y consiguieron la información por lo que les contó una de sus chicas”, relata el comisario que llevó a cabo la investigación de la mano del juez instructor Pedro Cerviño. “Yecla le debe mucho a Cerviño. La instrucción del caso fue muy buena. Se volcó con el caso”, relata el abogado de varias víctimas del robo, José Francisco Navarro.

La compra de un Ferrari a manos de uno de los miembros de la banda, Antonio García, fue la pista que llevó a la policía a seguir a la banda de Cásper, que terminó en manos de la policía meses después.

La Audiencia Provincial de Murcia condenó en 2003 a poco más de dos años de prisión por un delito de robo y por asociación ilícita a 16 personas implicadas en el robo al Banco Popular de Yecla. Entre ellas, Ángel Suárez Flores, más conocido por Cásper.

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Ángel Alonso
Ángel Alonso
Director de elperiodicodeyecla.com. Entró a formar parte de este medio de comuncación en 2003 y en 2008 digitalizó lo que era un medio local impreso. Especilizado en información local de Yecla.
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9 COMENTARIOS

    • Aznar el que decía; todo terreno es edificable, fue el que provocó lo que luego se llamó la burbuja inmobiliaria, junto al Banco Central Europeo que prestaba dinero a la banca española a coste cero. Y a todo esto sin hablar de la guerra de Irak y su amistad con el Presidente USA Bush.
      Y dices que era el mejor de la historia. Será de la historia negra.

      • No te enteras contreras, AHORA es cuando el banco central presta el dinero al 0% y no antes listillo, antes cobraban unos buenos intereses y toda europa salía beneficiada y para historia negra que mejor contar que la que tenemos instalada ahora mismo, con unos destructores de la patria en el poder, que se burlan hasta de la bandera y los símbolos de España, que debería de ser unas cosas inviolables, pero no te preocupes, que los españoles de verdad no somos tontos y sabemos muy bien la manera que tenemos de protegernos sobre estos demagogos y rufianes que se han colado en las instituciones sin quererlo… «La reconquista ya ha comenzado»

        • Sobre la guerra de Irak no dices nada. La entrada de España en esta guerra, fue lo que provocó el atentado de Atocha. «Todo un éxito de Aznar» La nueva extrema derecha piensa que no tenemos memoria. Ya tuvimos bastante con 40 años de fascismo en España para que vengáis de salvadores… del capitalismo. Cuándo el capitalismo entra en crisis aparecen las extremas derechas. Recordar años 30 en Europa.

Ángel Alonso
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