Aunque va a depender de cada actividad que se lleve a cabo en el ejercicio de una profesión o en un puesto de trabajo, todo empleado o trabajador autónomo es susceptible de sufrir un accidente o contraer una enfermedad durante el tiempo que se lleve ocupando su labor profesional.
Nadie está a salvo de ciertos riesgos laborales, y no todos tienen por qué sufrirse durante el horario laboral, aunque esto sea lo más habitual. En este sentido, lo primero que hay que saber es que, efectivamente, existe la posibilidad de dañarse como consecuencia directa derivada del trabajo que se esté desarrollando, variando en dependencia de las condiciones en las que se realiza, pero, también, pueden aparecer con el transcurrir de varios daños, aunque ya no se ocupe el puesto que lo provocó. Estas son las enfermedades, patologías o lesiones que aparecen con el paso del tiempo como consecuencia de una labor repetitiva, inhalación de gases, mala postura…
Conocer la prevención de riesgos laborales para evitarlos
Los riesgos laborales posibles se enmarcan dentro de 5 tipos básicos; los derivados de las condiciones de seguridad, los físicos, los químicos, los biológicos y los psicosociales y ergonómicos. Y aunque todos poseen unas características propias y particulares, guardan un punto en común, que no es otro que la posibilidad de evitarlos o reducir la posibilidad de incidencia llevando a cabo un curso de prevención de riesgos laborales online de la mano de academias especializadas, como Coformación, líder nacional en este tipo de enseñanzas.
En la actualidad, la formación en materia de PRL a nivel laboral es obligatoria, es decir, las empresas deberán ofrecer cursos y formación a sus trabajadores para capacitarse en este sentido y que se pueda crear un entorno más seguro dentro de las instalaciones. En concreto, el curso de PRL de 30 horas impartido por Coformación es gratuito y 100% online, presenta una fórmula muy sencilla para conseguir un certificado que cumple con la Normativa de PRL 31/1995 y cumple con los requisitos necesarios para convalidar FOL de acuerdo con el Real Decreto 39/1997.
En definitiva, se puede y es obligado formarse sobre la prevención de riesgos laborales y obtener un entorno productivo seguro, evitando los siguientes riesgos posibles que se suelen dar cita en los lugares de trabajo.
Los riesgos asociados a las condiciones de seguridad
Se incluyen bajo el concepto de riesgos que se relacionan con el estado del entorno el lugar y la superficie de trabajo (orden y limpieza) y el estado de las máquinas (tienen que instalarse y usarse bajo las directrices y parámetros del fabricante).
Por otro lado, existen elementos que es imprescindible controlar al máximo para evitar esa falta de seguridad en las instalaciones, como son la electricidad, los incendios, el almacenamiento, la manipulación de los productos fabricados y utilizados para la fabricación y el transporte de estos objetos. Por último, es importante ser estrictos con una señalización correcta y con los trabajos de mantenimiento, que debe ser constante y realizarse por personal especializado.
Los riesgos físicos
Los que se encuadran dentro de esta categoría son el ruido (fundiciones, sector textil, metal, carpintería…), afectará a la concentración, a la comunicación, produciendo alteraciones en el rendimiento, taquicardia, sordera, somnolencia y trastornos del sueño, aumento de la tensión arterial, entre otros. También habrá que tener en consideración la vibración, ya que tendrá como efectos lesiones musculares, calambres, lumbalgias, pérdida de fuerza.
La radiación ultravioleta, el microondas, las radiofrecuencias y la radiación laser, se enmarcan todas estas radiaciones en el entorno de las no ionizantes y da lugar a posibles quemaduras y lesiones en los ojos. La radiación infrarroja (también no ionizante), puede producir cataratas, así como quemaduras en la piel y en los ojos.
En cambio, en las radiaciones ionizantes podrán tener efectos directos sobre las células, llegando a producir cáncer.
Por último, la temperatura y la humedad que, tanto por exceso como por defecto, producirá en el trabajador malestar, agotamiento, disminución de la destreza, congelación o golpes de calor, paradas cardiacas…
Los riesgos químicos
Ya sea por inhalación, ingestión o absorción por la piel, los efectos pueden llegar a ser muy negativos, produciendo corrosión, irritación, reacciones alérgicas, neumoconióticos, efecto anestésico o narcótico, toxicidad sistémica o cáncer. Los productos que posibilitan estos males son la pintura industrial, los plaguicidas, los motores, la fabricación de plásticos, los desengrasados y muchos otros más.
Los riesgos biológicos
Estas enfermedades tienen un origen animal o vegetal o de cualquier sustancia o producto derivado de estos. Suelen transmitirse por ingesta de agua contaminada o contacto directo con el aire, el suelo, las materias primas e incluso con los mismos animales en los procesos de producción. Los efectos varían desde simples bajadas de defensas hasta contraer ántrax, brucelosis, sida, hepatitis vírica…
Los riesgos ergonómicos y psicosociales
Con el estudio de la ergonomía se adaptan las condiciones laborales en beneficio del empleado, considerando las características psíquicas y físicas de cada cual. Con los factores psicosociales se pretende mejorar la organización del trabajo y los factores que derivan de cada tarea para aumentar la calidad de vida de los empleados durante su jornada laboral. Sin estas ayudas se corre el riesgo de sufrir diferentes grados de fatiga, cansancio, estrés, falta de concentración e incluso alteraciones musculo esqueléticas.
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