Fuente: UnsplashCon la llegada de las ayudas del fondo europeo Next Generation EU a España, 1.000 millones de euros serán destinados al sector agrario a través del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) para incentivar la rápida transición a la digitalización y sostenibilidad ambiental del sector agroalimentario.Se espera que esta inversión tenga un retorno mínimo de 3.000 millones de euros al Estado y genere 16.000 nuevos puestos de trabajo en toda la cadena productiva de un sector que actualmente aporta el 10 % del PIB, así como tres millones de empleos en todo el país, pero que se ha visto amenazado por el cambio climático y la falta de modernización.De hecho, uno de los programas en los que mayor énfasis tiene el PERTE es la financiación de proyectos que integren la robótica y la inteligencia artificial para trazar, simular y automatizar los procesos agrícolas a través de la denominada agricultura 4.0. El uso de estas tecnologías para la simplificación y automatización de la toma de decisiones se ha expandido a sectores como el financiero, donde las plataformas de trading automático optimizan los rendimientos de las inversiones al copiar inmediatamente los movimientos y estrategias de los traders más experimentados. Este tipo de implementaciones permiten obtener resultados positivos en usuarios que apenas van adquiriendo su experiencia y conocimiento en materia financiera, por lo que promover su uso en sectores tan relevantes como el vitícola se vuelve una prioridad.
Vino 3.0
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Para los productores de Yecla, estos aportes de capital y tecnología permitirán incrementar el volumen de sus añadas, mismas que en 2021 sumaron 6.755.468 litros de vino, con 464.179 de vino blanco, 374.995 de vino rosado y 5.915.754 de tinto, mientras se preservan las excelentes cualidades enológicas de color, aroma y estructura que les han hecho merecedores desde 1972 de su sello de Denominación de Origen.Para cumplir con estas exigencias, proyectos como AgrarIA, investigan la aplicabilidad y viabilidad de la IA para predecir tanto las fechas de las vendimias, como el volumen total de uva en viñedos propios y de proveedores, disponiendo así de forma eficaz de ellas para su compra e ingreso en bodega. Esto es posible, gracias al análisis de imágenes satelitales, el uso de información agroclimática y seguimiento de las prácticas de trabajo de la bodega, con las que la IA optimiza el control de las producciones y toma previsiones para las cosechas. En forma similar, el proyecto GlobalViti busca proveer soluciones biotecnológicas y robóticas en el tratamiento de las enfermedades de la vid, la aplicación de microorganismos para mejorar los suelos y minimizar el impacto del cambio climático. Otras como Innovine, buscan optimizar las actuales prácticas de gestión de viñedos y promoción de sus marcas, yendo más allá de la fase productiva al incorporar el turismo. De esta manera, se consigue reducir la estacionalidad de las ventas, generar empleos, y crear una mayor conexión entre los consumidores con el producto, al despertar en ellos la conciencia de los retos que representa llevar una botella de vino del campo a sus manos.