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🍁 miércoles 11 diciembre 2024
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La historia de los vertebrados

Artículos de Ana Fructuoso

Que la maternidad no es un mundo color de rosa, ni el paraíso que nos contaron, lo hemos podido comprobar todas aquellas que hemos sido madres alguna vez en la vida. Dar el pecho cada pocas horas, día y noche, los puntos de sutura, las dolorosas grietas en las mamas, las hemorroides, los entuertos, las hormonas corriendo por nuestras venas alterando nuestro cuerpo y nuestro ánimo, las noches en vela, etc., y todo ello contando con que no haya ningún problema añadido.

Todo este conglomerado de síntomas que lleva consigo un parto siempre ha sido considerado como algo propio de la naturaleza femenina, aceptado por consenso; una realidad sobre la que no cabe discusión ni queja y que debemos sufrir con estoicismo. Y es más, ser madres debe colmarnos de una felicidad plena, es nuestra finalidad primera como hembras, y esos inconvenientes, se verán recompensados por el amor que estimula esa personita que ha estado en tus entrañas durante meses y que ahora reposa en tu regazo, un ser que amas por encima de todo y que siempre amarás. Y ese amor sin parangón habrá merecido el sacrificio. Esta es la premisa de la que partimos y de la que derivará cualquier reflexión sobre la maternidad.

Pero es posible que esa dicha que deberíamos sentir, en muchos casos, no sea tal, (o deba ser matizada, al menos), y que el miedo, la ansiedad ante tanta responsabilidad pueda generar en la madre sentimientos que contravengan ese modelo ejemplar. Ese amor tan inmenso desborda nuestra alma y puede distorsionar la realidad.

De casos como estos últimos nos habla Mar García Puig en «La historia de los vertebrados» relatando su desoladora experiencia personal como madre primeriza de mellizos prematuros, después de un tratamiento de fertilidad y de una fecundación in vitro, a la vez que tomaba posesión como diputada en el Congreso de la nación. Todo esto junto, afectó claramente su salud mental.

“El 20 de noviembre de 2015 me convertí en madre y enloquecí”

Con estas contundentes palabras comienza esta historia. Al leerla, lo primero que piensas es en que no es más que una frase hecha, una exageración. Claro que ser madre, y más si eres primeriza, es un acontecimiento importantísimo que va a generar cambios profundos en tu vida y no pocas inquietudes y temores, pero conforme sigues leyendo, caes en la cuenta de que ese “enloquecí” no es una metáfora ni una hipérbole de su estado de “nueva madre”, sino un término utilizado en toda su literalidad.

Pero este libro no es solo un relato sobre la historia personal de la autora después del parto, es también una búsqueda minuciosa de respuestas al sufrimiento y angustia que la misma Mar ha padecido personalmente y que lleva a cabo mediante una investigación histórica de la psiquiatría femenina, centrada en aquellos casos en los que la maternidad se vislumbra como causa o desencadenante de alguna clase de locura, hasta llegar a la premisa universal de que ella no ha sido la única mujer en la historia que enloqueció a consecuencia de su maternidad. Síntomas como la melancolía, la psicosis, el delirio, la depresión, la hipocondría, el miedo atroz a la muerte de sus hijos y a la suya propia porque dejaría a esas criaturas sin madre, no han sido una excepción, sino todo lo contrario.

Las explicaciones de naturalidad que la psiquiatría ha dado a estos síntomas, tras analizar los datos que se aportan en este libro, pueden ser el resultado de un paradigma patriarcal en el que todo aquello que nos ocurre a las mujeres en todos los aspectos, incluida la salud física y mental, nunca ha sido considerado importante.

historia de los vertebrados

Mujeres que enloquecieron por ser madre

El recorrido histórico que «La historia de los vertebrados» nos ofrece no es cronológico, sino que va dando saltos en el tiempo según se necesita en el relato. De esta manera, vamos adentrándonos en aquellos mitos que han tenido a las madres como protagonistas, como la Medea de Eurípides; nos detenemos en las disparatadas teorías (desde nuestra mirada actual), sobre el útero femenino de algunos filósofos griegos como Platón y Aristóteles, o de médicos como Hipócrates. Descubrimos con asombro que en la época Victoriana se reconoce por primera vez, y se define como “locura puerperal” a una sintomatología femenina relacionada con la maternidad y que en esa época se llegó a considerar, incluso, como una autentica “epidemia”.

Nos cuenta casos de mujeres, con nombre y apellidos, que enloquecieron tras ser madres, que a consecuencia de su estado fueron, recluidas, apartadas de la sociedad, en los entonces llamados manicomios; se señala a los psiquiatras que las trataron, (unos mejores que otros, desde luego), las distintas hipótesis a las que llegaron y de los crueles métodos, de “sanación” a los que fueron sometidas: lobotomías, camisas de fuerza, electroshock, hasta baños congelados. Se nos habla también de los distintos paradigmas sobre los que se ha ido asentando la psiquiatría según las épocas.

Pero este libro, además de interesante por su temática, es un relato también emocionante, sobrecogedor, lleno de ternura, de sensibilidad, de lucidez, de poesía y excelentemente escrito. Es una declaración de amor a Sara y David, los hijos de la autora y, a su vez, a los hijos e hijas de todas las madres del mundo. Un sentimiento que se transmite desde la madre concreta a la universal.

Un trabajo personal y de investigación

Es de agradecer la franqueza y la valentía a Mar García Puig al exponer unos hechos dolorosos de su vida particular, y el excelente trabajo de investigación con el que ha ilustrado su experiencia, porque este relato, mitad novela, mitad ensayo, no solo la beneficia a ella ayudándola a superar su angustia y sus miedos, también redime a todas las madres que hemos tenido la suerte de leerla. ¿Cuántas de nosotras no hemos entrado en estado de alerta al leer esa inquietante primera frase del libro? ¿A cuántas de nosotras no se nos ha encendido una lucecita en nuestra cabeza pensando si aquello que vivimos al ser madre podría ser calificado también como locura?

Su texto ayuda además a poner nuevamente en la palestra la desatendida salud mental en nuestro país, esa parte de la medicina y de la psicología que siempre ha sido tabú, que han ocultado quienes la padecen para huir del estigma y que en la compleja realidad actual, se hace tan necesario, pues tal como indican los datos, podríamos estar hablando de una nueva pandemia de la locura. Por eso, su esfuerzo no ha sido en absoluto en vano.

Este auténtico alegato en defensa y reconocimiento de la fragilidad a que muchas veces nos vemos sometidas tras la maternidad, abre una espita para impulsar la investigación y tratamiento de dolencias específicamente femeninas hasta ahora ignoradas y desdeñadas por quienes, desde tiempos inmemoriales, las desatienden sistemáticamente.

Es justo reconocer que apuestas valientes como la de Mar García Puig, contribuyen a colocar en primer plano y en las agendas políticas estos asuntos tan relevantes para las mujeres. Que cunda el ejemplo.


Artículos de Ana Fructuoso

Ana Fructuoso
Ana Fructuoso
Fructuoso es Jefa de Sección (Reclamaciones y Recursos) en el área de Gestión Académica de la Universidad de Murcia, donde lleva trabajando 35 años.

Artículos de Ana Fructuoso

Que la maternidad no es un mundo color de rosa, ni el paraíso que nos contaron, lo hemos podido comprobar todas aquellas que hemos sido madres alguna vez en la vida. Dar el pecho cada pocas horas, día y noche, los puntos de sutura, las dolorosas grietas en las mamas, las hemorroides, los entuertos, las hormonas corriendo por nuestras venas alterando nuestro cuerpo y nuestro ánimo, las noches en vela, etc., y todo ello contando con que no haya ningún problema añadido.

Todo este conglomerado de síntomas que lleva consigo un parto siempre ha sido considerado como algo propio de la naturaleza femenina, aceptado por consenso; una realidad sobre la que no cabe discusión ni queja y que debemos sufrir con estoicismo. Y es más, ser madres debe colmarnos de una felicidad plena, es nuestra finalidad primera como hembras, y esos inconvenientes, se verán recompensados por el amor que estimula esa personita que ha estado en tus entrañas durante meses y que ahora reposa en tu regazo, un ser que amas por encima de todo y que siempre amarás. Y ese amor sin parangón habrá merecido el sacrificio. Esta es la premisa de la que partimos y de la que derivará cualquier reflexión sobre la maternidad.

Pero es posible que esa dicha que deberíamos sentir, en muchos casos, no sea tal, (o deba ser matizada, al menos), y que el miedo, la ansiedad ante tanta responsabilidad pueda generar en la madre sentimientos que contravengan ese modelo ejemplar. Ese amor tan inmenso desborda nuestra alma y puede distorsionar la realidad.

De casos como estos últimos nos habla Mar García Puig en «La historia de los vertebrados» relatando su desoladora experiencia personal como madre primeriza de mellizos prematuros, después de un tratamiento de fertilidad y de una fecundación in vitro, a la vez que tomaba posesión como diputada en el Congreso de la nación. Todo esto junto, afectó claramente su salud mental.

“El 20 de noviembre de 2015 me convertí en madre y enloquecí”

Con estas contundentes palabras comienza esta historia. Al leerla, lo primero que piensas es en que no es más que una frase hecha, una exageración. Claro que ser madre, y más si eres primeriza, es un acontecimiento importantísimo que va a generar cambios profundos en tu vida y no pocas inquietudes y temores, pero conforme sigues leyendo, caes en la cuenta de que ese “enloquecí” no es una metáfora ni una hipérbole de su estado de “nueva madre”, sino un término utilizado en toda su literalidad.

Pero este libro no es solo un relato sobre la historia personal de la autora después del parto, es también una búsqueda minuciosa de respuestas al sufrimiento y angustia que la misma Mar ha padecido personalmente y que lleva a cabo mediante una investigación histórica de la psiquiatría femenina, centrada en aquellos casos en los que la maternidad se vislumbra como causa o desencadenante de alguna clase de locura, hasta llegar a la premisa universal de que ella no ha sido la única mujer en la historia que enloqueció a consecuencia de su maternidad. Síntomas como la melancolía, la psicosis, el delirio, la depresión, la hipocondría, el miedo atroz a la muerte de sus hijos y a la suya propia porque dejaría a esas criaturas sin madre, no han sido una excepción, sino todo lo contrario.

Las explicaciones de naturalidad que la psiquiatría ha dado a estos síntomas, tras analizar los datos que se aportan en este libro, pueden ser el resultado de un paradigma patriarcal en el que todo aquello que nos ocurre a las mujeres en todos los aspectos, incluida la salud física y mental, nunca ha sido considerado importante.

historia de los vertebrados

Mujeres que enloquecieron por ser madre

El recorrido histórico que «La historia de los vertebrados» nos ofrece no es cronológico, sino que va dando saltos en el tiempo según se necesita en el relato. De esta manera, vamos adentrándonos en aquellos mitos que han tenido a las madres como protagonistas, como la Medea de Eurípides; nos detenemos en las disparatadas teorías (desde nuestra mirada actual), sobre el útero femenino de algunos filósofos griegos como Platón y Aristóteles, o de médicos como Hipócrates. Descubrimos con asombro que en la época Victoriana se reconoce por primera vez, y se define como “locura puerperal” a una sintomatología femenina relacionada con la maternidad y que en esa época se llegó a considerar, incluso, como una autentica “epidemia”.

Nos cuenta casos de mujeres, con nombre y apellidos, que enloquecieron tras ser madres, que a consecuencia de su estado fueron, recluidas, apartadas de la sociedad, en los entonces llamados manicomios; se señala a los psiquiatras que las trataron, (unos mejores que otros, desde luego), las distintas hipótesis a las que llegaron y de los crueles métodos, de “sanación” a los que fueron sometidas: lobotomías, camisas de fuerza, electroshock, hasta baños congelados. Se nos habla también de los distintos paradigmas sobre los que se ha ido asentando la psiquiatría según las épocas.

Pero este libro, además de interesante por su temática, es un relato también emocionante, sobrecogedor, lleno de ternura, de sensibilidad, de lucidez, de poesía y excelentemente escrito. Es una declaración de amor a Sara y David, los hijos de la autora y, a su vez, a los hijos e hijas de todas las madres del mundo. Un sentimiento que se transmite desde la madre concreta a la universal.

Un trabajo personal y de investigación

Es de agradecer la franqueza y la valentía a Mar García Puig al exponer unos hechos dolorosos de su vida particular, y el excelente trabajo de investigación con el que ha ilustrado su experiencia, porque este relato, mitad novela, mitad ensayo, no solo la beneficia a ella ayudándola a superar su angustia y sus miedos, también redime a todas las madres que hemos tenido la suerte de leerla. ¿Cuántas de nosotras no hemos entrado en estado de alerta al leer esa inquietante primera frase del libro? ¿A cuántas de nosotras no se nos ha encendido una lucecita en nuestra cabeza pensando si aquello que vivimos al ser madre podría ser calificado también como locura?

Su texto ayuda además a poner nuevamente en la palestra la desatendida salud mental en nuestro país, esa parte de la medicina y de la psicología que siempre ha sido tabú, que han ocultado quienes la padecen para huir del estigma y que en la compleja realidad actual, se hace tan necesario, pues tal como indican los datos, podríamos estar hablando de una nueva pandemia de la locura. Por eso, su esfuerzo no ha sido en absoluto en vano.

Este auténtico alegato en defensa y reconocimiento de la fragilidad a que muchas veces nos vemos sometidas tras la maternidad, abre una espita para impulsar la investigación y tratamiento de dolencias específicamente femeninas hasta ahora ignoradas y desdeñadas por quienes, desde tiempos inmemoriales, las desatienden sistemáticamente.

Es justo reconocer que apuestas valientes como la de Mar García Puig, contribuyen a colocar en primer plano y en las agendas políticas estos asuntos tan relevantes para las mujeres. Que cunda el ejemplo.


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Fructuoso es Jefa de Sección (Reclamaciones y Recursos) en el área de Gestión Académica de la Universidad de Murcia, donde lleva trabajando 35 años.
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1 COMENTARIO

  1. Tendremos que leer el libro de Mar. Parece que pone en cuestión la maternidad como algo que no todo es de rosa, que a la vez lo puede ser, pero no siempre.
    Este libro promete, no es un libro al uso como se desprende del artículo de Ana.

    Otra vez me he liado con dos libros en «cartera», el de Mar y otro que me parece de gran interés por ser de gran actualidad, del periodista Ernesto Ekaizer, se trata del libro «Operación Jaque Mate». Como acabaron con el fiscal del caso Villarejo.

Ana Fructuoso
Ana Fructuoso
Fructuoso es Jefa de Sección (Reclamaciones y Recursos) en el área de Gestión Académica de la Universidad de Murcia, donde lleva trabajando 35 años.
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