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🍁 miércoles 11 diciembre 2024
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El Principito y el Monte Arabí

Quien conozca El Principito, sabe que es un magnífico cuento acompañado de bonitas ilustraciones realizadas en acuarelas por el propio autor. Un libro de obligada lectura para grandes y pequeños, mundialmente conocido por su profunda observación de la vida y los mensajes creativos de sus dibujos mediante una especie de cuaderno.

El narrador siempre lamentó la escasa comprensión de sus ideas por medio de esa viñeta que con absoluta precisión, refleja una boa digiriendo un elefante. Sean cuales fueran las intenciones del autor, nunca lo sabremos del todo, ya que El Principito guarda mucho para sí.

Con parecidos razonables si me lo permiten, tengo el atrevimiento de comparar el dibujo con la silueta de nuestro emblemático Monte Arabí. Un lugar grandioso visto desde lejos y maravilloso desde cerca, que no puede hacer con su puño y letra ningún dibujo para defenderse, pero tiene tantos mensajes que necesitan ser explicados, porque todavía para algunos sigue habiendo mucha incomprensión cuando no se respeta el entorno de su cuaderno.

El Monte Arabí es un lugar mágico, Patrimonio de la Humanidad y Monumento Natural. De incalculable valor cultural, medioambiental y arqueológico. Un día nos despertó y compramos un cuaderno en el cual fuimos anotando la lucha contra una gran explotación porcina que se pretendía construir en aquel entorno. El rechazo era y sigue siendo el impacto medioambiental, la contaminación de los acuíferos y la cantidad de recursos hídricos.

Frente a la ciénaga de ciertas decisiones y la desidia, las faldas del Arabí, siguen sin protegerse. Un paisaje bastante desolado se puede contemplar desde arriba viendo gran parte del desastre de movimiento de tierras que se hizo, por lo que el monte se siente triste y de ahí la importancia de recuperar su ánimo, lo contrario sería un fracaso.

Que estas aberrantes acciones no se prohíban y se permitan, y no aprendamos de estos excesos medioambientales me parece insólito, en un término lleno de imperfecciones y solapan mi entusiasmo como aquél Ángel que volaba a medio cielo, aunque repleto de simbolismo El Arabí y El Principito me encantan por todo lo que encierran dentro.

Muchas personas le restan tiempo a su vida particular y a su familia, intentando que algunas cosas puedan funcionar de otra manera de forma totalmente voluntaria. Analizando con detalle esta condensada trayectoria, como el tallo de una higuera, la Plataforma Salvemos el Arabí y la comarca, es un árbol pequeño con ciertos frentes abiertos, dentro de esta especie de selva que contiene tantas ramas, a su vez una de las especies más resistentes a las condiciones adversas.

Una sociedad madura debe ponerse frente al espejo para hacer coto a este tipo de industrias intensivas, buscando otros modelos de agricultura y ganadería menos contaminantes no depredadores de recursos esenciales como el agua.

Para ciertas cosas, ser niño es un riesgo por su tremenda inocencia; para otras ser joven lo es por la inquietud de lo desconocido, y para otras ser mayor puede serlo por factor de la edad. Para que unos y otros no acabemos sufriendo las consecuencias de este tipo de explotaciones, hay que movilizarse.

La naturaleza de la mente, a veces se convierte en aquello que con intensidad piensa, seguimos siendo quienes somos, los mismos que antes fuimos en contra de las alteraciones.

Ante el asombro de lo que se pretende construir y la fascinación por el lugar, el Monte Arabí arropado en su soledad, silenciosamente manda una advertencia por el efecto dañino y pide nuestra ayuda ya que no puede defenderse solo. Ahora que todo parece más complejo, si el problema no se soluciona se arrastrará de por vida.

La Plataforma Salvemos el Arabí y comarca, es el marco más importante en la protección de ese entorno. Estando ahí desde el primer día abriendo los ojos vuelve a salir a la calle con sus pancartas, que aparte del tamaño destacan por sus mensajes. Como “martillo pilón” ante asuntos de vital importancia ha dado la voz de alarma y una lección al pueblo de Yecla y a las instituciones, incluida nuestra institución más cercana.

Señores del Grupo Fuertes-El Pozo, por favor respeten el Arabí, desistan del proyecto, respeten el pueblo de Yecla. 

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.

Quien conozca El Principito, sabe que es un magnífico cuento acompañado de bonitas ilustraciones realizadas en acuarelas por el propio autor. Un libro de obligada lectura para grandes y pequeños, mundialmente conocido por su profunda observación de la vida y los mensajes creativos de sus dibujos mediante una especie de cuaderno.

El narrador siempre lamentó la escasa comprensión de sus ideas por medio de esa viñeta que con absoluta precisión, refleja una boa digiriendo un elefante. Sean cuales fueran las intenciones del autor, nunca lo sabremos del todo, ya que El Principito guarda mucho para sí.

Con parecidos razonables si me lo permiten, tengo el atrevimiento de comparar el dibujo con la silueta de nuestro emblemático Monte Arabí. Un lugar grandioso visto desde lejos y maravilloso desde cerca, que no puede hacer con su puño y letra ningún dibujo para defenderse, pero tiene tantos mensajes que necesitan ser explicados, porque todavía para algunos sigue habiendo mucha incomprensión cuando no se respeta el entorno de su cuaderno.

El Monte Arabí es un lugar mágico, Patrimonio de la Humanidad y Monumento Natural. De incalculable valor cultural, medioambiental y arqueológico. Un día nos despertó y compramos un cuaderno en el cual fuimos anotando la lucha contra una gran explotación porcina que se pretendía construir en aquel entorno. El rechazo era y sigue siendo el impacto medioambiental, la contaminación de los acuíferos y la cantidad de recursos hídricos.

Frente a la ciénaga de ciertas decisiones y la desidia, las faldas del Arabí, siguen sin protegerse. Un paisaje bastante desolado se puede contemplar desde arriba viendo gran parte del desastre de movimiento de tierras que se hizo, por lo que el monte se siente triste y de ahí la importancia de recuperar su ánimo, lo contrario sería un fracaso.

Que estas aberrantes acciones no se prohíban y se permitan, y no aprendamos de estos excesos medioambientales me parece insólito, en un término lleno de imperfecciones y solapan mi entusiasmo como aquél Ángel que volaba a medio cielo, aunque repleto de simbolismo El Arabí y El Principito me encantan por todo lo que encierran dentro.

Muchas personas le restan tiempo a su vida particular y a su familia, intentando que algunas cosas puedan funcionar de otra manera de forma totalmente voluntaria. Analizando con detalle esta condensada trayectoria, como el tallo de una higuera, la Plataforma Salvemos el Arabí y la comarca, es un árbol pequeño con ciertos frentes abiertos, dentro de esta especie de selva que contiene tantas ramas, a su vez una de las especies más resistentes a las condiciones adversas.

Una sociedad madura debe ponerse frente al espejo para hacer coto a este tipo de industrias intensivas, buscando otros modelos de agricultura y ganadería menos contaminantes no depredadores de recursos esenciales como el agua.

Para ciertas cosas, ser niño es un riesgo por su tremenda inocencia; para otras ser joven lo es por la inquietud de lo desconocido, y para otras ser mayor puede serlo por factor de la edad. Para que unos y otros no acabemos sufriendo las consecuencias de este tipo de explotaciones, hay que movilizarse.

La naturaleza de la mente, a veces se convierte en aquello que con intensidad piensa, seguimos siendo quienes somos, los mismos que antes fuimos en contra de las alteraciones.

Ante el asombro de lo que se pretende construir y la fascinación por el lugar, el Monte Arabí arropado en su soledad, silenciosamente manda una advertencia por el efecto dañino y pide nuestra ayuda ya que no puede defenderse solo. Ahora que todo parece más complejo, si el problema no se soluciona se arrastrará de por vida.

La Plataforma Salvemos el Arabí y comarca, es el marco más importante en la protección de ese entorno. Estando ahí desde el primer día abriendo los ojos vuelve a salir a la calle con sus pancartas, que aparte del tamaño destacan por sus mensajes. Como “martillo pilón” ante asuntos de vital importancia ha dado la voz de alarma y una lección al pueblo de Yecla y a las instituciones, incluida nuestra institución más cercana.

Señores del Grupo Fuertes-El Pozo, por favor respeten el Arabí, desistan del proyecto, respeten el pueblo de Yecla. 

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