Después de la derrota frente al Cejo FS, colista del grupo de Segunda División donde está encuadrado el Hispania, tocaba enfrentarse en Yecla al penúltimo clasificado, el San Juan Bosco. El equipo de Puertollano venía a Yecla a darlo todo, pues está a solo un punto del descenso, por lo que cada partido se convierte en una final. Pero las yeclanas, escaldadas de la semana anterior, donde el colista ganó en un choque intenso, no iban a dar su brazo a torcer. Y así fue. Es inevitable que el cansancio pase factura, y que, cumplido con brillantez el objetivo de mantener la categoría, se afronten los últimos partidos con cierta relajación. También que el técnico mueva el banquillo con mayor alegría. Eso está muy bien y da confianza a jugadoras que no han tenido muchos minutos, lo que supone un excelente dosis de motivación para la temporada que viene.
Finalmente, el choque contra el San Juan Bosco se solventó por 6-2 (Paula con dos tantos, Patri, Elena, Marta y Almudena) y fue un reencuentro con el Hispania que todos queremos ver. No el más brillante, pero sí el más competitivo y fiable. Un excelente revulsivo para los dos desplazamientos seguidos a Almagro y a Melilla, equipos que demostraron en sendos enfrentamientos muchísima calidad. Con esta victoria, el Hispania se consolida en la sexta posición de la tabla con 34 puntos.
Duelo fratricida
Este fin de semana, también se pudo ver en Yecla un duelo fratricida entre los otros dos equipos de la SD Hispania. El choque enfrentó a los equipos de Lara y Polo, es decir, a las cadetes y a las infantiles. Un partido que supuso una fiesta para jugadoras, familias y simpatizantes que en la mañana del domingo se dieron cita para tan insólito acontecimiento. Lo de menos fue el resultado -esperado y lógico-, pues vencieron con solvencia las cadetes, lo verdaderamente destacado fue el renovado tesón con el que se emplearon las entusiastas jugadoras. Aunque el hecho de que el enfrentamiento fuese entre hermanas no mermó ni garra ni tensión al juego, ni mucho menos. ¡Había que ver cómo corrían, como luchaban cada balón! Al final, insistimos, la envergadura y mayor madurez de las cadetes (triplete de María Azorín, Isa y Natalia) impuso su dominio y venció justamente a unas orgullosas y luchadoras infantiles (Anabel). Lo único que cabría lamentar fue la lesión en la rodilla de Paula. Esperemos que se recupere pronto.