El pedrisco protagonizó un lunes negro en el campo de la comarca del Altiplano. La jornada de ayer fue de barro y lamentaciones por las graves consecuencias de la tormenta que el domingo arrasó las zonas por donde pasó.
Aunque el tamaño del hielo era menor que en las tormentas del pasado mes de agosto, las precipitaciones han sido más cuantiosas con bolas del tamaño de canicas que han producido un efecto metralla en las uvas, cuyos racimos aparecían ayer por la mañana destrozados allí donde la tormenta hizo acto de presencia.
Desde la zona noreste del término municipal de Yecla hacia el sur, siguiendo los límites de la provincia de Alicante, la tormenta siguió una trayectoria recta durante unos 30 kilómetros penetrando en el término municipal de Jumilla por la pedanía yeclana de Raspay, atravesando la sierra del Carche y dejando el manto blanco de hielo que escondía en su interior uva destrozada y aceituna arrancada de las ramas.
Todavía ayer por la mañana en la pedanía de Raspay se podían ver en el suelo bolas de hielo, testimonio de lo ocurrido durante los 10 minutos de infierno que dañaron también coches, tejados y todo lo que se puso por delante. Los parajes más afectados, que cuentan con una importante producción de viñedos en el municipio yeclano, son la Hoya del Mollidar, Cabezuelas, Casa del Huerto, Casa Chuscano, Magán, Casa Lámpara y La Balsa.
Las estimaciones de la extensión agrícola dañada apuntan a unas 2.600 hectáreas en Yecla, según los primeros datos facilitados por la concejalía de Agricultura del Ayuntamiento, de las que cerca de un millar son viñedos, lo que podría suponer 2,5 millones de kilos de uva que no llegarán a las bodegas en esta campaña de la vendimia. Pero, peores consecuencias ha habido en Jumilla, porque la pérdida de cosecha de uva, según el sindicato agrario COAG, superaría los 7 millones de kilos de vides pertenecientes a unas 2.500 hectáreas de viñedos. Son los avances de las primeras estimaciones que tendrán que confirmarse en el día de hoy.
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Jumilla, también muy golpeado por el pedrisco
El término municipal de Jumilla está «tocado» prácticamente en toda su extensión por la tormenta de granizo del pasado domingo. «Zonas en donde nunca han entrado las tormentas, con lo cual la mayoría de las cosechas no se encuentran aseguradas, el pedrisco ha barrido«, lamenta el presidente del sindicato agrario de la COAG en este municipio Pedro García. Las parcelas más perjudicadas pertenecen a los parajes de las pedanías de la Raja, Torre del Rico, Las Encebras y Cañada del Judío, el Carche, Casa la Ermita, Montesinos y el Gamellón. También hay muchos daños en los parajes colindantes con el municipio manchego de Hellín. Al igual que en Yecla, el pedrisco se ha llevado una importante cantidad de la cosecha de la uva monastrell de esta campaña que estaba aún por vendimiar. También, importantes cosechas de pera y melocotón de las variedades tardías de invierno se han perdido por el granizo. Igualmente, especial incidencia ha tenido en un gran número de parcelas de olivos.
A los daños en la producción de los cultivos hay que añadir los de las infraestructuras agrícolas. Pedro García habla de pérdidas económicas elevadas «en caminos rurales, tejados de casas, grandes arrastres de tierras fértiles y la rotura de ribazos, porque el coste económico de su reposición es muy cuantioso».
A los daños materiales más evidentes, hay que sumarle otras consecuencias que ha traído la tormenta como la paralización de la campaña de la vendimia que esta semana empezaba con la recogida masiva de la variedad monastrell. El agua acumulada en los terrenos impide la entrada de los vendimiadores y de las máquinas hasta que no se absorba el agua. Algo que puede tardar un tiempo ya que las previsiones anuncian la posibilidad de más lluvias.
El responsable de la COAG ha dicho que después de estas intensas lluvias y de los daños tan importantes causados por el pedrisco en plantaciones y en la madera del arbolado, se hacen necesarios los oportunos tratamientos para evitar plagas y enfermedades vegetales.
