De alguna manera todos tenemos una vida imperfecta, y seguramente todavía más aquellas personas que “no disfrutan” como los demás de la degustación de muchos alimentos.
No voy a definir lo que es la enfermedad, porque creo que es conocida por una gran mayoría. Tan solo quiero ponerme en el lugar de nuestros seres cercanos, que cuando se sientan a la mesa, no pueden comer lo mismo que nosotros y por tanto, por decirlo de alguna forma, se alimentan de manera diferente.
Hasta que un niño se diagnostica como celíaco, pasa un periodo de tiempo que puede ir desde unos meses a varios años. Una vez diagnosticado, la solución es aparentemente sencilla: “Dieta sin gluten estricta de por vida”. En el momento que el niño celíaco comienza su dieta sin gluten, la mejoría suele ser rápida. Sin embargo, dentro de esta alegría de conocer el problema y la solución, aparecen otras dificultades a nivel social. Más de una vez he escuchado alguna persona que siempre come sin gluten decir, “qué envidia” en sentido cariñoso. Tanto en los niños como en los adultos, nos gusta decir que el celiaco es una persona sana que come diferente.
Alimentación sin trigo
Esto es así, su organismo no tolera aquellos productos que contienen harina de trigo. Imaginemos por un momento todo lo que supone no poder saborear unas madalenas, una torta secreta u otra bollería, así como tantos platos que se llevan a la mesa para consumidores “normales”. No resulta fácil ponernos en su lugar, y oler ese pan recién hecho o esos gazpachos (manchegos) ahondando en parte de nuestra gastronomía.
Elaborar platos sin gluten no es complicado, tan solo se requiere una extremada precaución a la hora de ponerse el “delantal” para la manipulación. Los utensilios, la limpieza de superficies, así como evitar el contacto con otros alimentos, son cuestiones fundamentales entre otras para evitar la contaminación cruzada.
Hay que destacar un tema social importantísimo como es la restauración. La cantidad enorme de dificultades con las que se enfrenta una persona celíaca al comer fuera de casa, porque son muy pocos los establecimientos que atienden el cometido. De ahí la importancia del proyecto “vivir sin gluten” mediante los restaurantes asesorados, que da la oportunidad de poder realizar una vida social más cercana a las personas que si pueden llevar una alimentación con gluten y no suponga una barrera.
Día del Celíaco
Pues por todo ello, ayer 27 de mayo se celebró el “Día del Celíaco” en España, con el objetivo de seguir concienciando a lo sociedad de la necesidad del enfermo celíaco, de comer sin gluten, ya que su única medicina posible, es la alimentación 100% libre de gluten.
En Yecla, el colectivo celíaco, sigue presente, tal vez ahora un tanto aletargados debido al frenazo de la pandemia. Después de algo más de cuatro años que formáramos una asociación con el fin de aunar esfuerzos se optó por fusionarnos con ACMU y crear la Delegación Norte, la cual presta la información necesaria y el asesoramiento nutricionista más adecuado a las personas que lo solicitan.
Si la cesta de la compra está subiendo cada día o sobre los productos existe reduflación (poner menos cantidad al mismo precio), imagínese lo que supone para una persona o una familia con gran parte de sus miembros afectada por este tema digestivo. Hay personas que gozan de una salud a borbotones pero otras no y eso es una limitación.
La Enfermedad Celíaca no tiene cura y tengamos en cuenta que esta alimentación no se financia, pese a ser 850 euros más cara al año, según informe anual de la federación nacional FACE.
Para reivindicar ante las distintas administraciones, entre otras cosas, un precio más justo de estos alimentos, es importante asociarse. Lo obvio creo que siempre merece la pena ser dicho. Le esperamos por si juntos es posible llegar más lejos.
Para cualquier información, teléfono: 681 660 513 – Delegación Norte ACMU.