La historia reciente de la selección española de fútbol es una de las más grandes e importantes de todas. Desde 2008 hasta 2012 la Roja ha sido capaz de ganar todo lo que se podía ganar, es decir dos Eurocopas y un Mundial. La leyenda del juego a la española, basado en una constante posesión del balón y en la reiterada creación de ocasiones de gol es ya historia del fútbol. Sin embargo, después de tanta gloria ha llegado un momento de bajón. La excesiva confianza en el dominio del cuero y la poca concreción en los últimos metros han sido clave en las últimas tres competiciones jugadas por España, que ha salido antes de tiempo también en el último mundial, cuando no ha podido derrotar a Rusia en los octavos de final tras una agónica tanda de penaltis.Tras el increíble lío que se armó antes del comienzo del mundial, cuando el entrenador Julen Lopetegui fue destituido por haber cerrado el acuerdo con el Real Madrid, la federación española ha decidido hacerse con los servicios de un hombre de campo, riguroso y competitivo. Se trata de Luis Enrique Martínez, ex entrenador de Celta Vigo y Fc Barcelona, entre otros. Muy convencido de sí mismo, el técnico asturiano será el protagonista de una revolución en el seno de la Roja, ya que su tipo de juego no es claramente el que se veía con Aragonés, Del Bosque o Lopetegui. Luis Enrique es sin duda una apuestaimportante para la Roja, un equipo en busca de una identidad, que sin embargo tendrá que alejarse un mínimo de la idea exitosa que llevó a la gloria de los títulos conquistados. Ya en el Barça, de hecho, Lucho dio muestra de su amor por un fútbol más vertical y menos vistoso. Empezó sentando a Xavi para dar entrada a Rakitic, un elemento más vibrante y rápido aunque menos virtuoso y menos hábil en armar acciones.Ahora que ha cogido el mando de la selección, el técnico asturiano ha dejado claro que quiere cuanta más entrega y dedicación posible, ya que sus equipos se han caracterizado siempre por luchar hasta el final. Menos proclive a la posesión del balón, Luis Enrique ha sabido construir un Barcelona exitoso pero menos anclado al dominio de la pelota, organizando ataques verticales y repentinos cuando hacía falta. Con el adiós de Iniesta y tal vez de Piqué, el asturiano tendrá que echar mano de nuevos elementos para practicar su fútbol. Puede que ya haya llegado el momento de Marco Asensio o de Saúl Ñíguez, dos que son presente y futuro de la Roja. Como dijo en su rueda de prensa de presentación, el mismo técnico dará alguna que otra sorpresa en la convocatoria, mientras lo que está claro que va a cambiar es el tipo de juego, aunque se irá manteniendo una salida desde atrás y se seguirá haciendo hincapié en el peloteo, hasta el momento en el que habrá que atacar. Claramente.
La España de Lucho, de la posesión al ataque vertical
La historia reciente de la selección española de fútbol es una de las más grandes e importantes de todas. Desde 2008 hasta 2012 la Roja ha sido capaz de ganar todo lo que se podía ganar, es decir dos Eurocopas y un Mundial. La leyenda del juego a la española, basado en una constante posesión del balón y en la reiterada creación de ocasiones de gol es ya historia del fútbol. Sin embargo, después de tanta gloria ha llegado un momento de bajón. La excesiva confianza en el dominio del cuero y la poca concreción en los últimos metros han sido clave en las últimas tres competiciones jugadas por España, que ha salido antes de tiempo también en el último mundial, cuando no ha podido derrotar a Rusia en los octavos de final tras una agónica tanda de penaltis.Tras el increíble lío que se armó antes del comienzo del mundial, cuando el entrenador Julen Lopetegui fue destituido por haber cerrado el acuerdo con el Real Madrid, la federación española ha decidido hacerse con los servicios de un hombre de campo, riguroso y competitivo. Se trata de Luis Enrique Martínez, ex entrenador de Celta Vigo y Fc Barcelona, entre otros. Muy convencido de sí mismo, el técnico asturiano será el protagonista de una revolución en el seno de la Roja, ya que su tipo de juego no es claramente el que se veía con Aragonés, Del Bosque o Lopetegui. Luis Enrique es sin duda una apuestaimportante para la Roja, un equipo en busca de una identidad, que sin embargo tendrá que alejarse un mínimo de la idea exitosa que llevó a la gloria de los títulos conquistados. Ya en el Barça, de hecho, Lucho dio muestra de su amor por un fútbol más vertical y menos vistoso. Empezó sentando a Xavi para dar entrada a Rakitic, un elemento más vibrante y rápido aunque menos virtuoso y menos hábil en armar acciones.Ahora que ha cogido el mando de la selección, el técnico asturiano ha dejado claro que quiere cuanta más entrega y dedicación posible, ya que sus equipos se han caracterizado siempre por luchar hasta el final. Menos proclive a la posesión del balón, Luis Enrique ha sabido construir un Barcelona exitoso pero menos anclado al dominio de la pelota, organizando ataques verticales y repentinos cuando hacía falta. Con el adiós de Iniesta y tal vez de Piqué, el asturiano tendrá que echar mano de nuevos elementos para practicar su fútbol. Puede que ya haya llegado el momento de Marco Asensio o de Saúl Ñíguez, dos que son presente y futuro de la Roja. Como dijo en su rueda de prensa de presentación, el mismo técnico dará alguna que otra sorpresa en la convocatoria, mientras lo que está claro que va a cambiar es el tipo de juego, aunque se irá manteniendo una salida desde atrás y se seguirá haciendo hincapié en el peloteo, hasta el momento en el que habrá que atacar. Claramente.