Médicos, enfermeras, sanitarios,ellas y ellos siempre pendientesdel agobio que sufren los pacientescon estos nuevos males coronarios.
Dispuestos a servir sin un horario,
expuestos al contagio indiferentes,
en tanto políticos indolentes
la pandemia les pilló al pairo.
En sus puestos se resignan sin tedio,
salvando vidas y llorando muertes,
carente de los mas precisos medios
encaran la vida y se hacen fuertes
al saber son el único remedio
con el que hoy puede contar la gente.
Juan Muñoz Gil