Eliseo Val, fontanero en Yecla. PUBLIRREPORTAJE.-
Las viviendas construidas en los últimos años incluyen, en general, tuberías hechas con materiales que se pueden clasificar en dos grupos: distintos tipos de plástico (como polietileno, polipropileno o PVC), por un lado, y cobre, por otro. Sin embargo, aún persisten en España y también en Yecla, casas antiguas con conductos de agua de plomo o de hierro galvanizado.
Pocos son los fontaneros que en nuestra ciudad pueden afirmar haber vivido en primera persona esa evolución y haber trabajado con todos esos materiales. Uno de ellos es Eliseo Val, que en la década de los 70’ comenzó a dar sus primeros pasos en el complejo y amplio mundo de la fontanería, campo del que hoy es un reconocido profesional en nuestra ciudad.
Las primeras obras de alcantarillado
El siglo XX trajo avances a Yecla como el ferrocarril que nos unía con Jumilla, el cinematógrafo o el primer vehículo a motor que paseó por nuestras calles. En la década de 1920, con el alcalde José del Portillo, se llevaron a cabo las primeras obras de alcantarillado y se construyó el primer depósito de agua potable, situado en la falda norte del cerro del Castillo, que surtía a la población mediante una amplia red de distribución, incluso con bocas de riego en las calles. Posteriormente, en los años 40’ y bajo la alcaldía de Juan Azorín, se amplió la red de alcantarillado y se construyó la depuradora.
En los años 60’, Yecla amplió su alcantarillado, aunque no fue hasta la llegada de la democracia cuando se generalizó el uso de este servicio básico, así como la instalación de red de agua potable en casi todas las viviendas de la ciudad. Por aquel entonces, el agua que llegaba a los depósitos de abastecimiento provenía de la ‘fuente vieja’, que se conectaba con el casco urbano a través de tubos de uralita; y el agua entraba a las casas gracias a las tuberías de plomo.
Pero poco a poco el servicio fue mejorando, y a partir de la década de 1980, “aunque todavía se instalaba en plomo, empezaron a llegar las tuberías de hierro galvanizado”, rememora Eliseo Val, material que todavía se sigue utilizando por ejemplo en algunas instalaciones contra incendios en naves industriales.
Del plomo al hierro
“Hoy en día, la gente joven que empieza en el mundo de la fontanería no sabe soldar plomo. Es lógico, pues dejó de usarse porque el agua caliente deshacía las soldaduras. Pero todavía existe en algunas casas antiguas. Llegó después el hierro galvanizado, que era un material bueno siempre y cuando no se pusiese por debajo de las baldosas, pues se oxidaba con facilidad”, añade Eliseo. “Aun así, esas tuberías de hierro, protegidas por cemento en las paredes aguantan tan bien que algunas, 40 años después, siguen funcionando a la perfección. Pero costaba mucho trabajarlas, pues había que cortar los tubos y hacerles rosca con una terraja”, recuerda.
En pleno siglo XXI, todo aquello ha desaparecido o está en trámite de desaparecer, pues con el paso de los años, la corrosión en las tuberías de plomo y hierro ocasiona la contaminación del agua. Esto constituye un riesgo no solo por el líquido que se bebe, sino porque puede afectar a los alimentos que se ingieren y, cuando el agua sigue su curso, al medio ambiente en general.
Cobre y plásticos
En las últimas décadas, el cobre ha sido el gran protagonista, ya no solo para la red de agua potable, tanto fría como caliente, sino también para la calefacción, otro de los servicios que ofrece Eliseo Val. Por su parte, el plástico, especialmente PVC y otros derivados del petróleo, ha sido el material más empleado en desagües y bajantes, pero con el paso del tiempo, está ganando todo el protagonismo.
Es cierto que tanto cobre como plástico presentan ventajas similares como su carácter ligero y su buena resistencia al paso del tiempo. Sin embargo, y aunque es un poco más caro, Eliseo apuesta todavía por el cobre en las instalaciones de agua. “Es un material mejor, por la estética, lo bien que aguanta las altas temperaturas y la fuerza que tiene”, explica.
Aun así, reconoce que el PVC ha facilitado mucho el trabajo. “Con el plástico ahorras en mano de obra, pues es mucho más rápido trabajarlo. Los tubos se unen por piezas que entran a presión y en las grandes obras es lo que se utiliza, pues ahorra costes”, explica.
Y es que, aunque hace más de veinte años que se utilizan habitualmente materiales plásticos en los edificios, en los últimos 15 años se ha generalizado su uso, sobre todo en los últimos tiempos, gracias a su aplicación también en las conducciones de agua fría y caliente sanitaria, calefacción y climatización. En la actualidad, las tuberías de PVC, tanto rígidas como flexibles, así como las de polipropileno, polibutileno y polietileno son las más utilizadas en los servicios de agua corriente, desagües, sistemas de calefacción y de aire acondicionado.
¿Cómo se trabaja hoy en día?
Además de la instalación de agua y de desagües, los fontaneros son los encargados de acondicionar cuartos de baño y aseos. Existen multitud de modelos y diseños de sanitarios. Y hay que tener en cuenta que los distribuidores siempre hacen un descuento a los fontaneros que no ofrecen a los particulares. “En los 70’, la mayoría de los wáteres se instalaban con cisternas colgadas arriba; hoy ha cambiado tanto que los tanques de agua ya se empotran en la pared, para que solo se vea el botón que hay que pulsar”, explica Eliseo Val. Algo parecido ha ocurrido con los lavabos.
“Antes se colocaban siempre con pedestal, ahora ya casi todos se instalan con su mueble de baño. En los grifos, más de lo mismo, del de cierre de ‘zapatilla’, hemos pasado a los monomando y a los de cierre de cerámica, que son bastante más duraderos, sobre todo en ciudades como Yecla, donde hay mucha presión de agua”.
Igualmente, una de las intervenciones más importantes de los fontaneros en estos años es la del cambio de bañera por plato de ducha. “La población envejece y muchas veces cuesta ya levantar la pierna para poder superar la bañera. Y sin olvidarnos del ahorro de agua que existe al cambiar el baño por la ducha”, añade. Además, esta reforma se hace en 24 horas. “Para estos casos, trabajo con un albañil. En unas horas vamos, quitamos la bañera vieja, colocamos el plato de ducha, los azulejos y la mampara”, asegura Eliseo.
La importancia de la depuradora
Es difícil calcular cuántas casas de campo y chalés con piscina existen en nuestro término municipal. Probablemente, demasiadas en comparación con la escasez de agua que tiene la Región de Murcia. Por eso, siempre se ha hecho hincapié en la importancia de instalar una depuradora en la piscina. “El agua de una piscina puede aguantar un par de semanas limpia. Después hay que vaciarla y volverla a llenar. Es algo que un municipio como Yecla no puede soportar”, expone.
Por eso, es tan importante poner una depuradora que renueve y filtre el agua. “Y no solo te va a durar un verano, sino que tapando la piscina con una lona durante el invierno, el agua puede aguantar varios años sin necesidad de cambiarla”, añade.
Y es que en el mundo actual, el ahorro energético y de agua es fundamental para que la sostenibilidad medioambiental sea una realidad. “En el agua caliente está ocurriendo lo mismo. Se han quitado muchas calderas de gasoil y se están poniendo de gas natural. Aun así, la última moda es instalar calderas de pellet, porque de momento es lo más económico y también lo más ecológico”, explica este fontanero.
“Incluso hay quien ha instalado placas solares para agua caliente y calefacción, pero es cierto que con la nueva normativa que impone una tasa a la energía solar, esta apuesta por las energías renovables se ha visto frenada”, reconoce.
En definitiva, cuatro décadas de profesión dan para mucho. Y por eso, Eliseo Val es un profesional muy reconocido en Yecla. Porque es capaz de colocar un calentador de butano, realizar una soldadura en plomo o instalar toda una red de agua potable en polipropileno, uno de los últimos avances en tuberías. Así que, si visitas su web, podrás encontrar todo lo que necesites respecto a este interesante y amplio mundo de la fontanería.
Si señor!…muchisimas gracias por el artículo, se me ponen los pelos de punta. Soy fontanero desde hace más de 30 años, de hecho tengo un video en youtube, donde yo mismo pongo un bote de plomo, me llena de nostalgia este post. Gracias de nuevo.